—¡Eres una m*****a zorra igual que tu madre! —despotrica la rubia contra Elizabeth, la cual yacía en el suelo por la bofetada que de la nada, recibió en su mejilla —¿¡Como te atreves a fijar tu mirada en mi hombre!?.
Elizabeth se notaba confusa, no sabía por qué su hermana estaba tan enojada si se mantuvo en el ático el resto de la tarde para no molestar a nadie, solo esperaba a que las sirvientas que enviara su padre llegaran para arreglarla.—¿Que te he hecho? No sé de qué hablas —se atreve a gesticular.—¿Que no lo sabes, m*****a gata? —la toma del brazo, y la hace levantar del piso frío —¿Acaso no sabes que te vas a casar?.—S-si, pero...—¿¡Lo ves!? —la empuja contra el piso violentamente sin dejarla terminar —¡Eres una arrastrada que no sabe su lugar!.La rubia estaba furiosa ya que secretamente había escuchado la conversación que tenían sus padres sobre el posible matrimonio entre Elizabeth y Callum Winston.—No es mi decisión, lo juro...—¡Cállate! —otro golpe le propina en el rostro sin dejar que explique la situación en la que se ha visto envuelta.Ella es tratada como un medio de desahogo, aunque tenga o no una explicación, en la posición que mantiene no será válida.—¿Que demonios está pasando aquí? —la voz de Louise, el hermano mayor de Lorna y Elizabeth, se hace presente en el ático.—¡Louise! —la rubia corre a sus brazos para buscar consuelo, el papel de víctima que siempre hace juego con su rostro le sienta de maravilla —le estaba reclamando el hecho de que haya seducido al hombre que me gusta. ¿Puedes creerlo?.—¿De qué estás hablando?.—Papá piensa casar a Elizabeth con Callum Winston, el hombre que me gusta —gimotea descaradamente —dijo mi padre que él la escogió. ¿Como puede ser si nunca ha salido de esta casa?, Debe ser un truco de ella.—¿Eso es cierto, Elizabeth? —su hermano la mira con el entrecejo fruncido, mientras que ella asentía con la cabeza lentamente.No tenía otra opción más que decir que sí, que todo era verdad, si no lo hacía, el enojo de su hermana contra ella por dejarla como una mentirosa sería aún peor.—Lorna, ¿Podrías dejarnos solos un momento? —le pide a su hermana amablemente —tengo que hablar algo con ella, iré con papá y mamá después.—Bien.Su hermana sale con una sonrisa en el rostro de solo imaginar lo que le pasará a Elizabeth, es algo totalmente satisfactorio para ella.—Así que...¿Piensas casarte? —Louise se acerca con cautela —¿Acaso no sabes que no puedes hacer eso?.Los ojos de la joven estaban llenos de terror, sus cuerpo temblaba del miedo, del asco, recordando todo lo que ese hombre que tiene en frente suyo, hace con ella.—Juro que...esta no es mi decisión, es de papá...—balbucea, con la mirada puesta en sus manos mientras sigue tirada en el piso.—Mi querida Elizabeth —le extiende la mano para que se ponga de pie, pero ella duda —anda, tómala.Temerosa ella recibe su mano y se levanta del suelo. Louise se sienta en la cama con ella, más cercanos de lo que deberían.—Yo te creo, Elizabeth —coloca un mechón de cabello detrás de su oreja —Lorna de seguro está molesta porque no sabe con exactitud la situación, ¿No lo crees?.—Si...—Pero Elizabeth —le toma las manos —tienes que decirle a papá que no puedes casarte con ese hombre, no piensas robarle el hombre que le gusta a tu hermana, ¿Verdad?.—No...—Aunque...ya sabes que no es tu hermana —acaricia su mejilla —ni yo tampoco soy tu hermano.—Lo sé.—Es un secreto que debes guardar siempre. Te lo conté para que tengas presente que no hay lazos sanguíneo que nos una, pero debes llevarte toda esa información a la tumba, ni siquiera Lorna puede saberlo, ¿Lo entiendes?.—Si.—Entonces...—Louise hace acostar a Elizabeth en la cama, y se le sube encima —¿Ya tienes claro por qué no debes casarte?.—Louise, por favor...no lo hagas —ella cierra los ojos con fuerza, mientras que él escabulle su mano por sus muslos.—La razón por la que no debes casarte, es porque debo ser tu único hombre —aclara, subiendo su mano un poco más arriba —. No hemos avanzado como deberíamos, ¿Cuando vas a permitirme hacerte mía, Elizabeth? Te he esperado por mucho tiempo.—¡N-no! —ella lo empuja y se levanta de la cama a toda prisa —déjame, por favor Louise.—¿Crees que puedes rechazarme todas las veces que quieras? —camina hacia ella y la estruja contra la pared —no puedes huir de mí, solo quédate quieta.