El ex militar se atragantó al escuchar la atrevida respuesta de Azabach, que luego de calmar su reacción involuntaria, dijo aturdido. —¿Disculpe? —Sí, eres tan apuesto, que me pregunto, ¿dónde has estado metido todo este tiempo? —siguió la joven hablando juguetonamente. —Lo siento, no entiendo a qué se refiere —señaló Damien, fingiendo ingenuidad. —¡Por favor! Sabes a lo que me refiero —insistió la atrevida mujer lamiendo pervertidamente sus labios. Extrañado por la actitud sugerente de su anfitriona, replicó. —Una disculpa, pero creo que se está confundida conmigo. Sin creer en la inocencia de su huésped, Azabach dejó de irse por las ramas y, poniendo su mano encima de la de su invitado, señaló perversamente. —Puedo leer en tu mirada que eres un mentiroso, nadie asaltó tu caravana ni eres un simple viajero. —En ese momento su expresión se volvió sombría y continuó hablando con seriedad—. Así que si no quieres morir en mis manos, tendrás que decirme tu verdadera identidad y el
Leer más