Es la una de la tarde cuando Ellen y yo miramos nerviosas el reloj, me ha ayudado a vestirme, nada elegante, solo formal y fresca. -Esta bien, saldrás con el hombre que maneja todos los negocios en Chicago, una cita, nada de presión sobre ti- miro mal a Ellen pues no me calman sus palabras, lo ha hecho a propósito. -Él no me conoce, yo no lo conozco, esto no es una cita, solo una salida de dos extraños que...dios ¡lo cancelaré!- tomo mi teléfono pero mi amiga es más rápida y me lo quita, ha pasado los suficientes años conmigo tanto como para leer mis pensamientos. -Nada de eso, nunca te he visto tan nerviosa por ningún otro hombre y lo digo en el buen sentido, él saca cosas, sentimientos en ti y eso es bueno, si estás nerviosa por quién es, eso tiene solución- la veo tomar su computadora y teclear rápidamente. -Aquí, mira, he buscado en internet su nombre y me ha aparecido todo de él, su vida, citas, fotos en los actos que ha salido, empresas- cierro la pantalla de su computadora
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