—¿Ya no quieres beber?
Preguntó Aurora ya con un tono de ebriedad en su voz.
— Creo que fue suficiente por esta noche.
Resopló Raquel, para luego mirar por cuarta vez su celular, percatándose de esto Aurora.
—¿Esperas una llamada? ¿Es alguien importante?
Raquel se sorprendió por la pregunta y sacudió sus manos en negativa.
—No, solo estaba viendo la hora.
El rostro incrédulo de Aurora me daba a entender que no creía en mis palabras.
—Raquel hemos sido amigas durante ya 6 meses.
—Lo sé, desde ese día en el cual tú gentilmente me ayudaste sin motivo alguno.
Raquel bajó su mirada hacia el vaso frente a ella.
—Si había motivos.
Raquel levantó su vista hacia los ojos negros frente a ella.
—Cuando te vi llorando, pensé en mí y en lo mucho que me costó estar en la empresa, es difícil acoplarse a algún lugar nuevo, aunque uno posea la capacidad y sé lo hostiles que pueden ser las personas en este tipo de lugares. Me vi en ti y no dude en ayudarte. Eres una mujer sumamente competente y me da gusto haberte ayudado en ese momento de crisis porque sé lo difícil que es demostrar cuando todo está por el suelo.
Sus palabras me hicieron sentir muy bien, por qué todo lo que decía era cierto y más lo de las personas hostiles, empezando por Esther que solo me miraba con desprecio... quizás por lo que más adelante me enteraría.
—Gracias por tus palabras.
Raquel sonrió dulcemente.
—Pero a pesar de que hemos sido amigas, siento que aún hay cosas que no conozco de ti, Dime, ¿Tienes novio?
—¿Novio?
Raquel bebió un poco de alcohol y por unos segundos recordó las noches anteriores, cuando Samuel llegaba a su oficina y le daba un beso de despedida.
La pregunta de Aurora me hizo cuestionarme en ese momento que relación teníamos, ya que hablábamos muy poco del tema, simplemente antes de retirarme de mi oficina, él me envolvía con sus besos, me tomaba de la cintura y me acercaba a su cuerpo acercándose lentamente hacia mis labios que correspondían a todos esos besos.
—Pues supongo que sí.
Respondió finalmente Raquel.
—¿Alguien de la empresa?
¡No!, ¡No!
Rápidamente negó Raquel.
—Bueno, pues, espero conocerlo pronto y que en verdad sea un buen chico.
—Sí. Lo es.
Aurora se levantó de la mesa repentinamente.
—Vale, entonces nos vamos.
—Eh, ¿Por qué?
—Supongo que tenías una cita con él y cancelaste por venir con tu amiga ebria.
Raquel comenzó a reír.
A decir verdad, no era una cita, simplemente, habíamos quedado en vernos en la oficina para hacer lo mismo que todas las noches, que era simplemente disfrutar de deliciosos besos.
—Vamos amiga, no quiero arruinarte la noche. Vete.
—Pero...
—No te preocupes, yo sé lo que es querer estar con la persona que te gusta.
Cuando ambas salieron del lugar y despedirse con un tierno abrazo, cada una tomó caminos separados.
Raquel estaba en el taxi un poco ansioso, cerró sus ojos y recordó como Samuel tomaba su barbilla para besarla, suspiró profundamente, pero el sonido de su celular le sorprendió.
"Nos vemos mañana, me surgió algo importante. Buenas noches."
Raquel hizo una mueca de decepción al leer el mensaje.
A Pesar de sus cálidos labios era sumamente distante conmigo y quería pensar que era por la premura de nuestra relación.
Raquel dejó el celular sobre sus piernas y antes de que soltara alguna palabra el taxista se detuvo.
—Llegamos señorita.
Raquel vio el edificio por la ventana y solo suspiró.
—¿Podría llevarme a otra dirección?
Preguntó cabizbaja.
—Por supuesto.
El taxi nuevamente arrancó y Raquel recargo su cabeza sobre la ventana de este y dirigió nuevamente el celular hacia su rostro para volver a leer el mensaje de Samuel...
3 meses habían transcurrido desde esa noche, las cosas en la oficina iban bien y la relación entre Samuel y Raquel aparentemente también lo estaba, su relación se había tornado como un noviazgo tranquilo, la única diferencia entre su noviazgo y uno de cualquier persona es que estaba sumergido en el secreto de la empresa, en que nadie debía saber de esa relación, así que trataban de actuar normal.
Debía actuar normal después de salir de oficina, sabiendo que me había besado extraordinariamente, después de que uno de sus besos lo colocara en mi cuello y que sus manos sostuvieran mi cintura. Me era extremadamente difícil disimular la sonrisa con la que salía de aquella oficina, pero durante esos tres meses había resultado.
Preguntó Sara mientras miraba a Raquel cepillar su larga y rizada cabellera.
—No amiga, lo siento mucho, esta noche tengo una cita.
—Ah, con tu querido presidente.
Soltó juguetonamente Sara.
