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Un paso atrás, dos adelante

Un cielo oscuro adornado de estrellas con una luna resplandeciente, el paisaje de la noche es tan hermoso y lleno de vida que Elizabeth logra sentir la paz. No está en un ático soportando frío ni inhalando polvo que la enfermaba de vez en cuando, no está en una esquina oscura sufriendo por el anhelo de salir y probar la libertad, ahora todo es completamente diferente.

—Elizabeth —la llama Callum. Ella por el susto pega un respingo y se aleja de la ventana en donde contemplaba el lindo paisaje de la noche.

—Lo siento, no lo escuché entrar —le dice ella, mientras que Callum toma asiento en la cama.

—Está bien, ven aquí —le pide. La chica obedece y tímidamente se acerca, pero no se sienta en la cama sino que se mantiene de pie frente a él —siéntate aquí, a mi lado —le ordena Callum.

—¿Quiere decirme algo? —inquiere sin inmutarse a tomar asiento.

—Si, quiero decirte algo, pero siéntate —insiste —es de mala educación hablar de esta manera.

—Bien —obedece y toma asiento a su lado, pero poniendo una distancia considerable entre ambos.

—Quiero decirte que, en unas semanas será la boda, nos tomaremos el tiempo necesario para los preparativos, ya no es necesario que todo se haga con tanta prisa —explica, buscando la mirada escondida de Elizabeth, pero no logra hallarla ya que esta se mantiene mirando sus manos —¿Podrías por lo menos mirarme? No te voy a comer.

Ella lo mira brevemente, pero no logra sostener su mirada.

—Lo siento, me resulta incómodo mirar a las personas directamente a los ojos —se disculpa en voz baja.

—Pierde ese mal hábito de pedir disculpas inútiles por todo.

—Lo tendré en cuenta, señor.

—Otra cosa, no me gusta que me llames de esa forma —señala, tocando sus sienes con sumo estrés —no soy tu superior como para que me llames señor.

—¿Como le gustaría que lo llame?.

—Como solías hacerlo.

—¿Disculpe?.

Callum se percata que pensó en voz alta, así que guarda silencio por unos segundos antes de responder.

—Solo dime Callum, es suficiente —corrige.

—Callum...—pronuncia suavemente —es un bonito nombre.

—¿Te parece? —sus ojos destellan un brillo de sorpresa con entusiasmo —así que puedes dar elogios.

—Ah...¿Le molesta?.

—En lo absoluto.

Se mantienen en un silencio incómodo. Elizabeth desea hacerle muchas preguntas, pero teme que él se moleste por su insistencia, hay muchas cosas que quiere saber, como por ejemplo la razón del matrimonio, de dónde la conoce, por qué no escogió a su hermana Lorna, por qué ha sido bueno con ella, y si en algún momento también la abandonará a su suerte.

Además, otro de sus miedos es que Callum sepa sobre su pasado, que es una hija ilegítima que nació de una desgracia, que no es una joven a su altura, que no ha tenido una vida digna de un hombre como él, que es la hija de una criada y la mancha negra de la familia Jones.

—¿Hay algo que me quieras decir? —la voz de Callum la saca de sus pensamientos —¿Te incomoda estar aquí?.

—N-no, no es eso —lo mira queriendo decir mil cosas con la mirada, pero es cobarde para hacerlo.

—¿Entonces?.

—Solo me pregunto...¿Por qué es tan bueno conmigo? —gesticula con un toque de inseguridad —si no quiere contestar, está bien.

—¿Crees que yo he sido bueno contigo? —ella asiente —¿Me puedes decir en lo que he sido bueno contigo?.

—Pues...me sacó de esa casa, y además quiere casarse conmigo —explica distraídamente sin darse cuenta que los labios de Callum se curvan en una pequeña y disimulada sonrisa —. Para una persona como yo, eso es un acto de bondad, o tal vez de lástima.

La sonrisa de Callum se debe a que ella sin darse cuenta habla más de lo acostumbrado, hace rato solo decía algunas palabras cortantes y ahora simplemente entabla un conversación normal y natural con él. Aunque el miedo y lo tímida no se le quita, ha logrado dar un gran paso, y ella no lo nota.

