Las vacaciones de Alana terminaron, ella volvió al trabajo y Martín al jardín de niños, pese a la petición de Damián de quedarse a su cargo. Acordaron que iría por media jornada y estaría el resto de la tarde con él a quien, al parecer, no le urgía trabajar.En la oficina, Alana puso a Ximena al tanto de los últimos chismes.—No le dejes las cosas fáciles al cabrón. Si quiere volver contigo que te suplique perdón de rodillas. De hecho, creo que deberías salir con alguien más, para matar de celos al hijo de puta. Que hubieras follado con su primo sí que debió dolerle. —La venganza no es algo que me haga sentir mejor y en Mateo no quiero ni pensar. Quiero vivir en paz con mi hijo y si él quiere lo mismo, será bienvenido.—Eres muy blanda, Alana. Un poco de amabilidad de su parte y ya te olvidaste de todo lo que te hizo.Alana no había olvidado nada. El odio seguía allí, como pus rezumando de una herida infectada. Y las infecciones se esparcían hasta contaminarlo todo, ella no quería es
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