—Callum...¿No fue demasiado? —inquiere Elizabeth que está sentada al lado de él en el sofá —fueron demasiados vestidos. —¿Demasiados? —la mira con la ceja enarcada —creo que fueron pocos, tenemos que ir de compras. —¿Vamos a salir? —una sonrisa le dibuja en los labios. —¿Te pone contenta? —la carga y la sienta en su regazo —. Podemos salir cuando quieras, justo hoy quiero sacarte de compras. —¿Más compras? Creo que los vestidos que encargaste para mí fueron suficientes —protesta —¿Eso era lo que tenías para mí?. —Por supuesto, ¿No te gustó?. —Me gustó mucho, no había visto vestidos tan lindos como esos —lo abraza por el cuello dándole un beso en la mejilla —pero siento que es demasiado para mi. —No es demasiado, Elizabeth, te mereces eso y más —declara dejando un pequeño beso en punta de su nariz —. Aleja esos pensamientos de tu cabeza, no me gustan. —Está bien. —En dos días tendré un desfile de modas —le informa —y quiero que vayas conmigo. —¿A un desfile de modas? —sus oj
Las miradas de todos solo estaban puestas en la pareja que escogía diferentes prendas en un centro comercial. Toda la atención solo se centraba en ellos. Callum le concedía a Elizabeth todo lo que le gustara, incluso la llevó a una boutique donde le compró joyas y la terminó de llenar de vestidos caros. Aunque ella quisiera parar, Callum solo estaba ahí para complacerla. Las mejillas de la chica estaban rojas cuando llegó el momento de comprar ropa interior. Callum personalmente la ayudaba a escoger sus prendas, cosa que dejaba sorprendidos a los subordinados que lo acompañaban. —Eso...no lo voy a usar —se niega avergonzada de lo que Callum escogió para ella —. No creo que debas hacer esto. —Me gusta este, combina con tu piel —insiste, con la prenda roja y sexy en su mano —¿Por qué no lo probamos?. —Estás loco, eso es...diminuto—masculla ruborizada. Callum en ves de escoger ropa interior para ella, ha escogido mayormente lencería que no cubre de manera funcional. —Lo llevamos —i
La noche oscura llegó abriendo sus puertas a una hermosa luna brillante. Elizabeth se encontraba de pies cerca de la ventana admirando aquel bello paisaje que el cielo estrellado le proporcionaba. Tenía un poco de frío ya que la ventana estaba abierta y el viento entraba azotando su piel. Y más por esa nueva pijama que Callum compró para ella, se la puso sin pensar que era más reveladora de lo que creía, pensó en quitársela porque no estaba acostumbrada a usar ese tipo de cosas, pero pensó que a Callum le gustaría ya que él mismo la escogió. Estaba a su espera, y al poco tiempo la espera culminó cuando el chirrido de la puerta la hace sonreír debido a que Callum entró a la habitación. Ella se giró hacia él con una tímida sonrisa en sus labios, él la observaba anonadado de pies a cabeza por lo bella que estaba. Una pequeña chica con una diminuta pijama de seda blanca y suave estaba parada en esa ventana sonriéndole dulcemente, el viento movía su hermoso y sedoso cabello negro dándol
La luna se oculta dándole paso al sol resplandeciente cuyos rayos entran por la ventana de la habitación de Callum, el cual está abrazando a Elizabeth por la espalda mientras ella sigue dormida. Besa su hombro suavemente para despertarla, ella se remueve en la cama frunciendo el ceño por la luz del sol. —Despierta —le dice en un susurro al oído —despierta o te despierto yo. Ella se mantiene con los ojos cerrados y sonríe cuando Callum escabulle su mano por la parte baja de su abdomen mientras le deja besos en el cuello. —Deja de hacer eso, me haces cosquillas —musita abriendo los ojos lentamente —tuviste suficiente anoche, me duele la pelvis. —No pude contenerme —le dice mordiendo el lóbulo de su oreja —además, tú también querías que siguiera de largo. —Eres un tonto —oculta su cara con la cobija —no hables de eso. —¿Te avergüenza después de haber dejado marcas de rasguños en mi espalda?. —Si no te detienes, no lo volveremos a hacer —sentencia. —No me digas eso —la abraza fue
