El corazón de Alan latía con mucha más fuerza, sus pasos eran cada vez más largos, llenos de ansiedad, preguntas y anhelos.Hoy Alan volvía a lo que alguna vez fue su hogar, su lugar feliz, “su casa”.Tenía buenos recuerdos de ahí, pero también tenía malos. Alan, suspiró profundo, su felicidad era evidente, darle una nueva oportunidad a su padre después de esa fatídica discusión era lo que más anhelaba.Él frunció el ceño, todas las luces estaban apagadas, un silencio abrumador se sentía en toda la casa, él dejó las cosas a un lado mientras caminaba hasta el despacho, ese lugar en donde su papá se la pasaba día tras día.Sintió como una fuerte punzada atravesaba su corazón de lado a lado, giró la perilla, estiró una de sus manos y encendió la luz, la cual hubiera preferido nunca haber encendido.—¡Papá! —exclamó Alan al ver a su padre con un arma en sus manos, borrando la sonrisa que traía consigo.Jacob alzó su mirada, y esbozó una pequeña sonrisa, su hijo había vuelto, lo había esp
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