Madison preparaba la cena para su abuela y su hermana, como era posible que habiendo tenido una madre tan ejemplar, su propia madre no la hubiera querido, su abuela había sufrido mucho por la actitud de su hija. Pero a estas alturas ya no le importaba nada, no sabía nada de su padre desde que huyó de casa, y desde muy pequeña había aprendido a vivir sin su madre, suspiró algo melancólica, no entendí porque nadie la quería, si era una joven buena, dulce, estudiosa, Tara también era muy estudiosa, una niña buena, a la que siempre había defendido de los maltratos de su padre, prefería mil veces que la lastimarla a ella con 7 años y no a su hermanita que tenía 4 en aquel entonces, pero al parecer nadie las quería excepto su abuela, ni su antiguo novio la quiso, el muy desgraciado le había pegado, y ella no pensaba aguantar eso a nadie. Sander Mills, era un hombre guapo, de cabello castaño, alto, y ojos claros, pero tenía unos cambios de humor muy drásticos y aunque nunca le había levant
Leer más