—¿No te sientes mal porque te vas a casar con un "desconocido"? Es un matrimonio arreglado donde no tenías voz ni voto.

—Yo lo acepté en la cena, ¿Lo recuerda?.

—Uhm, si, así es —sonríe de lado —. Entonces...¿Te sientes bien con esto?.

—Si le digo que no, mentiría —baja la mirada jugando con sus manos —sino fuera por este matrimonio, no hubiera salido de esa mansión. Le estoy muy agradecida, Callum.

—No me agradezcas, Elizabeth, no hay motivo para eso —su rostro se endurece de golpe apretando su mandíbula —. Solo dime una cosa, ¿Te han tratado bien?.

—Creo que es injusto, Callum...

—¿Que quieres decir? —él la mira con una ceja enarcada.

—Usted quiere saber cosas sobre mi, pero no está dispuesto a aclarar mis dudas —contesta temerosa de la reacción o la respuesta de Callum. Pero como siempre, cada vez se sorprende más, cuando piensa que tal vez él puede darle un regaño o reaccionar de manera violenta por ser insolente, él actúa de manera contraria, se mantiene en silencio pensando en una respuesta, o solo le responde de inmediato. Es totalmente diferente al trato de los Jones.

—Tienes razón —responde por fin —. Creo que ambos necesitamos tiempo. Tal vez más adelante podamos ser sinceros uno con el otro.

—Me estaba comentando que la boda se realizará entre unas semanas —cambia de tema —¿Que tipo de boda será?.

—¿Nunca has visto una boda?.

—Solo en revistas y libros —responde apenada —como ve, no soy muy sociable.

Eso era porque nunca tuvo la oportunidad de serlo. Pero no es algo que le dirá a Callum.

—Será una boda en una iglesia, o si lo prefieres puede ser al aire libre, ¿Cual te gustaría?.

—¿Me lo pregunta a mi? —ella lo mira sorprendida.

—No recuerdo haber metido a dos mujeres en mi habitación —comenta sarcástico y con dejo de diversión —. Si, te pregunto a ti. Serás la novia.

—Entonces...creo que escogería al aire libre —sonríe ilusionada. Pero cuando se da cuenta deja de hacerlo.

—¿Quieres descansar? Es muy tarde —Callum se percata de su incomodidad y concluye el tema — . Ya que no tienes ropa contigo, puedes ponerte una de mis camisas para dormir. No quisiera molestar a Olivia en estos momentos.

—¿Disculpe? —ella lo mira confusa —¿Ponerme una de sus camisas dijo?.

—Si.

—Pero...

—¿Quieres que mande a buscar tu ropa a estas altas horas de la noche a la mansión Jones?.

—¡N-no! —contesta abrumada.

—No lo decía enserio —se levanta de la cama consternado. Le frustra no saber el trasfondo de la situación que atraviesa Elizabeth —. No es necesario que vayas a esa mansión de nuevo, mañana haré que te compren ropa nueva.

—No es necesario...

—¿Entonces quieres volver ahí?.

—No...es solo que...

—Elizabeth —logra captar su mirada —no tienes que sentirte avergonzada, ni mucho menos presionada. Me encargaré de todo lo que necesites, no quiero escuchar más "peros" de tu parte ¿Entendido?.

—Si...

—Bien.

Se dirige a su clóset y saca una camisa blanca para Elizabeth. Mirando su cuerpo delgado y su baja estatura, seguramente le quedará lo suficientemente grande y ancha como para no mostrar más de lo que debería.

—Saldré para que cambies, o si gustas puedes usar el baño —sugiere dejando la camisa en la cama.

—Usaré el baño, gracias —se levanta y la toma —¿Usted... dormirá aquí... conmigo?.

—No. Dormiré en otra habitación, puedes tomar esta —responde de espaldas mientras quita su saco y luego los botones de la maga de su camisa —tal vez no te sientas bien durmiendo con un hombre que "apenas conoces".

—Pero es su habitación —replica.

—¿Sugieres que duerma contigo? —la mira de reojo por sobre su hombro —. No tendría ningún problema puesto que seremos marido y mujer muy pronto. Pero no puedo ignorar tus sentimientos.

