—A la de una, a la de dos, a la de ¡Ya! —Corro como una niña pequeña haciendo una travesura, por toda la habitación siendo perseguida por Daniela, quien logra atraparme cuando se cansa del juego y tira de mi pierna para que caiga al suelo.—Listo, se acabó. —Dice, poniéndose en pie y dejándose caer sobre la cama.—¿No que querías hacer algo diferente? —Indago.Y es cierto. Él, al llegar la noche comenzó a decir que debíamos planear con claridad días de diversión diferente para ambos aunque no nos toleramos, solo para parecer normales y no llegar a la locura misma a la que han llegado muchos otros.—Sí, pero no estaba en mi pensamiento que fueras a escoger este tipo de juegos digo, —hace una pausa, el teléfono está cargando apagado así que lo enciende supongo que para saber qué está pasando fuera de estas cuatro paredes. —Existen los juegos de mesa, como el de cartas y el domino, también los virtuales como los que se ven en la televisión donde usan controles y eso, pero no. Tuviste que
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