—¡Déjame! — trata de forcejear cuando él toma sus muñecas —¡Basta, déjame!...¡Hmm!Sus labios fueron sellados por un mordaz beso no consentido, ya que ella intenta alejarlo con su débil fuerza mientras el hambriento hombre la posee bajo su dominio, arremete contra sus labios sin una pizca de contemplación dándole libre albedrío a sus manos que quieren tocarla, pero le es imposible cuando ella trata de zafarse de su violento agarre.—Basta, por favor Louise —le pide cuando él abandona sus labios, sin embargo, la sostiene de sus caderas mientras besa su cuello.—¿Cuanto más me vas a hacerme esperar? —cuestiona él, liberando su atadura sobre ella.—Yo...no quiero hacerlo —gesticula, abrazándose ella misma mientras que su cuerpo tiembla.Louise sonríe irónicamente, acercando sus pasos nuevamente hacia ella, hasta que atrapa una de sus muñecas chocando su pecho fornido contra su cuerpo.—¿No quieres hacerlo? —toma su mentón y ejerce fuerza —. Más vale que cambies de opinión para esta noche.—Esta noche...es la cena con el invitado.—¿Me quieres decir que vas a aceptar toda esa m****a del matrimonio? Piensa bien lo que vas a hacer, Elizabeth, no quieres verme enojado —sentencia.—Esto no lo decidí yo, fue papá, y él no me escuchará si se lo pido.—¿No quieres casarte?.—No —miente.—Muy bien —besa sus labios nuevamente, pero esta vez Elizabeth no pone resistencia, solo cierra los ojos con fuerza y suprime la lágrima que está asomada en el rabillo de su ojo —. En la cena de esta noche, puedes ser libre de decir que no quieres casarte. Yo te apoyaré, incluso Lorna también lo hará, y si es posible, mi madre igual.—Pero...—¿No me acabas de decir que no quieres casarte?.Su tono de amenaza la hace guardar silencio.—Eso pensé —le da un último beso en los labios, y luego sale del ático.Las piernas de Elizabeth se flexionan hasta que descansa en el piso, el llanto retenido sale un quejido ahogado por sus propias manos que cubren su boca. La repugnancia y la suciedad que siente en su cuerpo son los factores principales que la hacen quejarse en silencio.***—Madre, no puedes permitirlo.Lorna camina de un lugar a otro en la habitación de su madre, las quejas que le había puesto a su padre fueron en vano, ya que Enzo había tomado una decisión.—¿Que más quieres que haga? Tu padre dijo que haría todo lo posible para que seas la prometida de Callum, este asunto se sale de mis manos.—No te confíes de lo que dijo papá —se detiene, y se sienta al lado de su madre en la cama —. Los escuché hablar, y por lo que oí, hay un contrato de por medio. Padre es ambicioso, lo único que le importa es el dinero, y si ya lo consiguió, no le importará quién vaya a ser la futura esposa de Callum. No te dejes engañar, mamá.—Entonces, ¿Que sugieres?, Tu padre es demasiado terco, no pude convencerlo de todos modos.—Hmm, ¿Podemos invitar a Axel esta noche?.—¿Por qué quieres hacer eso?, Es una cena familiar para recibir al señor Callum, no es apropiado.—Él también será nuestro invitado, ¿No sabes que a Elizabeth le gusta Axel?.Los ojos de Lucrecia se abren en asombro ante tal confesión.—¿A esa mugrosa también le gusta Axel?.—Si, mamá. Todos los hombres que me gustan, los quiere tener ella, ¿No es demasiado injusto para mí?.—Mi pobre niña —su madre la abraza y le da caricias en su cabeza —no permitiré que esa zorra te arrebate lo que te pertenece, esa historia no ocurrirá dos veces.—Entonces...¿Puedo invitar a Axel?.—Claro que sí. Pero, ¿Qué planeas?.—Ya verás, mamá, ya verás...Un vestido color pastel que le llega hasta las rodillas, mangas cortas y un escote moderado combinado con unas zapatillas medio tacón. En su cintura se envolvía un hermoso cinturón delgado que hacía juego con la vestimenta el cual también es combinado con accesorios. —Luce espléndida —comenta una de las sirvientas a sus espaldas. —¿No es... demasiado? —inquiere insegura la joven. —¿Demasiado? ¿Que quiere decir?. —Ah...no es nada. Elizabeth se veía como una persona completamente diferente vestida de esa manera tan elegante resaltando la belleza que estaba oculta en ella. Aunque fuera algo temporal, ya que solo tiene ese privilegio simplemente para recibir a su "prometido", se siente como si fuera otra persona. La puerta de la habitación donde estaban preparando a Elizabeth se abre, y por ella asoma la cara Louise, el cual ya estaba listo para la cena. Vestido tan formalmente dejando ver lo atractivo que es siendo el primogénito familiar, con rasgos exquisitos de un joven de vein