—No se preocupe, estaré bien si se queda conmigo —responde en voz baja. Callum sorpresivamente se da la vuelta y la mira con estupor.

—¿Como? —inquiere estupefacto.

—Me sentiría incómoda durmiendo sola en esta habitación, y también si duerme en otro lado por mi culpa, no hay problema si se queda conmigo —contesta sin chistar.

Callum quería decirle que en la mansión hay muchas habitaciones libres para él poder descansar cómodamente, pero esta es una oportunidad que se le presenta con el fin de poder compartir un espacio con ella, y mucho más ahora que Elizabeth muestra un poco de confianza hacia él. De todas formas fue ella quien lo propuso.

—Bueno, si te parece bien, me quedaré contigo —accede girándose nuevamente dándole la espalda.

La puerta del baño se cierra cuando ella entra, Callum termina de quitarse la camisa y todo lo demás para luego colocarse un pantalón de tela con una camiseta y seguidamente meterse a la cama.

Y pensar que creía que dormiría en otra habitación después de cavilar que ella se sentiría incómoda. Que Elizabeth lo aceptara así de fácil fue sorpresivo para él.

En pocos minutos la puerta de baño se abre y por ella sale Elizabeth vistiendo la ancha camisa de Callum. No le quedó tan larga como Callum pensaba, pero sí le cubre lo suficiente como para no hacerlo maquinar cosas en su cabeza.

—Creo que me queda un poco grande —comenta avergonzada.

—¿Te hace sentir incómoda?.

—No, está bien así.

Es suave y cálida. Incluso ella puede sentir el aroma de Callum en la camisa, el olor a jabón mezclado con loción, una fragancia totalmente exquisita al olfato.

—Entra a la cama, pagaré las luces —le indica. Elizabeth hace lo que le dice y lentamente se mete entre las blancas y suaves sábanas de Callum. Incluso la cama tiene aroma impregnado.

Todo queda a oscuras cuando Callum apaga las luces, él está en un extremo de la cama y ella está en el otro. Por primera vez Elizabeth puede decir que su cuerpo tendrá un buen descanso, incluso de solo tocar la cama siente que cerrará los ojos en cualquier momento. Es un poco incómodo, pero se siente segura, no tiene miedo a que Louise entre por la puerta y profane su cuerpo tocándola.

Tal vez su corazón poco a poco pueda ser liberado de las espinas, y quizás pueda aferrarse a ese hombre. ¿Podría volver a confiar?. Él le demuestra seguridad, confianza, e incluso amabilidad. La actitud que tuvo él en la cena no es la misma actitud del hombre que puso los sentimientos de ella antes que los de él, es como si su manera fría de ser solo fuera una corteza dura de camuflaje para no demostrar lo blando que puede llegar a ser por dentro.

***

A mitad de la madrugada ambos estaban en un profundo sueño. Elizabeth dormía plácidamente al igual que Callum el cual tardó tanto en dormirse por la sola presencia de la joven a su lado. No sabía si acercarse o mantenerse distante para no asustarla. Tuvo que reprimir las ganas de abrazarla después de mucho tiempo, solo se conformó con el hecho de mantenerla cerca, y así fue que pudo conciliar el sueño.

Los ojos de Callum se abren lentamente mientras que su ceño se frunce al momento de sentir que unos pequeños brazos lo rodean estando de espaldas. Era Elizabeth que se había removido en la cama adormilada y abrazó lo que encontró a su paso, en este caso Callum.

—¿Elizabeth? —él lentamente se da la vuelta, nota que ella no le responde cuando la llama, lo que le da entender que lo hizo estando dormida —. Supongo que debo corresponder.

No lo desaprovechó. Viendo que los brazos de ella lo rodean por la cintura, él se mueve en la cama y hace lo mismo, la abraza e incluso hace que la cabeza de Elizabeth descanse en su pecho en donde ella entre dormida se acomoda. Hacía mucho tiempo que la joven no dormía tan profundamente que incluso si no está consiente no siente la sensación de inseguridad.

—Eli...—pronuncia en voz baja —lo siento mucho, mariposa...

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