Raquel observaba silenciosamente la pasta que estaba frente a ella, tomó el cubierto y comenzó a jugar con esta, sintiéndose mal, porque alguna vez su madre la reprendió por hacer esto mismo, diciéndole que con la comida no se jugaba, que eran malos modales en la mesa, pero era más fuerte su incomodidad debido a la tensión que se sentía en el ambiente, era tan intensa que podía cortarse con un cuchillo.—¿Entonces ustedes estudiaron justas la universidad?Sara dirigió el cubierto hacia su plato, depositándolo en este, sonrió dirigiendo su mirada hacia Raquel, que hasta ese momento aún continuaba observando su comida un poco dispersa.—Amiga, veo que no has hablado mucho de mí.Soltó bromeando Sara haciendo que los ojos castaños de Raquel se centraran en los suyos que la cuestionaban.—¿Eh? Sí, lo he hecho, pero no todo nuestra historia.Respondió un poco cohibida Raquel.—No estudiamos juntas la universidad e incluso tampoco la preparatoria.Samuel bebió un trago de la copa de vino mi
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