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Todos los capítulos de Donde todo comenzo : Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1: Dónde todo comenzó.
Eli, amiga de Cristen, intentó despertarla pues tenían cosas por hacer ese día. Con su entrevista de trabajo programada, Eli estaba ansiosa por salir de la rutina y cambiar su situación económica. Sin embargo, Cristen se encontraba en un sueño profundo y se negaba a levantarse de la cama. Observando a su amiga cubierta de pies a cabeza, Eli no pudo evitar sentir envidia y deseó estar en su lugar, disfrutando de la comodidad de su cama. Cristen lucía hermosa con su cabello oscuro hasta la cintura, mientras que Eli se veía a sí misma como el patito feo en comparación, con su estatura y peso que no consideraba ideales. —Bueno, pero me llevaré tu auto —dijo Cristen resignada, sabiendo que ella también necesitaba ir a su entrevista. Cristen asintió y tomó las llaves de la mesita de noche. Eli decidió no perder más tiempo y salió de la habitación, determinada a buscar un empleo. Temprano como era su costumbre, Eli se levantó con la esperanza de encontrar un buen trabajo que le permi
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Capitulo 2: Aparetoso accidente.
Conducir el auto de su amiga era el sueño de Elizabeth. Para ella, era el objeto más valioso que su amiga poseía en ese momento. Sabía que no permitía que cualquiera lo condujera, pero se sentía especial al ser considerada su mejor amiga... Elizabeth se deslizó dentro del lujoso automóvil de Cristen, sintiendo el olor a cuero nuevo y perfume de la última vez que su amiga lo había usado. Con una sonrisa, se sentó frente al volante y se ajustó el asiento a su medida. Este momento era como un pequeño regalo, un breve escape de su rutina. —Veamos qué tipo de música hay en este auto —pensó mientras abría la guantera. Sin embargo, se sorprendió al encontrar un condón en su interior. El hallazgo la dejó perpleja. ¿Por qué su amiga tendría eso allí? Aunque sabía que Cristen estaba pasando por un duelo, no le sorprendía que se divirtiera. Después de todo, ella vivía para esos momentos. Mientras reflexionaba sobre la situación, Elizabeth comenzó a cuestionar los secretos y la
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Capitulo 3: ¿Tú?
—¿Crees que me voy a dejar que me hables de tal manera? Fue tu culpa, idiota —le reprochó ella con indignación... «Dicen por ahí que una mujer enchilada es un demonio, pero no deja de estar muy buena» pensó para sí mismo, lidiando con la mezcla de atracción y enojo que sentía hacia ella. —Sabes que le hablaré a la grúa para que se lleve tu estúpido auto. No puedo seguir perdiendo el tiempo aquí —le advirtió él, frustrado por la situación. Necesitaba llegar a su oficina y ella solo parecía retrasarlo aún más. Ella giró la cabeza en dirección al auto con una mirada nostálgica y preocupada. No quería que se lo llevaran, aunque en realidad no era suyo. —No te puedes llevar el auto. Lo que pasa es que no es mío —explicó, con sus pensamientos llenos de nostalgia mientras miraba el vehículo. —¿Crees que me importa? Si no quieres que se lo lleven, tendrás que pagar medio millón, por lo menos —le respondió, molesto. No podía ignorar el rayón que ella le había hecho a su auto.
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Capitulo 4: La entrevista.
—¿Tú qué demonios haces aquí? ¿Acaso has venido a pagarme? —pregunta el rey de los idiotas, con una expresión de desdén en su rostro. Ella oculta su cara de vergüenza al verse de rodillas frente a él, recordando que dijo que nunca se arrodillaría. —No... ¿tú qué haces aquí? —responde con voz temblorosa. —Yo trabajo aquí. Aunque te arrodilles, jamás te perdonaré si no me pagas —dice burlándose de ella, luciendo una sonrisa de satisfacción en su rostro. —¡Ya quisieras! Vine a una entrevista de trabajo —responde, poniéndose de pie y tomando asiento con determinación. ★ Entrevista ★. Santiago toma asiento en frente de su imponente escritorio. La habitación refleja el poder y la ostentación, con detalles lujosos y una decoración que denota su estatus. —¿Edad? —dispara su primera pregunta, con un tono autoritario. —Tengo 23 años —responde ella con sinceridad, tratando de mantener la calma aunque su voz se quiebra ligeramente. «Quién lo diría, esta mujer que me saca de mis casill
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Capitulo 5: Ni en tus sueños.
Elizabeth se acerca a él y retira su camisa, dejando su cuerpo expuesto. Su respiración está agitada y se pregunta qué está sucediendo con su razón y emociones. Observa cómo el rostro de ella se sonroja y su pene comienza a endurecerse. Se pregunta si está poniéndola nerviosa y anhela saber qué está pasando por su mente. De repente, ella se acerca y lo abraza por los hombros mientras le reclama furiosa. —Maldito, eres un promiscuo que cree que puede tener a cuantas mujeres quiera. Sabes qué, pudrete junto con tu maldito puesto. No me interesa acostarme con alguien tan superficial como tú. Deberías revisarte, tal vez tengas alguna enfermedad ya que eres capaz de abrirte de piernas con una desconocida,—ella dice y le da un golpe en su pene con la rodilla. Porque ya está erecto y endurecido, el golpe es muy doloroso. Se inclina, llevando su mano hacia su miembro mientras ella toma su ropa y su bolso y abandona la oficina. El hombre está enfurecido y se pregunta cómo se atre
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Capitulo 6: ¿Destino o casualidad?
