1. GANARSE EL PERDÓN
Capítulo uno: Ganarse el perdón Al entrar en el lujoso hotel Teresa recordó con tristeza su pasado, recorrió con pasos lentos el pasillo que le indicó el portero y al llegar a la suite número doscuentos doce, tragó en seco, la puerta se abrió y delante de ella estaba él con aquella mirada que la estremecía. —Arruinaste totalmente tu vida como hizo tu madre con la suya —le soltó Paulo Vitale, haciéndole un gesto hosco para que entrara. Teresa miró a su abuelo, italiano, con sus ojos color mar. Estaba muy nerviosa, pero había ido a suplicarle algo y si dejarle que le dijera horrores lo ponía de mejor humor, soportaría cualquier ataque. Esbelto y fuerte para sus setenta y tantos años, el canoso anciano paseaba por la lujosa suite del hotel de Londres. —¡Mírate, aún soltera con veintisiete años! Sin hijos y sin futuro. Hace diez años, yo te abrí las puertas de mi casa y traté de hacer lo mejor para ti... Cuando se detuvo para respirar, Teresa supo lo que iba a continuación y se puso
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