El sol provocó que despertara, a pesar de que me sentía muy cómoda en los brazos de Alexander, sabía perfectamente que debía levantarme y comenzar a trabajar, debido a que me esperaba un camino complicado al crear una nueva empresa. Antes de terminar de levantarme sigilosamente para no despertar a Alexander, sentí como él me detuvo de la muñeca para después halarme nuevamente hacia su cuerpo cálido. —Buenos días. Susurró la suave voz de Alexander mientras abrazaba fuertemente a Raquel. —Buenos días, no quería despertarte. Dijo Raquel mientras disfrutaba el calor de Alexander. —No necesito preguntarte el porqué te levantaste temprano, cuando sé que es por qué comenzaras a trabajar, ¿no es así? —Sí, tienes razón. —¡Bien! Alexander soltó a Raquel para después levantarse de la cama. —Dije que te apoyaría en todo, así que, ¡comenzamos a trabajar! Raquel, que se encontraba recostada, sonrió al ver el ánimo de Alexander. —Vale, solo necesito llamar a las chicas para que vengan y c
—Este lugar me es familiar.Expresó Alexander.—¿En serio?—Bueno, no es de sorprenderse que por esta zona vivan personas adineradas, podría decir que las más adineradas, pero yo solía caminar por aquí imaginando que algún día con mi esfuerzo viviría en este lugar.Raquel sonrió.—Es irónico, ¿no? Mientras tú deseabas vivir aquí, yo deseaba no tener una familia con dinero, aunque después de que fingiera ser una persona común sin facilidades, me di cuenta de que en ningún círculo social estarás seguro.Alexander se detuvo frente a la casa donde una vez viví y que ahora le pertenecía a mi nana.—¿Esta es tu casa?Preguntó sorprendido Alexander.—Bueno, ya no es mi casa, pero sí, una vez lo fue.Pensé que la sorpresa de Alexander se debía a que en efecto la casa era enorme y era sumamente hermosa, mi nana aún mantenía hermoso aquel jardín que una vez mi madre amo. Esa casa me traía recuerdos tristes, pero también felices que fueron de los últimos años que logré pasar con ellos.—¡Vamos,
Alexander besaba suavemente los labios de Raquel, recuperando los días en los cuales estuvieron separados por la distancia. Habían pasado 2 años desde que todo aquel problema con la vida se había quedado atrás, y a pesar de ese tiempo los besos de Alex, aún me estremecían, quería continuar besándolo, pero el sonido de su celular interrumpió aquel momento. Alexander observó la pantalla de su teléfono para rápidamente colgar la llamada ante el rostro confundido de Raquel. —¿Quién era? Cuestionó Raquel, para posteriormente sujetar el café que Alexander había llevado para ella. —Nadie- —Ah, qué raro, ¿no?, que "nadie" pueda realizar una llamada. Bromeó despreocupada Raquel. —Es, eh, es... Linda, le pedí que me llamara, para... Unos datos de la compañía. La mirada de Raquel se centraba en Alexander mientras daba un sorbo a su café. —Ah. Ok... Amor, ¿tú crees que estoy haciendo lo correcto? Alexander guardó el celular en su bolsillo antes de acercarse a Raquel y colocar sus manos
Me encanta viajar en auto, en verdad disfruto mucho de los paisajes, sí, es algo cansado dependiendo de las horas que llegue a tomar el viaje, pero no le quitaba lo divertido. Habíamos salido del departamento a las 3:00 de la tarde y llegamos a Monterrey a media noche, rápidamente nos dirigimos al hotel donde después de hacer el check inn, ordenamos servicio a la habitación, para cenar y descansar.—Estoy cansada.Hizo notar Raquel, mientas se colocaba crema en sus piernas y miraba como Alexander revisaba algunos folletos de lugares turísticos, esos que dejaba el hotel en la habitación.—Sí, el clima no ayudo.—Lo sé, se supone que es un lugar caluroso, pero según el pronóstico habrá lluvias por las tardes.—Pero tendremos la mañana para salir a caminar y disfrutar un poco del calor.Soltó Alexander al acercarse a Raquel y besar la frente de esta y posteriormente tumbarse en la cama.—Pues es cierto, entonces durmámonos para levantarnos temprano y aprovechar el día.Raquel se recostó
