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Todos los capítulos de Casada por mi libertad : Capítulo 1 - Capítulo 10
49 chapters
Nacer fue su pecado
En esa mesa estaban esos dos hombres, uno lleno de codicia y sediento de poder, y el otro con ganas de comerse al mundo, buscando en cada rincón lo que ha perdido, algo valioso que ha estado buscando durante mucho tiempo que, por cosas del destino, el cual estaba en su contra, perdió. —Usted tiene algo que es mío, señor Jones —empezó Callum, con una mirada penetrante e indiferente —y yo tengo algo que usted necesita. —Hmm —Enzo frotó su barbilla con una mirada de sumo interés —¿Puedo saber qué es lo que tengo yo que le pertenece?. —Primero dígame si en verdad desea firmar el contrato con nuestra empresa —demandó, uniendo ambas manos en una sola sobre la mesa. —Sabe cual es mi respuesta, señor Winston —Enzo sonrió con arrogancia —si tengo algo que usted desea, y puedo dárselo, haremos un buen acuerdo. Ambos nos beneficiamos. —Veo que es usted un hombre de negocios, interesante...—Callum lo miró con neutralidad. —¿Y bien? Dígame qué es lo que desea de este humilde hombre. —Seré c
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Cásate por tu libertad
Pasaron dos días desde la visita de Lorna al ático, y Elizabeth permaneció encerrada como casi siempre, incluso si le prohibían salir, ella se quedaba obedientemente en ese frío lugar como si ya hiciera parte de ella, algo que no está lejos de la realidad. —Elizabeth. La voz fría de Enzo sacudió a la débil muchacha, y la puso poner de pie inmediatamente, con la cabeza en dirección hacia abajo, solo mirando sus pies. —Padre —lo mencionó, pero sentía que esa palabra hacía mucho peso en su boca, como si sus dientes se convirtieran en un duro metal —¿Qué lo trae por aquí?. Ella no se atrevía a alzar la mirada, en repetidas ocasiones que se atrevía a hacerlo, recibe una bofetada inesperada, esa acción siempre es hecha por su hermana Lorna, pero las raíces del miedo ya están apoderadas de Elizabeth. —Alza la cabeza —le exigió su padre, ahora con un tono más amable, algo que hizo que el corazón de Elizabeth diera un brinco abrupto —obedece, mírame. Al escuchar la segunda insistencia de
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Un secreto
—¡Eres una maldita zorra igual que tu madre! —despotrica la rubia contra Elizabeth, la cual yacía en el suelo por la bofetada que de la nada, recibió en su mejilla —¿¡Como te atreves a fijar tu mirada en mi hombre!?.Elizabeth se notaba confusa, no sabía por qué su hermana estaba tan enojada si se mantuvo en el ático el resto de la tarde para no molestar a nadie, solo esperaba a que las sirvientas que enviara su padre llegaran para arreglarla. —¿Que te he hecho? No sé de qué hablas —se atreve a gesticular. —¿Que no lo sabes, maldita gata? —la toma del brazo, y la hace levantar del piso frío —¿Acaso no sabes que te vas a casar?. —S-si, pero...—¿¡Lo ves!? —la empuja contra el piso violentamente sin dejarla terminar —¡Eres una arrastrada que no sabe su lugar!. La rubia estaba furiosa ya que secretamente había escuchado la conversación que tenían sus padres sobre el posible matrimonio entre Elizabeth y Callum Winston. —No es mi decisión, lo juro...—¡Cállate! —otro golpe le propina
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Acepto el matrimonio
Un vestido color pastel que le llega hasta las rodillas, mangas cortas y un escote moderado combinado con unas zapatillas medio tacón. En su cintura se envolvía un hermoso cinturón delgado que hacía juego con la vestimenta el cual también es combinado con accesorios. —Luce espléndida —comenta una de las sirvientas a sus espaldas. —¿No es... demasiado? —inquiere insegura la joven. —¿Demasiado? ¿Que quiere decir?. —Ah...no es nada. Elizabeth se veía como una persona completamente diferente vestida de esa manera tan elegante resaltando la belleza que estaba oculta en ella. Aunque fuera algo temporal, ya que solo tiene ese privilegio simplemente para recibir a su "prometido", se siente como si fuera otra persona. La puerta de la habitación donde estaban preparando a Elizabeth se abre, y por ella asoma la cara Louise, el cual ya estaba listo para la cena. Vestido tan formalmente dejando ver lo atractivo que es siendo el primogénito familiar, con rasgos exquisitos de un joven de vein
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Enemigos por doquier
—Ella viene conmigo. Todos se miraron las caras en cuando salió esas tres palabras de la boca de Callum. Reaccionaron de su breve shock cuando Louise, oponiéndose a la idea, toma del brazo de Elizabeth y la hace levantar de la silla abruptamente. —Sobre mi cadáver —sentencia —no permitiré que te la lleves. La posiciona detrás de su espalda como queriéndola cubrir con su cuerpo, mientras hacía eso ella le suplicaba al desconocido con la mirada. «Ayuda» era lo que sus ojos pedían a gritos. —¡Louise! —su padre reacciona —¿Qué demonios crees que haces?. —¡Ya dije que no se la llevarán, papá! —ruge como una bestia airada. Su padre tenía esa chispa de confusión y enojo, no sabe la razón del comportamiento de su hijo, sin embargo, tiene la obligación de cumplir con su parte del trato. Si firmó el contrato, entonces Elizabeth ya le pertenece a Callum y tiene el derecho de llevársela, o esperar hasta el día del matrimonio. —¡Basta con esto, Louise! —su padre interfiere de nuevo, pero el
