Capítulo 9. Doble amenaza.
Kendra, la madre de Brianna, no sabía nada de lo ocurrido la noche anterior. Ella se había acostado temprano para estar descansada ese día, que le tocaba control médico, y Brianna no quiso comentarle nada para que no se alterara.Por suerte, las evaluaciones físicas salieron a la perfección, solo faltaba que la mujer se reuniera con el médico a discutir los resultados.Brianna aprovechó la ocasión para salir hacia una terraza de la clínica y llamar a la niñera para saber de George, que ese día había amanecido con cierta molestia.Tal vez, presintiendo el estado de ánimo decaído de ella por haber llorado toda la noche, recordando su tórrido y accidentado pasado, así como su futuro incierto.—Hola, solo quería saber si George pudo comer algo más esta mañana.—Sí señora, no se terminó todo el alimento, pero comió un poco más.—¿Y sigue llorón?—Cuando usted se marchó estuvo de mal humor, pero luego vino el señor Harmon y jugó un rato con él. Después de eso ha estado más tranquilo.—¿Trev
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