Al entrar a mi cuarto, veo algunas cosas que tenía en la adolescencia. El abuelo ha dejado todo como estaba. Al sentarme delante del escritorio, veo una foto que no recordaba que seguía ahí. Es una con el grupo de debate y literatura al que iba en la secundaria con Rodrigo y Amadeo. Aunque también está Belen, mi mejor amiga, lo que me quita una sonrisa. ***Amadeo era un excelente orador, así que cuando lo conocí, me encantó su personalidad. Yo había decidido ser su amiga, pero él se volvió muy insistente. Se aprovechó de nuestra amistad y un día, en una fiesta, me robó mi primer beso francés. Ya no pude resistirme a sus encantos y acepté salir con él en secreto. Incluso toleré que coqueteara con otras chicas delante de mí sin decir nada, argumentando que no podía ser mi novio debido a las restricciones de sus padres, y yo, como una tonta, no insistía.Finalmente, después de varios años, decidí dejarlo porque sentía que me hacía daño estar cerca de él. Sin embargo, lo amaba demasiado
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