Durante su vida había sufrido abusos, recuerdos tristes, los hombres que la habían rodeado siempre habían hecho una herida profunda y no en su cuerpo, sino en su alma.Desde pequeña estuvo sujeta a una disciplina severa, su padre la castigaba por cualquier cosa, la mínima falta de respeto o afrenta significaba castigo.Al ir creciendo intento rebelarse lo que la llevó a pasar días encerrada y sin comer en su habitación. Siempre le pedía con los ojos a su mamá que la ayudará, pero ella se portaba indiferente, como si no le afectará cada vez que su padre le pegaba con su objetivo favorito, el látigo.Eso la volvió insegura, introvertida, no tenía amigas, su padre no permitía que ningún chico se acercara.Al final él escogería con quién terminaría casada, y no sería un matrimonio de amor, sería un matrimonio donde su papá uniera fuerzas con alguien para tener más poder.Para su padre ella era una moneda de cambio para el mejor aliado que pudiera tener.Nunca olvidaría la noche que su pad
Luca salió de la habitación, no podía dejar de dar vueltas en su cabeza la idea de que ella realmente quisiera la muerte. ¿Qué sufrimientos había pasado en su vida para ver cómo única solución morir?Tenía la respuesta, Raphael, para nadie era un secreto lo enfermo que estaba, era violento y había abusado de ella. ¿Creía que todos los hombres eran como el cerdo de Raphael?Si era así, Luca debía hacer algo para convencer a Anastasia que él era diferente. No podía permitir que ella pensara que él era capaz de golpearla. En su vida había códigos que consideraba sagrados, y uno de ellos era nunca levantar la mano contra una mujer, fuera quién fuera.Así que hizo un juramento en silencio, nunca más permitiría que nadie le hiciera daño a su Colibrí, sin saberlo Anastasia había encontrado en él quién la protegería.Además le enseñaría a defenderse, algo que estaba complacido, pues tendría tiempos valioso con ella, en los que no desaprovecharía para hacer que cayera de nuevo en sus brazos.
No podía quedarse ahí a esperar que Luca se cansara de su juego, su corazón quería creer en sus palabras, pero su mente se negaba hacerlo, no volvería a caer en sus brazos. Luca había tenido ese encanto irresistible, esa forma tan persuasiva de decir las cosas con las que envolvía en su red de mentiras. Pero ella había aprendido muy duro de su error, había sufrido lo suficiente y no estaba dispuesta a caer en la misma trampa una vez más. No podía permitirse abrir su corazón solo para que Luca lo rompiera nuevamente.Había confiado en él.Él no se saldría con la suya, si pensaba que seguiría usándola para su venganza estaba muy equivocado. No sería tan fácil como él creía. Sin importar el dolor de su mano, arrancó el suero que estaba a punto de terminar. Se levantó de la cama con molestia en el costado y se acercó a la ventana para mirar hacia fuera. En ese momento, una brisa fresca acarició su rostro, casi como una caricia que la hizo sentir un poco mejor.Delante de sus ojos se e
Luca muestra una sonrisa sexy y peligrosa, que los envuelve en una atracción magnética difícil de resistir. Entre sus brazos, ella se siente protegida y al mismo tiempo vulnerable. Luca la abraza con fuerza, sintiendo cómo su cuerpo tiembla de excitación. Pero antes de darle lo que quiere la tortura, quiere que ella disfrute, que lo desee más, toma su masculinidad y la frota en su feminidad haciendo que ella jadee y gima de placer, su mirada es tan oscura y seductora que la envuelve en una gran excitación. Con cada roce, el deseo entre ellos aumenta, creando una conexión intensa llena de pasión y ansia.La tensión sexual se hace presente mientras cada movimiento es calculado para prolongar el placer. La pasión arde como una llama desenfrenada, consumiendo cualquier pensamiento racional de ambos. Cada suspiro y gemido se convierte en una melodía sensual que embriaga el ambiente, dejando claro que el deseo que los une es inevitable.En esta danza erótica, el tiempo parece detenerse. S
