—Leisay, te toca a ti vigilar— la pelirroja se había dormido junto con Isobel, la noche había caído muy rápido y no sabía si preocuparse o no.La chica se removió soltando un pequeño gruñido, no se despertó, suspiró con pesadez, cansado de caminar de un lado a otro, necesitaba reponer fuerzas, pero también necesitaba estar alerta a cualquier cosa, agradecía no ser un humano o no podría ver en la oscuridad. Frotó su rostro mirando las grandes ventanas, la luna se reflejaba de una forma muy linda, su brillo era muy encantador.—Ve a dormir, yo estaré pendiente— Isobel se había levantado con torpeza, miró al contrario y este negó al observarla.— Es mi turno de cuidarlos a ambos, no seas necio.—Igual estaré muy alerta, sigues débil y seguramente ya lo saben— ella se acercó hacia él despacio, todo le dolía, pero no hizo muecas, solo mostró una sonrisa cálida dejando un beso en su mejilla.—Ve, mereces dormir también— él asintió alejándose de ella, no sin antes desordenar su cabellera.Él
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