—Sí, iremos a cenar.
—¡Por fin!
—¿Por qué lo dices en ese tono?
—No es ningún tono, solo que después de tres meses de estar juntos por fin te invita a salir.
—Tú sabes por qué.
—Sí, sí, sí, lo suyo es un secreto, ya sé que eso dijiste, pero me preocupa que salgas lastimada.
— No te preocupes. No lo haré.
No podría salir herida, él era lo que en libros viene descrito como el hombre perfecto,
—Buenos días, señor.
—Buenos días, señorita.
Samuel respondió con una sonrisa. Raquel se acercó a la silla y al sentarse comenzó a leer su libreta dando a conocer a Samuel todos los informes que eran urgentes en firmar y repartir a cada área, estaba tan concentrada en esto que no se percató que el hombre vestido de traje azul marino se había levantado de su asiento acercándose a ella.
—Te besaría en este momento, pero mejor lo dejo para la noche.
Raquel dirigió su mirada hacia él y sonrió tímidamente.
—Esperaré ansiosa hasta la noche
Soltó Raquel, con lo cual Samuel dirigió su mano hacia la mejilla de Raquel.
—Eres tan tierna.
Mi corazón se agitó aún más, ya que él no era un hombre que soltara palabras así y eso me hacía feliz, realmente muy feliz.
—¿Estás lista?— Sí. Ya estoy lista.Respondió Raquel con aparente felicidad depositada en su voz.— Perfecto, solo guardo mis cosas y paso a tu oficina.—Aquí te espero.Raquel colocó nuevamente el teléfono de escritorio en su lugar, se levantó de su silla al cerrar la carpeta frente a ella, caminó hacia el lugar donde colocaba todas las mañanas su bolsa y al colocarlo sobre su hombro suspiró con un aire de ansiedad.Me sentía feliz, ya que cuando me pidió cenar esa noche con él no lo esperaba, y rápidamente acepte. Esperaba ansiosa verlo entrar a mi oficina y en cuanto lo hizo me acerque para darle un tierno beso en los labios, cuando separe estos de los suyos sonrió haciendo que mi corazón se derritiera, estaba viviendo un hermoso sueño con él.— Vamos, espero te guste el lugar que elegí.Raquel asintió feliz tomando el antebrazo de Samuel y entrelazando el suyo, pero rápidamente Samuel apartó su cuerpo de Raquel, haciendo que ella se desconcertara y lanzara sobre él una mirada de
Sus labios tocaron sutilmente mi cuello e hicieron que mi cuerpo se estremeciera, cada beso que depositaba en mí hacía que el sentimiento ya existente en mí aumentara aún más.—Eres hermosa.Cuando susurró esto, yo estremecí aún más, en verdad estaba enamorada de ese hombre, y aunque tenía miedo de avanzar más en nuestra relación, también deseaba que lo que se avecinaba con esos besos pasara...—¿Puedes detenerte?Samuel detuvo a Raquel que caminaba por la calle.—Te lo dije, me iré a casa, no tengo por qué soportar esto, es decir, podre quererte tanto, pero...—¿En verdad me quieres?Preguntó con algo de sorpresa.—¿Por qué te sorprende? Se supone que así debería de ser.Raquel sonrió con algo de ironía al sentir que quizás solo ella era la que sentía algo por él—Entonces... Tú no me quieres.Raquel tiró de su brazo para continuar con su camino, pero Samuel nuevamente la tomó fuertemente de este.—No es eso.—¡Sigues diciendo lo mismo y de verdad quiero entender que es entonces!, ¿p
Raquel entró sigilosamente al departamento que se encontraba en completa oscuridad, caminó de puntillas hacia su habitación, pero cuando cruzaba cerca de la pequeña sala, la luz de la lámpara la sobresalto y ver la figura de su amiga sentada en el sofá con los brazos cruzados mirándola fijamente, la hizo estremecer aún más.— ¡Ah!... ¡Me asustaste!—¿Por qué llegas tan tarde?—No es tan tarde.Respondió Raquel sonriendo un poco, jugando con la paciencia de Sara.Sara levantó el celular hacia su cara para verificar la hora, comprobando que eran las 3 de la madrugada.—Son las 3:00 de la mañana.Raquel encogió sus hombros y sonrió mucho más.—Ah, entonces no es tarde, más bien es temprano.—No estoy jugando.—Pues yo sí... ¿Por qué te comportas así como si fueras mi madre?—Me preocupaste, tú nunca llegas a esta hora y menos sin avisarme.—Sabías que tenía una cita con Samuel.—Sí, pero...—Estoy bien, ¿ya puedo irme a dormir?—No, ahora me cuentas todo.Raquel resopló, pero rápidamente
