Debido a que estoy demasiado molesta con Liam, me coloco un antifaz para dormir, sin embargo, al cabo de una hora me es imposible y justo cuando estoy por levantarme para tomar un vaso de agua, escucho como mi esposo se acerca a la cama.—Menos mal que ya se durmió —susurra, acomodando su almohada y subiendo con mucho cuidado para no despertarme.Cuando está por pasar su mano por mi cintura, retiro mi antifaz y comienzo a golpear su pecho.—¡Eres un maldito mentiroso! Me dijiste que eras sonámbulo, ¿te gustó verme la cara de idiota? —lo increpo, soltando una pequeña patada en su espinilla, pero tal parece que mi golpe no fue nada, ya que ni un solo quejido sale de su boca.—¡Guarda silencio! Mis padres pueden escucharte.—Me importa un comino que nos escuchen. ¿Dime en qué otra cosa me mentiste?—En nada —asegura el muy mentiroso.—¿En nada? Te recuerdo que la primera mentira fue lo de las habitaciones, según tú estaban inhabitables y ahora resulta que tus padres están ocupando la que
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