Y aquí estoy, a mitad de un funeral imaginario. Porque, eso es lo que es, totalmente imaginario. Qué se creo el loco que vive conmigo, hay que ver qué cada día sale uno nuevo y el que lo agarre, es suyo, pues a mí me tocó este, que más le voy a hacer.Mientras mi jefe está de rodillas en frente de una caja de cartón a la que le colocó rosas plásticas de navidad, yo tengo que fingir que hay más personas en el lugar y hacer como que recibo el pésame. Lo bueno del caso es que, como soy la única persona real puedo comer todas las veces que quiera de los bocadillos y el café que hice para este trágico día. Nótese aquí mi sarcasmo, sigo sin entender cómo es que una persona como él, a la que su prometida le fue infiel decida hacerle un funeral en su honor por haber muerto de COVID—19 entiendo que duele, que los años que pasaron juntos no van a regresar y que en este momento debe de sentir un vacío mucho más grande que el que sintió al darse cuenta de que ya ella no lo quería.Porque, ¡Hey!
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