KatyaPuede que no esté del todo preparada para mantener esta conversación, pero, después de un mes, no puedo seguir aplazándola ni un solo día más.Bajé las escaleras, buscando a Franco con la mirada hasta que lo encontré fumando un cigarrillo en la sala. De inmediato, apresuré el paso hasta llegar hacia él y le saludé, capturando su atención:—Franco...—murmuré su nombre, sentándome a su lado—Mi cielo...—Por favor, necesito que nos dejen a solas —les indicó a sus hombres y estos hicieron caso a su orden en un abrir y cerrar de ojos—Katya, no sabes cuánto me he preocupado por ti durante los últimos días...Mi amor ¿Qué ha estado pasando contigo? Traté de llenarte en repetidas ocasiones, a pesar de ello, no me respondiste nunca. —He estado pasando por un mal momento —le confesé, dejando que acariciara mis piernas descubiertas, puesto que al final no conseguí usar mi pijama gracias a la interrupción de mi hermana menor —Tuve una pequeña, bastante grande, discusión con mi padre hace un
Dimitri—¿Acaso piensas que es fácil ignorar tus coqueteos en el trabajo? —Murmuré en el oído de Ludmila mientras entrábamos a mi apartamento y la arrinconaba contra la pared—Eres tan bonita, cariño, que nadie podría ignorarte.—Tú si que puedes ignorarme cuando te da la gana ¿O no es así? —Se separó un poco de mí—Desde aquella primera vez en la que confesamos lo que sentíamos por el otro, no hemos dejado de tener sexo cada vez, sin embargo, no damos el siguiente paso.Asentí. Quizás tenga toda la razón, pues ya ha pasado un tiempo desde aquella vez que cambió nuestra relación para siempre.Había pedido comida china y apenas terminé de cenar, por lo que cuando acababa de colocarme la pijama, el sonido del timbre de la puerta principal me hizo volver a la realidad y me dirigí a la misma para abrirla con cuidado. Al hacerlo, me encontré con la bella Ludmila, mi compañera de trabajo, quien llevaba una sonrisa en el rostro.—Buenas noches Dimitri, espero no molestar al haber venido hasta
LukaSalí de casa hacia el jardín, con un lío en la cabeza. No tenía idea de lo que debía hacer en verdad, nunca he cargado con una responsabilidad como esta y no imaginé que iba a tener que hacerlo tan pronto. Los japoneses son quienes tienen bajo la manga uno de nuestros secretos más importantes, mi secreto más relevante, el cual no deseo que nadie más conozca y temo que ellos se están hartando de ocultarlo. Está bien, Tanaka ha mencionado que para aceptar la responsabilidad de la muerte del capital siciliano, necesita que haga varias cosas y si soy del todo honesto, ni siquiera estando loco haría lo que me está pidiendo. He decidido que hay que matarlo, sin embargo, todavía me niego a creer que es necesario tomar este tipo de decisión, por lo que trataré de buscar otra forma para salir de esta sin convertirme en un asesino a sangre fría. No quiero ser esa clase de persona, todavía no veo la necesidad de ser un asesino desalmado. No ha llegado el momento.—Román, no sé que hacer...T
DashaA veces, me gusta fingir que soy capaz de tener una vida normal como el resto de personas. En ocasiones, me gusta fingir ser otra persona.La verdad es...¿A quién no le gusta olvidarse de sus problemas de vez en cuando?—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez en la que tuve la oportunidad de visitar un centro comercial, puesto que siempre que me iba de viaje, usaba ese tiempo para pasar tiempo con Dimitri —le dije a mi hermana en el momento que nos encontrábamos en una tienda de ropa. Habíamos salido hacia Moscú después de rogarle a Luka y a Franco por varias horas, porque ambos no estaban de acuerdo en lo que estábamos a punto de hacer. Al fin y al cabo, terminaron aceptando con la condición que un par de hombres nos acompañaran desde una distancia un poco larga para no llamar la atención.—Digo lo mismo, sabes que siempre no hemos sido capaces de disfrutar de los simples placeres de la vida...—murmuró, tomando entre sus manos un vestido negro muy elegante—Mira, creo que a