—Ella viene conmigo. Todos se miraron las caras en cuando salió esas tres palabras de la boca de Callum. Reaccionaron de su breve shock cuando Louise, oponiéndose a la idea, toma del brazo de Elizabeth y la hace levantar de la silla abruptamente. —Sobre mi cadáver —sentencia —no permitiré que te la lleves. La posiciona detrás de su espalda como queriéndola cubrir con su cuerpo, mientras hacía eso ella le suplicaba al desconocido con la mirada. «Ayuda» era lo que sus ojos pedían a gritos. —¡Louise! —su padre reacciona —¿Qué demonios crees que haces?. —¡Ya dije que no se la llevarán, papá! —ruge como una bestia airada. Su padre tenía esa chispa de confusión y enojo, no sabe la razón del comportamiento de su hijo, sin embargo, tiene la obligación de cumplir con su parte del trato. Si firmó el contrato, entonces Elizabeth ya le pertenece a Callum y tiene el derecho de llevársela, o esperar hasta el día del matrimonio. —¡Basta con esto, Louise! —su padre interfiere de nuevo, pero el
Un cielo oscuro adornado de estrellas con una luna resplandeciente, el paisaje de la noche es tan hermoso y lleno de vida que Elizabeth logra sentir la paz. No está en un ático soportando frío ni inhalando polvo que la enfermaba de vez en cuando, no está en una esquina oscura sufriendo por el anhelo de salir y probar la libertad, ahora todo es completamente diferente.—Elizabeth —la llama Callum. Ella por el susto pega un respingo y se aleja de la ventana en donde contemplaba el lindo paisaje de la noche.—Lo siento, no lo escuché entrar —le dice ella, mientras que Callum toma asiento en la cama.—Está bien, ven aquí —le pide. La chica obedece y tímidamente se acerca, pero no se sienta en la cama sino que se mantiene de pie frente a él —siéntate aquí, a mi lado —le ordena Callum.—¿Quiere decirme algo? —inquiere sin inmutarse a tomar asiento.—Si, quiero decirte algo, pero siéntate —insiste —es de mala educación hablar de esta manera.—Bien —obedece y toma asiento a su lado, pero poni
A la mañana siguiente los rayos del solo entran por la ventana de la habitación de Callum. Elizabeth quien no se había despertado aún, frunce el ceño por la iluminación y se acomoda en la cama. Su incomodidad aumenta cuando palpa con sus manos algo duro que tiene un rico olor. No logra diferenciar qué es lo que toca y sigue palpando con su mano mientras sus ojos se van abriendo de apoco. —No soy de hierro, deja de tocarme así. Al escuchar la voz ronca de Callum Elizabeth se aleja de un brinco pegando abruptamente su espalda en el cabezal de la cama. Se dio cuenta que lo que tocaba minuciosamente era el pecho de Callum y que incluso ella descansaba sobre él. —Ten cuidado —le dice él cuando se percata que ella se golpea la espalda con la cama —. No te asustes, fuiste tú la que me buscó anoche. —...¿Le hice algo anoche...? —pregunta conmocionada. —Digamos que solo me abrazaste pensado que era tu oso de peluche o algo similar —confiesa peinando su cabello con una mano. —Lo siento —
Callum toma la mano de Elizabeth para bajar juntos al comedor. En la mesa solo estaba Olivia a la espera y los sirvientes alrededor, Gema, que también se podía pensar que estaría presente, no lo estuvo ya que después de haber discutido con Callum, decidió irse. Callum ayuda a sentar al chica para luego él tomar asiento. Su hermana, que no estaba muy feliz con la presencia de Elizabeth, solo se mantuvo moviendo los cubiertos en completo silencio. Ya Gema la había puesto al tanto de la pequeña discusión que tuvo con Callum por culpa de Elizabeth, o más bien por la imprudencia de una mujer dolida. —Veo que no estás de buen humor —comenta Callum, rompiendo el sepulcral silencio —¿Gema habló contigo?. —No es justo como la tratas —responde dejando los cubiertos en la mesa —¿Solo porque quería hablar con tu "prometida"?.—No estabas ahí, Olivia, así que deja esa actitud arrogante —espeta, mirando a Elizabeth que no ha probado bocado —. Mejor tomemos el desayuno en paz. —¿En paz dices?.
