Callum se encontraba en una reunión importante cuando recibe la llamada de Rosario informándole el estado de Elizabeth. No dudó en cancelar todos sus compromisos y salir de la empresa como alma que lleva el diablo. Cuando llega a la mansión encuentra a Rosario preocupada caminando de un lugar a otro en su espera. —¿Como está ella? —pregunta subiendo las escaleras al tiempo que Rosario lo sigue —¿Que fue lo que le pasó de repente? Ella estaba bien esta mañana. —Yo tampoco lo sé, señor —llegan al pasillo —pero su fiebre no es lo que más me preocupa, sino lo que tiene en su cuerpo. Callum frena sus pasos de golpe girándose hacia la mujer que también se detiene. —¿Que hay en su cuerpo? —pregunta tensando su mandíbula —. Responde. —Pues...múltiples golpes, marcas rojas y cicatrices —contesta temerosa —. Cuando le quité el vestido para limpiarla y bajarle la fiebre, eso fue lo que vi. Aparte que está muy delgada, tal vez por eso se encuentra en ese estado. Los manos de Callum se cier
La expresión de Callum cambió totalmente. Elizabeth se incorpora en la cama con la mirada baja pensando como debería explicarle a Callum el "secreto" que tiene con su hermano, no quiere que la vea de manera diferente después de decirle todo. —Elizabeth —Callum también se incorpora, sujetando a la chica pos los hombros —. Repite lo que dijiste hace un rato. —¿Está molesto conmigo? —inquiere asustada —lo que digo es verdad, sé que es difícil de creer, pero él me dijo que no somos hermanos, y luego... —¿Y luego? —aprieta su agarre haciendo que Elizabeth muestre una mueca —dímelo, qué pasó luego. —Me duele...—se queja, a lo que Callum reacciona y la suelta. —Lo siento —se disculpa, pasando una mano por su cabello un poco frustrado —. Solo quiero que me digas todo lo que te hacía tu hermano. —¿Va a creerme?. —Por supuesto que sí —frunce el ceño con extrañeza —¿Por qué no te creería?. —Pues...es algo que no se cree con facilidad cuando se trata de "hermanos". —Yo te creo, así que
**A la mañana siguiente** Se siente cálido. La sensación a la que todavía Elizabeth no se acostumbra. Unos fuertes brazos la rodean, la tienen atrapada y logra sentirse bastante bien. En sus labios se dibuja una sonrisa porque es consiente de que el que le produce esa cálida sensación es Callum, quien la abraza fuertemente por la espalda. Abre sus ojos lentamente ya que la iluminación del sol dando paso a la hermosa mañana, le fastidia en la cara. Observa los brazos de Callum que están rodeándola por la cintura, su sonrisa desaparece cuando se da cuenta de los pequeños rasguños que tiene Callum en sus manos como si se hubiera herido con algo. Recuerda que la anoche anterior habían fuertes ruidos que provenían de afuera, pero por el sueño no se levantó. ¿Habrá pasado algo?, Se pregunta. Se da la vuelta lentamente logrando que su cara quede frente a la de Callum que aún sigue dormido. Es un hombre hermoso incluso cuando está durmiendo, su cabello negro es suave y Elizabeth no evita
—Callum...¿No fue demasiado? —inquiere Elizabeth que está sentada al lado de él en el sofá —fueron demasiados vestidos. —¿Demasiados? —la mira con la ceja enarcada —creo que fueron pocos, tenemos que ir de compras. —¿Vamos a salir? —una sonrisa le dibuja en los labios. —¿Te pone contenta? —la carga y la sienta en su regazo —. Podemos salir cuando quieras, justo hoy quiero sacarte de compras. —¿Más compras? Creo que los vestidos que encargaste para mí fueron suficientes —protesta —¿Eso era lo que tenías para mí?. —Por supuesto, ¿No te gustó?. —Me gustó mucho, no había visto vestidos tan lindos como esos —lo abraza por el cuello dándole un beso en la mejilla —pero siento que es demasiado para mi. —No es demasiado, Elizabeth, te mereces eso y más —declara dejando un pequeño beso en punta de su nariz —. Aleja esos pensamientos de tu cabeza, no me gustan. —Está bien. —En dos días tendré un desfile de modas —le informa —y quiero que vayas conmigo. —¿A un desfile de modas? —sus oj
