Helene apretó los puños y bajó la mirada, todavía podía sentir la mejilla del hombre en su palma cuando le dio la cachetada, pero ya se había disculpado, ¿No? La noche anterior estaba llena de adrenalina, asustada, y él se había inclinado hacia ella y Helene pensó que se cobraría el salvarle la vida con un beso. De cualquier forma, lo había abofeteado, a su futuro jefe, a su futuro instructor del cual dependería la vida que creyó era la que le tenía el destino… como siempre, Helene arruinándolo todo. Itsac continuó hablando para todos los presentes, pero la amenaza directa que le dedicó la dejó incómoda. De vez en cuando, el piloto le dedicaba una mirada. — En media hora haremos un examen teórico y de habilidades para elegir solamente a los cincuenta mejor calificados para el trabajo. Recuerden que este curso es gratis, pero no por eso será fácil, de hecho, será todo lo contrario — miró a Helene una última vez antes de dirigirse a los demás — les enseñaremos: Física, matemáticas
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