DashaCon las manos temblorosas, contesté lo más pronto que pude en cuanto noté que la llamada era de mi hermano. Rápidamente puse la llamada en altavoz, debido a que cada vez que me ponía nerviosa, ni siquiera era capaz de oír correctamente. No entiendo como después de todo lo que he tenido que vivir, sigo poniéndome nerviosa por cosas tan sencillas.—¿Luka? —Susurré, incapaz de relajarme. Mi hermano no solía interrumpir mis viajes repentinos, al contrario, él creía al igual que el resto de mi familia que no debían molestarme cuando estaba de vacaciones porque me las merecía. Ellos estaban muy de acuerdo con mis decisiones de salir de casa por un par de días varias veces, simplemente porque nadie tiene la misma oportunidad que yo.—Dasha, por el amor de Dios, ni se te ocurra moverte a ningún lugar. No regreses a casa, o al menos no hasta que yo mismo no te lo diga. Hazme caso, te lo ruego—su voz se escuchaba un poco entrecortada.—Está bien, pero, me gustaría que me expliques qué se
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