Se retiró mirándome fijamente. Sonreí y comenzamos a acercarnos de nuevo, pero fue entonces cuando escuché a una mujer gritar muy cerca de nosotros.- Khalam, Khalam cariño, ¿dónde estás? - nos separamos en el momento en el que ella abría la puerta del baño encontrándonos de frente - aquí estás, me dejaste solita - balbuceaba haciendo un falso puchero.En ese instante me percaté de varias cosas. En primer lugar, que la mujer era hermosa, con su cabello negro como la noche perfectamente arreglado, y el vestido verde musgo que se adhería a su cuerpo como una segunda piel. No parecía tener más de veinte años. En segundo lugar, se notaba que había tomado demasiado, balbuceaba cosas sin sentido y su andar era inestable. En tercer lugar, por la expresión sorprendida del hombre misterioso y la forma en que se alejó de mí, supe que era Khalam.Así que ese era su nombre. Después de haber imaginado cientos de nombres, finalmente conocía su identidad. Sin embargo, confirmaba lo que había pensado
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