KatyaPuede que no esté del todo preparada para mantener esta conversación, pero, después de un mes, no puedo seguir aplazándola ni un solo día más.Bajé las escaleras, buscando a Franco con la mirada hasta que lo encontré fumando un cigarrillo en la sala. De inmediato, apresuré el paso hasta llegar hacia él y le saludé, capturando su atención:—Franco...—murmuré su nombre, sentándome a su lado—Mi cielo...—Por favor, necesito que nos dejen a solas —les indicó a sus hombres y estos hicieron caso a su orden en un abrir y cerrar de ojos—Katya, no sabes cuánto me he preocupado por ti durante los últimos días...Mi amor ¿Qué ha estado pasando contigo? Traté de llenarte en repetidas ocasiones, a pesar de ello, no me respondiste nunca. —He estado pasando por un mal momento —le confesé, dejando que acariciara mis piernas descubiertas, puesto que al final no conseguí usar mi pijama gracias a la interrupción de mi hermana menor —Tuve una pequeña, bastante grande, discusión con mi padre hace un
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