Frente a mí estaba el pago por todo mi esfuerzo, el esfuerzo de trabajar arduamente, de algunos desvelos y por supuesto de las llamadas de atención de Samuel, que a pesar de llevar casi un año de relación, aún tendía hacer un jefe algo estricto y cuando le tocaba llamarme la atención no importaba que muchas de las noches me tocara con intensidad y lujuria, él soltaba palabras duras. El contrato para el puesto de jefa de marketing era uno de los peldaños que deseaba escalar y finalmente estaba frente a mí, estaba orgullosa de mí, aunque sentimiento de tristeza me invadió, ya que ese puesto significaba que al firmar el documento ya no estaría tan cerca de Samuel como lo había estado todo ese tiempo.—¿No te convence el sueldo?Soltó Samuel ante la duda y silencio de Raquel frente al documento que minutos antes había puesto ante sus ojos castaños.—No, eso está muy bien... Es que...—¿Qué?—Siento un poco de nostalgia, ya que ya no podre estar mucho tiempo contigo, es decir, ya no podre
SSu mirada era algo que me encantaba de él y más cuando la lujuria se apoderaba de esos ojos hermosos. Sentí el sabor de sus labios y el cómo me empujaba sutilmente hacia atrás, entre cada beso preguntaba si aún seguía molesta y quería decirle que en cierta forma aún lo estaba, pero sus besos hacían que flaqueara.—No sigas molesta.Soltó cuando se alejó un poco de mis labios.—No Puedo evitarlo.Claramente, mentí, porque en ese momento todo ese sentimiento se había esfumado al ver como en verdad le afectaba que estuviera molesta con él, al contrario de lo que pensé.—¿Qué puedo hacer para que ya no estés enfadada conmigo?—Nada, ya tengo que irme, Sara me espera, ya que teníamos un compromiso.Samuel abrazó fuertemente a Raquel y besó su cuello, algo que disfruto tanto que su respiración cambió traicionándola, Samuel nuevamente la miró y sonrió con un aire de perversión, algo que no le molestaba a Raquel.Samuel besó apasionadamente a Raquel y continuó empujándola hasta que el trase
Raquel cepilló su cabello rizado dejándolo suelto, colocó un poco de crema para evitar el friz y que cada cairel estuviera bien definido, puso sobre sus labios un labial en tono rojo oscuro y sonrió al verse al espejo lista para esa noche.Raquel salió de su habitación y se dirigió hacia la sala a esperar a que su amiga estuviera también lista, mientras esperaba revisó su celular leyendo una vez más el mensaje que había recibido de Samuel."Te veo en el restaurante... Te quiero"Raquel no podía creer que todo estuviera tomando forma en su relación, sentía que los días en los que sentía como un bloque de hielo al hombre que la había conquistado estaban terminando. Desvió su mirada hacia Sara que se puso frente a ella luciendo un hermoso vestido negro al igual que el de ella.—Nos hemos combinado.Bromeó Sara.—Claro que sí.El escote en V del vestido de Raquel dejaba ver el inicio de sus pechos y el largo del vestido también apenas mostraba un poco de sus rodillas, haciéndola lucir sut
Pensé que solo una noche bastaría, para que mi corazón dejara de sentirse herido, pero los tres días que no hablé con él respecto al tema, era evidencia que no era tan sencillo dejar lo que paso atrás, yo creo que entendía que no quisiera hablar con él, ya que durante esos tres días no me buscó, si me mandó algunos mensajes que nunca abrí, incluso el último donde me avisaba que no llegaría a la cena aún no terminaba de leerlo. Apenas si hablamos esos días y solo cuestiones del trabajo y fueron solo unos pocos minutos. Trataba de irme lo más temprano a mi casa, así que trabaja arduamente para tener todo listo antes de irme y no quedarme más tiempo del necesario, A pesar de sentirme como me sentía aún suspiraba al verlo pasar cuando hablaba con Aurora después de regresar del almuerzo. Lo extrañaba.Raquel estaba tecleando en la computadora haciendo algunos análisis de ventas, apartó su vista cuando finalmente terminó, mientras esperaba las hojas que se imprimían, suspiró al saber que de
Mientras descansaba en mi cama, observando algunos videos en mi celular, el sonido de la puerta que mantenía abierta me distrajo haciendo que desviara mi mirada hacia esta, viendo a Sara de pie en esta.—¿Qué sucede?Preguntó Raquel mientras aún miraba a Sara de pie.Después de lo que ella dijo con respecto a Samuel habíamos hablado poco, yo en verdad me sentí dolida por sus palabras, pero nunca me moleste con ella, fue Sara quien puso un poco de distancia entre nosotras y me lastimaba un poco.—Feliz cumpleaños.Soltó un poco cabizbaja Sara.Raquel, que aún se encontraba recostada sobre la cama, se levantó dejando a un lado el celular y acercándose a Sara.—Gracias.Respondió suavemente.Raquel acercó su cuerpo a la de su amiga y la abrazó fuertemente.—Discúlpame por favor lo que dije ese día, yo...—Yo entiendo y aunque me dolió, en cierta forma hay algo de razón en tus palabras. Es tu perspectiva y la respeto.Los brazos de Sara rodearon la espalda de Raquel.—Te quiero.Raquel se