Elizabeth estaba harta de aquel hombre engreído que creía que su dinero le daba derecho a tener a todas las mujeres a su disposición. Pero lo que ocurrió ese día fue algo que ni ella misma podía creer. Ansiaba llegar a casa para contarle a su amiga Cristen lo sucedido. Al llegar a casa, Elizabeth encontró a Cristen esperándola con curiosidad. El apartamento estaba decorado con tonos cálidos y acogedores, con un aroma a velas perfumadas que llenaba el aire. Cristen estaba sentada en el sofá, su lugar favorito para disfrutar de largas conversaciones entre amigas.—¡Hey, Elizabeth! ¡Qué emoción verte, ¿cómo te fue en tu entrevista?Elizabeth, con cierta aprehensión, respondió:—Tuve un incidente en el camino. Choque con un hombre desagradable y para colmo, tú auto fue llevado por la grúa.La expresión en el rostro de Cristen pasó de la curiosidad a la ira.—¡No me digas! ¿Qué pasó exactamente?Sorprendida por esta reacción, Elizabeth se disculpó y le prometió hacer lo que ella quisiera, p
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Capitulo 7: ¿Es encerio?
Santiago estaba decidido a encontrar una solución junto a su padre. —Muy bien, padre, algo se nos ocurrirá —respondió con determinación. Su padre, por otro lado, le informó sobre una reunión importante que su tío tendría al día siguiente con una mujer que era conocida de la familia, pero que había nacido fuera del matrimonio, en el hotel Klimt. Sugirió que Santiago fuera a conocer a su prima en ese momento. —Muy bien, padre, será un buen momento para conocer a esa...bastarda —respondió Santiago, confiado pero con cierta reserva en su voz.Mientras tanto, Cristen intentaba consolar a su amiga Elizabeth, quien se veía sumida en la tristeza. —Elizabeth, ¿por qué tienes esa cara tan larga? Ya te dije que te perdono. No te preocupes, amiga mía, encontraremos la forma de salir adelante —expresó Cristen con ternura, tratando de levantarle el ánimo. Elizabeth, disculpándose, explicó que se sentía abrumada por las dificultades que había estado enfrentando en el día. Entonces, Cristen le
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Capitulo 8: En busca de trabajo.
Santiago contestó la llamada que le hizo su padre, informándole que la cita de su tío con su hija se había cancelado. Él sonrió, pero no pudo evitar pensar que había mandado a alguien a seguir a su tío, no podía fiarse de su padre. Desde lejos, escuchó a su tío hablar por teléfono sobre una cita con una chica a las 5 de la tarde en el mismo hotel. Decidió acercarse para saludar y ver qué más podía averiguar.Las horas pasaron y en el restaurante del hotel se encontraban Dominic y Elizabeth, quien acababa de llegar. Ella se disculpó por llegar tarde y se presentó como Elizabeth. Dominic se levantó, ofreciéndole su mano y respondió: —Mucho gusto, Elizabeth. Yo soy Dominic. Cristen me había comentado sobre ti y quiso que te ayudara en tu búsqueda de empleo.Elizabeth agradeció la honestidad de Dominic y le comentó: —He tenido un mal día buscando trabajo. La mayoría de las oportunidades requieren una maestría y parece que eso me limita. Dominic asintió comprensivamente y dijo: —Entien
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Capitulo 9: Primer día de trabajo.
Al día siguiente, Elizabeth se despertó con pereza, sintiendo como si cada músculo de su cuerpo estuviera pegado a la cama. Sabía que tendría que enfrentar su primer día laboral en la prestigiosa empresa junto a su compañero de trabajo y jefe, Santiago, a quien había apodado de forma afectuosa como su «prostitirugolfo» favorito. Cristen, notó su actitud desanimada e intentó motivarla. —¡Ánimo, Elizabeth! Sé que no estás entusiasmada por ir a trabajar hoy, pero no puedes llegar tarde. Piensa en las oportunidades que te brinda esta empresa, en el crecimiento profesional y en las personas que has conocido.Elizabeth suspiró con indignación. —Sí, lo sé, es solo que... preferiría que la tierra me tragase en este momento. Me siento atrapada, como si estuviera en un juego donde solo hay reglas y expectativas.Decidida a enfrentar el día, Elizabeth se levantó de la cama y se dirigió directamente hacia su armario, pero se dio cuenta de que no tenía nada adecuado para la empresa. —¿Por qué
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Capitulo 10: Mis citas de hoy.
—No puedo creer lo hermosa que es mi oficina —pronunció en voz alta Elizabeth mientras echaba un vistazo alrededor. Su oficina contaba con un enorme ventanal que ofrecía una vista increíble, a pesar de que desde el piso 24 no se podía ver la calle en sí. Logró divisar el mar a lo lejos y se quedó parada un momento, admirando el encantador paisaje. Estaba empezando a enamorarse de su nueva oficina. Al lado se encontraba la oficina de su jefe Santiago, como si compartieran el espacio, pero estuvieran separados por una puerta. Estaba tan absorta mirando por la ventana que no se dio cuenta cuando la puerta de su oficina se abrió.Mientras tanto, Santiago pensaba: «¿Dónde habré dejado mi libreta de citas? Tal vez la dejé en la oficina de esta mujer. Iré a ver si está allí», mientras buscaba frenéticamente entre las cosas de su escritorio.Se dirigió hacia la puerta que dividía su oficina de la de ella y vio que ella estaba de espaldas frente al ventanal. Realmente, ese vestido le quedab
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