Tessa ordenó que los dejaran salir, Liliana tomó su mochila, de nuevo tomó la mano de Carlitos y corrió lejos de ahí. La monja estaba tan asustada, temblando de miedo. «Liliana, ¡oh, Liliana! Lo siento, perdóname, todo lo hice por tu bien, aunque no lo puedas ver. Si te quedabas a la espera de tu verdadero tutor, él no iba a dudar en tratarte como a una prostituta para su hijo Azael, ellos no hubiesen tenido piedad de ti, por eso lo hice, de los males, el menor, y conozco parte del corazón de Demian House, él no es capaz de lastimar a alguien que ama», pensó Liliana corrió con Carlitos, llegaron en un taxi hasta la central de autobuses. —¿A onde iremos, Lily? Quiero ver a mi nuevo papito Demian, él me quiere, y me dio comida, por favor, hace frío, volvamos. Liliana besó la frente del niño, negó. —No, mi amor, no podemos volver con él. Demian es malo, compréndelo. —¡No es malo! Es bueno, él me salvó. Liliana cargó a Carlitos, lo subió al autobús, y pronto fueron con rumbo a Pueb
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