—Salí de tu casa, ¡Rosario!, — gritaba Brian golpeando cada tanto la chapa que simulaba ser una puerta — ¡Rosario!, ya sé que estás ahí. — ¡Tomatela de acá!— Contestó desde adentro, — ya me violaste, me drogaste, ¿Qué más quere?— empezaba a llorar tirada bajo la mesa — ¡Te dije que la ibas a pasar mal!— Sonreía golpeando las chapas con palos, piedras y todo lo que tenía cerca, —ahora salí— Le ordenó. - ¡No, salí de acá!, voy a llamar a la policía,— respondió asustada, con la voz temblorosa. — ¡ja, ja, ja!, So pobre Rosario, no tene ni pa comprar el pan, meno vas a tener para tener un celular— Continuaba con el hostigamien
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