Y aquí estoy, a mitad de un funeral imaginario. Porque, eso es lo que es, totalmente imaginario. Qué se creo el loco que vive conmigo, hay que ver qué cada día sale uno nuevo y el que lo agarre, es suyo, pues a mí me tocó este, que más le voy a hacer.Mientras mi jefe está de rodillas en frente de una caja de cartón a la que le colocó rosas plásticas de navidad, yo tengo que fingir que hay más personas en el lugar y hacer como que recibo el pésame. Lo bueno del caso es que, como soy la única persona real puedo comer todas las veces que quiera de los bocadillos y el café que hice para este trágico día. Nótese aquí mi sarcasmo, sigo sin entender cómo es que una persona como él, a la que su prometida le fue infiel decida hacerle un funeral en su honor por haber muerto de COVID—19 entiendo que duele, que los años que pasaron juntos no van a regresar y que en este momento debe de sentir un vacío mucho más grande que el que sintió al darse cuenta de que ya ella no lo quería.Porque, ¡Hey!
-¿Aló? Yo aquí ¿Quien allá? -PRegunto, acomodandome a la perfección en la cama.Zara tose. Se ve falta, esa gripe si que la está atacando duro.-Oye, deberías de ir al médico. No te ves muy bien, amiga. -Le resta importancia con una mano, a la par que le da sorbor a una bebida caliente.-Ya mi madre nos ha enviado una de esas posimas que suele hacer con hierbas, -Sorbe. -Sabes muy bien que no hay nada que esa doña no pueda curar con cosas de la naturalez. -Suspira, se limpia la nariz y vuelve a hablar- cuentame, aún sigues con vida -tose- así que supongo que tú jefe o te tolera más que antes o lo eliminaste con el veneno para las ratas.-¿Se vale hacer eso ultimo? -Zara, me echa una mirada de ¿Estás bromeando? -¿Qué?-Como hagas eso te va a llevar comida tú mamá a la cárcel, eh, porque nadie te tiene quedandote ahí junto a él. -Me cruzo de brazos. Zeth pasa en pelotas por detrás de su hermana.-Zara ¿Has visto mis calzones morados? no los consigo.-Bonito trasero. -Se sobresalta al es
—¿Es enserio? —Chillo con pesar, jalando mis cabellos. No puede ser peor esto, ah, pero claro porque nada más de pensarlo como que lo atraigo. El estúpido de mi jefe toca a la puerta reclamando que no haya hecho la cena y que ya tiene hambre. Entre lágrimas me levanto y camino hacía el pedazo de madera para colocar la mejor cara que tengo de "Lo quiero matar" Daniel Mendez se echa hacía atrás con miedo plasmado en el rostro.—¿Y a usted que le ha pasado? Está vez no le he hecho nada en absoluto.—Claro, nada, eres un dulce ángel caído del cielo y tal. —Refunfuño a la vez que camino en dirección a la cocina para montar un caldero para agua y buscar el café en polvo que nos queda.—Échate a un lado—dice, —haré hoy la cena, de igual forma no tengo nada mejor que hacer. Las empresas están en pausa y los correos parece que no los revisan últimamente. —Hace una pausa y frunce el ceño. Cómo que ya se dió cuenta que habló más de lo que es debido.Suspiro, —Nadie le va a responder, la gran par
—¿Estás segura de esto? —Zara limpia su nariz a la par que muestra mediante una pantalla alterna que sale en una esquina, varios números, diseños, colores e informaciones que pueden ser usadas para la página web.—Es como la octava vez que preguntas eso ¿Tan raro que pueda llegar a tener una sociedad con mi ex Jefe? Porque, ya está pasando y estoy encantada por eso. No todos los días subo un escalón en la vida.Daniel toca a la puerta, me levanto y abro.—No olvide que aún tenemos un contrato firmado, en el cual se específica que debe de realizar las tareas del hogar para pagar la cuota del alquiler. A menos, que vaya a ceder su parte de las acciones para pagar por completo su estadía en la casa de verano. —Saca pecho como paloma. Este hombre sí qué sabe sacar de quicio a cualquier mujer, ya voy entendiendo porque lo dejaron por otro.Escucho la risa de Zara, entrecortada porque medio ríe medio tose.—Ya vuelvo, —hablo entre los dientes. Mi amiga solo murmura un simple "me llamas" ant