—¿Y Olivia? —pregunta Callum al llegar a la sala del comedor —¿Se ha ido tan pronto?. —Así es, señor —alega Rosario —se fue un poco molesta. —¿Sucedió algo? —interpela mirando a Elizabeth que se encuentra sentada en el comedor jugando con su comida —¿Le dijo algo a Elizabeth?. —Usted sabe que la señorita Olivia está un poco desconcertada, no está muy feliz con todo esto. —Entiendo —asiente pensativo —necesito que me hagas un favor, Rosario. —¿De qué se trata?. —Encárgate personalmente de atender a Elizabeth. Enséñale los alrededores de la mansión, mantenla distraída mientras que yo no estoy, y que por nada de mundo vea las noticias, por favor. —¿Pasó algo?. —Hay cierto escándalo de mal gusto en los medios que tengo que resolver. No le sentará nada bien si se entera sobre eso, así que encárgate de ella. —No se preocupe, estaré a cargo. Dejando claro las cosas, Callum se acerca a la mesa sorprendiendo a la joven con un beso en la mejilla que la sobresalta y la hace ruborizar.
—Oh. No sabía que la señorita tendría visita hoy —comenta la señora confusa —¿El señor Callum sabe de su visita?. —Como le dije, señora, soy el hermano mayor de Elizabeth, solo quiero saludarla, ¿Es necesario avisarle al señor para visitar a mi hermana? —inquiere con una sonrisa fingida —no me tomará mucho tiempo. —Bueno, si es así, no le veo el problema —repone dubitativa —. Sin embargo, en estos momentos la señorita se encuentra en el jardín, además, no sé si sabrá sobre el revuelo que hay recientemente sobre la joven y el señor. —Estoy al tanto, señora. —Por órdenes del señor, ella no debe enterarse sobre ese asunto —musita —. Cuento con que sea un poco prudente sobre ese asunto al respecto. —No se preocupe, señora, soy su hermano, y no le diría algo que la haga sentir mal, y mucho menos por rumores y chismes sin fundamentos, créame —esboza media sonrisa aparentemente amistosa, pero en el fondo es maliciosa —. Solo quiero saber cómo está ella, ahora que está apunto de casarse,
Callum se encontraba en una reunión importante cuando recibe la llamada de Rosario informándole el estado de Elizabeth. No dudó en cancelar todos sus compromisos y salir de la empresa como alma que lleva el diablo. Cuando llega a la mansión encuentra a Rosario preocupada caminando de un lugar a otro en su espera. —¿Como está ella? —pregunta subiendo las escaleras al tiempo que Rosario lo sigue —¿Que fue lo que le pasó de repente? Ella estaba bien esta mañana. —Yo tampoco lo sé, señor —llegan al pasillo —pero su fiebre no es lo que más me preocupa, sino lo que tiene en su cuerpo. Callum frena sus pasos de golpe girándose hacia la mujer que también se detiene. —¿Que hay en su cuerpo? —pregunta tensando su mandíbula —. Responde. —Pues...múltiples golpes, marcas rojas y cicatrices —contesta temerosa —. Cuando le quité el vestido para limpiarla y bajarle la fiebre, eso fue lo que vi. Aparte que está muy delgada, tal vez por eso se encuentra en ese estado. Los manos de Callum se cier