Las palabras de Luca la dejaron confundida, ¿Cómo era que Raphael terminara en la cárcel? Bueno, no era secreto que sus negocios no fueran muy limpios, pero siempre tenía alguien que los ayudaba, para la justicia era intocable.Los Rizzutos eran astutos y supuestamente inteligentes, eran conocidos por todos por su influencia y poder, controlaban gran parte del tráfico de drogas en la ciudad, y sus nombres eran susurrados con temor al igual que de Luca.Para ellos la cárcel sería el último lugar que pisarían—¿Qué hiciste para que Raphael fuera a la cárcel? —tenía una amplia sonrisa, y una mirada de triunfo, de arrogancia. No podía negar que también Luca era más astuto que ellos, la guerra que apenas iba iniciando entre ellos, él ya la había ganado. —Solo moví unas piezas para que un inocente saliera de la cárcel…—frunció el ceño, de que estaba hablando ¿Qué inocente? —cuando fuiste secuestrada, el hombre quería usarte para que Raphael dije la verdad…—¿Fui secuestrada? —cuando había
Anastasia sonreía, recibiendo las felicitaciones de los invitados, cuando vio a su padre que se acercaba, no pudo evitar no ponerse tensa cuando este la abrazo.—Te felicitó por lo inteligente que fuiste, al enredar a Luca Di Mauri para que metiera a Raphael a la cárcel y tu poder ser su esposa, fue una jugada maestra —por primera vez en su vida veía orgullo en su mirada —solo espero ver que vas hacer para quedarte con todo lo de Di Mauri…Abrió los ojos, su padre pensaba en que ella pudiera hacerle daño a Luca, negó con la cabeza, su padre no la conocía ni un poco. —Estás equivocado padre, Luca es mi esposo y le debo mi lealtad, nunca lo traicionaría —aunque él no la amara, ella lo había alojado en su corazón, y sin él no podría vivir.—Como quieras, de todas formas ganó, está alianza nos hace una familia más poderosa e intocable —dijo haciéndose a un lado. Delante de él apareció Luca, que parecía feliz, venía junto a otro hombre.—Colibrí, te presento a mi padre, Luciano Di Mauri —
Entre las sombras de la inconciencia, Luca distinguía claramente la voz firme y decidida de Anastasia, a quienes hablaba con autoridad al dar instrucciones a sus hombres.Tony estaba junto a ella, mientras presionaba su costado con fuerza.Su Colibrí dirige las acciones del equipo médico, asegurándose de que cada paso se realice de manera eficiente. Su tono de voz, aunque sereno, denota seguridad y determinación. No hay margen para la duda ni el error en su liderazgo.Mientras los paramédicos lo atienden Anastasia no suelta su mano, como si con ello no permitiría que él la dejará.—Resiste Luca, si te mueres juró que iré por ti —quiere sonreír, pero el dolor en su costado es quemante, lo que impide que su rostro haga la mueca, comienza a temblar por el frío que recorre su cuerpo.Vuelve a escuchar su voz, pero está vez lejana.—Tony has que cierren el área donde está Luca y usted doctor lo salvará cueste lo que cueste o también usted perderá su vida —la mano cálida de Anastasia desap
Con los ojos recorriendo cada rincón de su habitación, Luca se daba cuenta de lo frustrante que era estar postrado en la cama. Desde pequeño, no había experimentado los mismos niveles de atención y cuidado que le brindaba Anastasia.La realidad es que Luca se había acostumbrado a enfrentar la vida de una manera solitaria y desafiante. Siempre sintió que nadie estaba realmente allí para él, hasta que Anastasia entró en su vida y cambió todo por completo.Anastasia irradiaba una calidez que era difícil de ignorar. Su presencia en la habitación de Luca era como un rayo de sol en un día nublado. Pasaba horas cuidando de él, a veces leyendo algún libro, otras contándole parte de su vida con su padre.Anastasia tocó fibras sensibles de Luca, lo volvía vulnerable y descubriéndolo capa por capa hasta tocar sentimentalismos enterrados dentro de él. —Nunca hablas de tu mamá ¿Qué paso con ella? —su mirada se volvió más dura —¿murió?—Como si lo estuviera —respondió con frialdad —esa mujer me