Ignoré su descontento con mi decisión de tomar el baño sola, y al estar bajo la caliente ducha solo escondí mi rostro entre mis palmas, tratando de ocultar las lágrimas que querían traicionarme. El abrazo que sentí por detrás de mí me entristeció sobremanera, al pensar que todos esos pequeños momentos se esfumarían cuando él y yo habláramos.Alexander dejó de abrazarme cuando se colocó frente a mí y apartó mis manos de mi rostro, dirigiendo sus suaves labios a los míos y caí, correspondí al delicioso y tierno beso por qué lo amaba, porque sus besos me encantaban, sentir el suave roce de su lengua con la mía solo me hacía desear más.Me perdí en sus besos sin percatarme que me dirigió hacia la salida de la ducha y llegamos hasta la cama donde cada beso que me dio resulto placentero, pero también me dolían, no había sentido ese dolor desde aquella época donde estuvimos separados, pero incluso podría decir que a comparación de aquellos días, dolía aún más, me lastimaba más. Cuando estuvo
Comúnmente en el pasado lo que hacía levantarme de la cama, era el sol que invadía la habitación y nos obligaba a comenzar un nuevo día, pero desde hacía un año los pequeños pies sobre mi rostro eran mi despertador.Alexander se quejó un poco al sentir que el pequeño trasero cayó sobre su rostro.—Al parecer alguien ya despertó.Evidenció Alexander, mientras que Raquel simplemente movió su cuerpo a su costado derecho para tratar de nuevamente dormir.Desde hacía 3 años nuestra rutina de sueño había cambiado abismalmente con la llegada del pequeño Alex, las noches se habían vuelto impredecibles con él. Después de que nos enteramos de que tendríamos un varón, pensamos por algún tiempo el nombre que le pondríamos y me pareció tierno que su diminutivo fuera el mismo que el de su papá, aunque su nombre claramente era distinto, Alejandro fue el nombre elegido, pero todos lo llamábamos como él" Pequeño Alex" algo que llenaba de orgullo el corazón de Alex.—Mamá, mamá.Balbuceó el pequeño niñ
Samuel observó lo hermosa que esa noche lucia Raquel, suspiró profundamente, sabiendo lo mucho que había echado de menos los ojos castaños de esta.—La conocí después de irme y es una buena mujer, tuvimos una pequeña niña, ahora tiene 4 años.—¡En serio…! Qué gusto, mi hijo tiene 3 años y es un huracán.Samuel resopló un poco al ver la sonrisa dibujada en los labios de Raquel al pronunciar a su hijo.—Tenía muchas ganas de verte, sé que tu empresa está en el mejor momento en el mercado.—Gracias, así es, estamos trabajando arduamente.—Siempre quise decirte que eres una gran presidente, te preocupas por tus empleados y eso no lo hace cualquiera.—Es agradable escuchar que alguien se dé cuenta de eso, gracias... ¿Tu esposa no está por aquí? Sería agradable conocerla.—No quiso asistir, prefirió quedarse en el hotel con nuestra pequeña.Verlo frente a mí nuevamente, me hacía sentir bien, porque muchas veces pensé en él, creyendo que me arrastraba en sus sentimientos y aunque ya me sentía
Trataba de arreglar mi cabello con prisa, pero sentía que ningún estilo le venía bien con el rizado de mi cabello. Finalmente, solo me hice una coleta al ver que se me hacía tarde para mi primer día, en la empresa en que había deseado entrar desde que supe de ella.Raquel salió de su habitación, tomó varias cosas de los diferentes muebles del departamento y cada una de estas cosas las metió velozmente dentro de su bolsa de mano color blanca, que hacía juego con el vestido blanco que esa mañana se había puesto.—¿No desayunarás?Preguntó Sara. Quien había sido su roomie desde que Raquel se había mudado de su ciudad natal a esa gran ciudad.—Se me hizo tarde.Dije mientras solo tomaba el pan que se encontraba cerca del plato de huevos servido en la mesa. Esto para no hacer sentir mal a Sara, que se había esforzado por hacer el desayuno para mí.—Discúlpame.—No te preocupes, sé lo importante que es esto para ti… ¡Ánimo!—Gracias.Raquel miró el reloj sobre su muñeca y la ansiedad brotó d