Raquel entró sigilosamente al departamento que se encontraba en completa oscuridad, caminó de puntillas hacia su habitación, pero cuando cruzaba cerca de la pequeña sala, la luz de la lámpara la sobresalto y ver la figura de su amiga sentada en el sofá con los brazos cruzados mirándola fijamente, la hizo estremecer aún más.— ¡Ah!... ¡Me asustaste!—¿Por qué llegas tan tarde?—No es tan tarde.Respondió Raquel sonriendo un poco, jugando con la paciencia de Sara.Sara levantó el celular hacia su cara para verificar la hora, comprobando que eran las 3 de la madrugada.—Son las 3:00 de la mañana.Raquel encogió sus hombros y sonrió mucho más.—Ah, entonces no es tarde, más bien es temprano.—No estoy jugando.—Pues yo sí... ¿Por qué te comportas así como si fueras mi madre?—Me preocupaste, tú nunca llegas a esta hora y menos sin avisarme.—Sabías que tenía una cita con Samuel.—Sí, pero...—Estoy bien, ¿ya puedo irme a dormir?—No, ahora me cuentas todo.Raquel resopló, pero rápidamente
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