7. Sarah
Sarah estaba sentada en la parada de bus más cercana a su casa; junto a ella,la planta con la que había salido corriendo, y un vaso con un poco de tila, pues al ver su estado de nervios,una de las ocupantes del autobús, se había ofrecido a comprarle una bebida caliente.Estaba pensando en sus escasas opciones, cuando su teléfono móvil comenzó a sonar; en la pantalla, un número que no tenía grabado en la memoria del teléfono, y a pesar de todo, decidió responder.- ¿Si?- Sarah, soy Cristina, el jefe me ha pedido que vuelvas.-Dile que no.Sarah no quería que volvieran a humillarla de nuevo, y el CEO había dejado bien claro que no quería tenerla como empleada nunca más.- Sé que ha sido un idiota, pero tal vez, deberías venir, creo que quiere ofrecerte un empleo.- Si quiere algo de mi, que venga a mi casa. Ahora te tengo que dejar, estoy muy ocupada.Sarah colgó la llamada con un exceso de altanería, pues sabía que la pobre Cristina no tenía la culpa, pero se sentía herida, y no hab
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