Las miradas de todos solo estaban puestas en la pareja que escogía diferentes prendas en un centro comercial. Toda la atención solo se centraba en ellos. Callum le concedía a Elizabeth todo lo que le gustara, incluso la llevó a una boutique donde le compró joyas y la terminó de llenar de vestidos caros. Aunque ella quisiera parar, Callum solo estaba ahí para complacerla. Las mejillas de la chica estaban rojas cuando llegó el momento de comprar ropa interior. Callum personalmente la ayudaba a escoger sus prendas, cosa que dejaba sorprendidos a los subordinados que lo acompañaban. —Eso...no lo voy a usar —se niega avergonzada de lo que Callum escogió para ella —. No creo que debas hacer esto. —Me gusta este, combina con tu piel —insiste, con la prenda roja y sexy en su mano —¿Por qué no lo probamos?. —Estás loco, eso es...diminuto—masculla ruborizada. Callum en ves de escoger ropa interior para ella, ha escogido mayormente lencería que no cubre de manera funcional. —Lo llevamos —i
La noche oscura llegó abriendo sus puertas a una hermosa luna brillante. Elizabeth se encontraba de pies cerca de la ventana admirando aquel bello paisaje que el cielo estrellado le proporcionaba. Tenía un poco de frío ya que la ventana estaba abierta y el viento entraba azotando su piel. Y más por esa nueva pijama que Callum compró para ella, se la puso sin pensar que era más reveladora de lo que creía, pensó en quitársela porque no estaba acostumbrada a usar ese tipo de cosas, pero pensó que a Callum le gustaría ya que él mismo la escogió. Estaba a su espera, y al poco tiempo la espera culminó cuando el chirrido de la puerta la hace sonreír debido a que Callum entró a la habitación. Ella se giró hacia él con una tímida sonrisa en sus labios, él la observaba anonadado de pies a cabeza por lo bella que estaba. Una pequeña chica con una diminuta pijama de seda blanca y suave estaba parada en esa ventana sonriéndole dulcemente, el viento movía su hermoso y sedoso cabello negro dándol
La luna se oculta dándole paso al sol resplandeciente cuyos rayos entran por la ventana de la habitación de Callum, el cual está abrazando a Elizabeth por la espalda mientras ella sigue dormida. Besa su hombro suavemente para despertarla, ella se remueve en la cama frunciendo el ceño por la luz del sol. —Despierta —le dice en un susurro al oído —despierta o te despierto yo. Ella se mantiene con los ojos cerrados y sonríe cuando Callum escabulle su mano por la parte baja de su abdomen mientras le deja besos en el cuello. —Deja de hacer eso, me haces cosquillas —musita abriendo los ojos lentamente —tuviste suficiente anoche, me duele la pelvis. —No pude contenerme —le dice mordiendo el lóbulo de su oreja —además, tú también querías que siguiera de largo. —Eres un tonto —oculta su cara con la cobija —no hables de eso. —¿Te avergüenza después de haber dejado marcas de rasguños en mi espalda?. —Si no te detienes, no lo volveremos a hacer —sentencia. —No me digas eso —la abraza fue
El día transcurrió rápido, Elizabeth estuvo preparándose con las clase de etiqueta que Raúl le enseñó. El día de mañana sería el día del desfile de modas y todo tendría que ser perfecto. Sin embargo, llega una visita inesperada a la mansión. —¿Que lo trae por aquí, joven Asher? —lo recibe Raúl en el recibidor. —Vine de visita, ¿Callum se encuentra?. —No. Aún sigue en la empresa. —¿Y Olivia?. —También, joven. —Me gustaría esperarlos si no es mucha molestia. Raúl estaba dudoso si aceptarlo o no, Callum no es gustoso con la otra familia de su padre, y Asher, es su hermanastro. Sin embargo, en ese caso, Raúl no podía echarlo. —Como guste. ¿Desea tomar algo?. —No. Así estoy bien, gracias. —Entonces, con su permiso. Raúl se marcha y deja a Asher en la sala a la espera de Callum. Ambos no es que no se lleven bien, por parte de Asher estaría encantado de tener una relación mucho mejor con Callum, pero Callum no lo ve de la misma forma ya que su madre sufrió mucho por culpa de su p