El día transcurrió rápido, Elizabeth estuvo preparándose con las clase de etiqueta que Raúl le enseñó. El día de mañana sería el día del desfile de modas y todo tendría que ser perfecto. Sin embargo, llega una visita inesperada a la mansión. —¿Que lo trae por aquí, joven Asher? —lo recibe Raúl en el recibidor. —Vine de visita, ¿Callum se encuentra?. —No. Aún sigue en la empresa. —¿Y Olivia?. —También, joven. —Me gustaría esperarlos si no es mucha molestia. Raúl estaba dudoso si aceptarlo o no, Callum no es gustoso con la otra familia de su padre, y Asher, es su hermanastro. Sin embargo, en ese caso, Raúl no podía echarlo. —Como guste. ¿Desea tomar algo?. —No. Así estoy bien, gracias. —Entonces, con su permiso. Raúl se marcha y deja a Asher en la sala a la espera de Callum. Ambos no es que no se lleven bien, por parte de Asher estaría encantado de tener una relación mucho mejor con Callum, pero Callum no lo ve de la misma forma ya que su madre sufrió mucho por culpa de su p
***A la mañana siguiente Callum se despierta primero, se da cuenta que Elizabeth sigue durmiendo profundamente, así que cubre su cuerpo semi desnudo con la manta dejándole un beso en la frente antes de levantarse. Se da una ducha y sale de la habitación indicándole a Rosario que lleve el desayuno de Elizabeth a la cama en cuanto despierte.Mientras prepara su papeleo en el despacho para luego marcharse a la empresa, Raúl toca la puerta y Callum lo hace pasar. —Señor, he recibido la información que me pidió que investigara sobre Louise Jones—informe, entregándole unos documentos. —¿Esta información es confiable? ¿Todo lo que dice es cierto? —pregunta, ojeando cada papel. —Absolutamente confiable, eso es todo lo que encontraron. Los papeles que Raúl le entregó a Callum contiene información demasiado valiosa como para desmoronar a la familia Jones, ya que, según el informe de esos documentos, hay una gran deuda de miles de dólares a nombre de los Jones por malversación de fondos
—Nos vemos de nuevo —la recibe Elizabeth, con esa misma sonrisa radiante y calmada —¿Quiere que te brinde algo de tomar?. —No. Estoy bien así, gracias, seré breve —se sienta en frente de ella —veo que estás ansiosa. —Un poco, sí —suspira pesadamente —¿Ya te has decidido, niñera?.—Te diré todo lo que quieras —declara por fin, a lo que Elizabeth sonríe satisfecha—pero tienes que devolverme la residencia para mis hijos, tú misma lo dijiste, estoy tomando un gran riesgo. —Lo dije, y lo sostengo, no te preocupes —confirma —solo dame tiempo para hablarlo con mi prometido, él se hará cargo. —¿Él sabe la verdad sobre los Jones?. —No estaría haciendo algo como esto si no tuviera un apoyo que me respaldara. —Entonces...¿Cuándo estará la propiedad en mi poder?. —Me comunicaré contigo en cuanto la tenga en mis manos, y a cambio, sabes que debes decirme todo lo que sabes sobre los Jones. —Es un trato entonces. La mujer se va quedando de acuerdo con Elizabeth, ella por su parte queda sati
Una oleada de emociones atropelló a Elizabeth, quién reprimía sus lágrimas delante de Asher, el cual la miraba en silencio mientras que el auto estaba en marcha. —Debe haber alguna explicación —comenta Asher, saliendo del afligido silencio —Donan no es ese tipo de persona. —Lo dices para que me sienta mejor —musita en un sollozo —no es necesario que lo hagas. —Lo digo enserio —saca un pañuelo y se lo ofrece para que limpie sus lágrimas —debe haber una explicación para todo esto, es obvio que esa mujer tiene algo que ver. —¿La conoces? —recibe el pañuelo.—Me la he topado un par de veces, se siente la dueña de Donan. Por eso te digo que hables con él, quizás todo esto sea un malentendido. —¿El hecho que yo me bese contigo en estos momentos es un malentendido? Viste esas fotos, se estaban besando —replica, renovando el llanto —y no solo son las fotos, Asher, me dejó sola, ni siquiera sabes el peligro en el que estaba cuando llegaste a interrumpir la conversación de mi hermano y yo