Vio el terror en su mirada, lo empujo lejos de ella, y como una mujer que se daba a respetar le dio una buena bofetada que le hizo voltear el rostro.—Respéteme soy una mujer casada, ahora termine de cambiarse antes que Fiorela nos descubra… —dio media saliendo a toda prisa.Sonrió, tenía una muy buena mano, su mejilla aun ardía, no sabía porque lo había hecho, a quien quería engañar si lo sabía, era el hombre más ruin al pensar en su venganza.Aunque si jugaba con fuego se podría quemar, su corazón muerto había vuelto a la vida cuando la vio, sus ojos verdes le decían que no era feliz y era una carta que tenía para jugar, los tipos como Raphael no sabían tratar a mujeres como ella, era como un ave en una jaula de oro. Era la victima perfecta para su venganza.—Pequeña Colibrí, vas a ser mía…Anastasia salió tratando de calmar su respiración, sus mejillas ardían, sus labios eran fuego, quería volver a esa habitación y dejar que Luca apagara la llama que había encendido en ella. —¿An
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