—¡Es muy molesto! ¡Y confuso! A veces es buen onda y otras no, solo se burla de mí y de la nula capacidad que tengo para entender la tonta tecnología por la que vivimos rodeados. —Zara bebé de su 2 té de este día. —¿Oye, dónde está Zeth? Últimamente no aparece por tú habitación.—Debe de estar cosechando o qué sé yo, la verdad, desde que me dijiste que iban a emplearnos para diseñar tú proyecto no he salido mucho de aquí. Solo cuando voy a comer o estirar las piernas y cabe destacar, que es casi siempre de madrugada así que supongo que a esas horas ya está dormido mi hermanito.—Él es mayor que tú, —le recuerdo, pero me saca la lengua.—Por unos minutos, gran cosa. Sigo siendo más alta, más bonita y más inteligente. —La miro sin comprender. Ambos son idénticos lo único que hace que los diferencie es que: Zara tiene vagina, habla como niña y usa el cabello largo cosa que Zeth obviamente no. Y con respecto a la inteligencia, diría que están a la par porque los dos se graduaron al mismo
—No entiendo... —gimo, Daniel con una vara que consiguió en el patio toca mi espalda dando consuelo. —¿Qué es lo que no logras entender? No es tan difícil, mira, somos seres humanos con fecha de caducidad, tarde o temprano vamos a morir. —¡Zeth no está muerto! —Chillo ante su falta de tacto. Él bufa no está muy contento del grito que acabo de emitir. Vuelvo a dejar que el peso de mi cuerpo caiga sobre el sofá y con uno de los cojines tapo mi rostro para gritar con todas las fuerzas que tengo. Escucho que carraspea, pero en este momento, justo ahora me vale un pepino si se enoja porque lo estoy llenando de mocos. ¡Al menos que sea un poco consciente! Yo tuve que fingir que iba a un funeral solo para que él se sintiera bien. Y aparte, ni conocía de nada a la chica ¿Saben que horrible es ir a un funeral de alguien que ni siquiera conoces? ¡Horrible! Para rematar no tenía ni con quien hablar porque yo era la única invitada y la verdad, que existen esas veces donde me caigo mal. Uff. —
Ahora que lo pienso así, me estoy empezando a sentir mal conmigo misma, pero es difícil no sentirse menos ante alguien con esa capacidad. Yo, cuando mucho solo he dirigido un pequeño local que estaba cerca de casa y para colmo solo porque mi amiga está enferma y era ella quien tenía esa ocupación durante los veranos. Entonces, como su familia no conocía a alguien más de confianza optaron por contratarme durante ese periodo.—Ah, ya veo, —Agrega Daniel volviendo a meter su teléfono en el bolsillo. —Sabías que la mayor parte de los hombres exitosos llegan a ese punto porque no tienen una felicidad plena en su vida. —Lo miro, no entiendo nada de lo que está diciendo ahora, —Cuando una persona es feliz, mayormente se concentra en seguirlo siendo, por lo tanto no aspira a más a menos que otra persona que puede ser la causa de esa felicidad, se lo pida o lo necesite.—Ponte a pensar. ¿Tú eres feliz? —niego sin pensarlo dos veces, él chasquea la lengua. —¿Estás segura de qué no lo eres?—¿Me
—No lo sé, has llegado a no caerme tan mal y eso que pensaba que solo eras una de esas flojas que buscaba el trabajo para salir de la falda de sus padres.Tengo un tic nervioso en el ojo derecho y unas ganas inmensa de noquear a ese ridículo que hace el papel de mi jefe.—Que sincero. ¿No quiere que lo aplauda por lo que acaba de comentar? Es más, le voy a dar el premio al hombre del año por ser el más atento y humano que he conocido.Daniel echa una miradita rápida a dónde estoy, para después disimular a la perfección una sonrisa. Le está divirtiendo la situación al muy canalla, pero como siga haciendo esos comentarios hirientes va a terminar con un ojo morado y sin dientes. Tengo límites para todo incluído para que alguien me falte el respeto de la forma en que él lo hace.—Es broma, no te tienes que enojar por todo lo que digo. —Bosteza, —la primera vez que te ví con sinceridad pensé que no durarias una semana, eras torpe y te caíste como unas... ¿7 veces? Sí, lo recuerdo bien, tuv