Después de algunos días, observo los documentos con mi nueva identidad y sin dejar de fruncir el ceño, sigo sin entender por qué Fede también me consiguió papeles de hombre.—Ya sé qué dirás, pero es mejor que alternes entre una identidad y otra. Además, tu padre ya comenzó con tu búsqueda —al instante mi cuerpo se estremece, pero me obligo a fingir que no tengo miedo—, vino a buscarte y me exigió que le diera tu ubicación. El viejo, en verdad, estaba que echaba fuego por la boca; con tu huida le arruinaste su gran negocio.—¿S-sabes algo de mi madre?—Lo único que pude averiguar por los empleados es que permanece en cama, lleva días sin poder ponerse de pie, c-creo que le fracturó el brazo y le lastimó varias costillas.—¿Se lo fracturó? —chillo, mordiendo mis labios—. ¿Y si en realidad lo mejor es regresar p-para que no siga lastimando a mamá? —cuestiono con la voz entrecortada.—El mayordomo me dio un recado de parte de tu madre —confiesa después de titubear por un segundo.—¿Q-qué
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