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Un paso atrás, dos adelante
Un cielo oscuro adornado de estrellas con una luna resplandeciente, el paisaje de la noche es tan hermoso y lleno de vida que Elizabeth logra sentir la paz. No está en un ático soportando frío ni inhalando polvo que la enfermaba de vez en cuando, no está en una esquina oscura sufriendo por el anhelo de salir y probar la libertad, ahora todo es completamente diferente.—Elizabeth —la llama Callum. Ella por el susto pega un respingo y se aleja de la ventana en donde contemplaba el lindo paisaje de la noche.—Lo siento, no lo escuché entrar —le dice ella, mientras que Callum toma asiento en la cama.—Está bien, ven aquí —le pide. La chica obedece y tímidamente se acerca, pero no se sienta en la cama sino que se mantiene de pie frente a él —siéntate aquí, a mi lado —le ordena Callum.—¿Quiere decirme algo? —inquiere sin inmutarse a tomar asiento.—Si, quiero decirte algo, pero siéntate —insiste —es de mala educación hablar de esta manera.—Bien —obedece y toma asiento a su lado, pero poni
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Sensación inquietante
A la mañana siguiente los rayos del solo entran por la ventana de la habitación de Callum. Elizabeth quien no se había despertado aún, frunce el ceño por la iluminación y se acomoda en la cama. Su incomodidad aumenta cuando palpa con sus manos algo duro que tiene un rico olor. No logra diferenciar qué es lo que toca y sigue palpando con su mano mientras sus ojos se van abriendo de apoco. —No soy de hierro, deja de tocarme así. Al escuchar la voz ronca de Callum Elizabeth se aleja de un brinco pegando abruptamente su espalda en el cabezal de la cama. Se dio cuenta que lo que tocaba minuciosamente era el pecho de Callum y que incluso ella descansaba sobre él. —Ten cuidado —le dice él cuando se percata que ella se golpea la espalda con la cama —. No te asustes, fuiste tú la que me buscó anoche. —...¿Le hice algo anoche...? —pregunta conmocionada. —Digamos que solo me abrazaste pensado que era tu oso de peluche o algo similar —confiesa peinando su cabello con una mano. —Lo siento —
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Revuelo
Callum toma la mano de Elizabeth para bajar juntos al comedor. En la mesa solo estaba Olivia a la espera y los sirvientes alrededor, Gema, que también se podía pensar que estaría presente, no lo estuvo ya que después de haber discutido con Callum, decidió irse. Callum ayuda a sentar al chica para luego él tomar asiento. Su hermana, que no estaba muy feliz con la presencia de Elizabeth, solo se mantuvo moviendo los cubiertos en completo silencio. Ya Gema la había puesto al tanto de la pequeña discusión que tuvo con Callum por culpa de Elizabeth, o más bien por la imprudencia de una mujer dolida. —Veo que no estás de buen humor —comenta Callum, rompiendo el sepulcral silencio —¿Gema habló contigo?. —No es justo como la tratas —responde dejando los cubiertos en la mesa —¿Solo porque quería hablar con tu "prometida"?.—No estabas ahí, Olivia, así que deja esa actitud arrogante —espeta, mirando a Elizabeth que no ha probado bocado —. Mejor tomemos el desayuno en paz. —¿En paz dices?.
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Revuelo -parte 2
—¿Y Olivia? —pregunta Callum al llegar a la sala del comedor —¿Se ha ido tan pronto?. —Así es, señor —alega Rosario —se fue un poco molesta. —¿Sucedió algo? —interpela mirando a Elizabeth que se encuentra sentada en el comedor jugando con su comida —¿Le dijo algo a Elizabeth?. —Usted sabe que la señorita Olivia está un poco desconcertada, no está muy feliz con todo esto. —Entiendo —asiente pensativo —necesito que me hagas un favor, Rosario. —¿De qué se trata?. —Encárgate personalmente de atender a Elizabeth. Enséñale los alrededores de la mansión, mantenla distraída mientras que yo no estoy, y que por nada de mundo vea las noticias, por favor. —¿Pasó algo?. —Hay cierto escándalo de mal gusto en los medios que tengo que resolver. No le sentará nada bien si se entera sobre eso, así que encárgate de ella. —No se preocupe, estaré a cargo. Dejando claro las cosas, Callum se acerca a la mesa sorprendiendo a la joven con un beso en la mejilla que la sobresalta y la hace ruborizar.
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Amenazas
—Oh. No sabía que la señorita tendría visita hoy —comenta la señora confusa —¿El señor Callum sabe de su visita?. —Como le dije, señora, soy el hermano mayor de Elizabeth, solo quiero saludarla, ¿Es necesario avisarle al señor para visitar a mi hermana? —inquiere con una sonrisa fingida —no me tomará mucho tiempo. —Bueno, si es así, no le veo el problema —repone dubitativa —. Sin embargo, en estos momentos la señorita se encuentra en el jardín, además, no sé si sabrá sobre el revuelo que hay recientemente sobre la joven y el señor. —Estoy al tanto, señora. —Por órdenes del señor, ella no debe enterarse sobre ese asunto —musita —. Cuento con que sea un poco prudente sobre ese asunto al respecto. —No se preocupe, señora, soy su hermano, y no le diría algo que la haga sentir mal, y mucho menos por rumores y chismes sin fundamentos, créame —esboza media sonrisa aparentemente amistosa, pero en el fondo es maliciosa —. Solo quiero saber cómo está ella, ahora que está apunto de casarse,
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