LukaPor primera vez en mi vida entera, sentía el pecho inflado de orgullo. No era capaz de creer que el jefe de la mafia japonesa acababa de ser asesinado a manos de mis hombres. Acababa de hacer algo bien en beneficio de la mafia, en beneficio de mí mismo. Aunque eso me convierta en un asesino, no me importa ahora mismo.Luka Romanov, el capo de la mafia rusa, me gusta como suena.Mis dos hermanas acababan de llegar al territorio del italiano y ya les había comunicado la magnífica noticia.—El más adecuado siempre fuiste tú, y con esto, acabas de darme toda la razón —Dasha se acercó para envolverme entre sus brazos—Tienes que pensar de esta forma hoy y siempre. Haz hecho algo en beneficio de nuestra mafia y mereces el reconocimiento por ello.—Tenlo por seguro...Debí haberlo sabido desde la primera vez, tendría que haberlo sabido desde siempre...—susurré para mí mismo, aunque mi hermana menor supo escucharme a la perfección:—¿Qué? ¿Saber qué? —Cuestionó, curiosa por escuchar una re
DashaMe encontraba leyendo un libro de romance en la sala, titulado "Sublime recuerdo", al mismo tiempo que pensaba en cuándo iba a ser capaz de volver a ver a Dimitri, aunque respecto a aquello me sentía muchísimo más tranquila puesto que era un secreto que ya no necesitaba ocultarles a mis hermanos. Katya pasó por la sala, vistiendo tan solo una bata de casa con una taza de café en las manos.—¿Qué haces? —Le cuestioné a mi hermana mayor, y ella se limitó a sonreírme.—Me muero del frío por lo que decidí ir a la cocina a preparar una taza de café. La verdad es que deseo aprovechar mis últimos días en esta casa, porque no pienso quedarme aquí por mucho tiempo después de que Luka empiece a hacerse cargo de nosotros...Por tu lado ¿Vas a irte o quieres continuar aquí? Sé que has dicho varias veces que tu deseo es apoyar a Luka, pero, uno siempre puede retractarse de sus propias palabras.—Quiero mucho a Luka al igual que te quiero a ti, y no importa si amo con mi vida entera a Dimitri,
DashaEl reloj de arena sigue avanzando.La vida sigue avanzando y esta vez, no puedo ni siquiera controlar la rapidez con la que lo hace.Se ha acabado, ahora que alguno de mis hermanos está por heredar el puesto del capo, tendré que contarles la verdad porque sé bien que ellos no son tan tontos como mi padre, y que no me dejarán ir de un lado a otro solo porque sí. Sé que ellos no van a creer mis excusas, así que tengo que hablar con ellos como una persona adulta por primera vez. Con el alma en los labios, caminé hasta la terraza y me encontré con mis dos hermanos consumiendo un poco de coca, debo admitir que esto no es algo que se vea todos los días. Hoy sería el día en que les cuente la verdad sobre la mafia, sobre quien en verdad somos los Romanov, porque no quiero que mi hermano sea víctima de los errores de mi padre.Si no le confieso este secreto que me está consumiendo, voy a arrepentirme la vida entera.—Hola Dasha —Katya saludó con un gesto sin dejar de prestar atención a l
KatyaAl final, la dichosa fiesta que una vez fue cancelada, se volvió a organizar y tuve que arreglarlo todo a última hora. No pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro al ver la enorme conmemoración que estaba llevándose a cabo. Esta celebración tenía como objetivo celebrar el cumpleaños del presidente, no obstante, también íbamos a estar presentes en la próxima fiesta que este iba a festejar dentro de un mes y medio. Hoy solamente queríamos escuchar lo que se decía de los Romanov, por lo que Luka consideró que no era necesario que este asistiera. Estas fiestas siempre eran de mucha ayuda para nosotros por lo que tratábamos de actuar de la mejor manera, evitando levantar sospechas de todo tipo. Además, como casi nunca tenemos la oportunidad de formar parte de estas fiestas, con personas muy distintas a las que estamos acostumbrados, me hace feliz de cierta forma. Por mi lado, siempre acostumbro a estar presente en las festividades que se organizan para las negociaciones