Cae la noche. Después de un día muy pesado, voy al burdel de Judith, una vieja amiga. Para pasar por más desapercibido, llevo puesto un abrigo y jeans negros, tenis blancos y mi arma, la que nunca se puede quedar. Eric se quedó en la estación para entender más sobre el caso y lo que tiene que hacer al respecto. Podría considerar que es una de las técnicas más difíciles: entrar a la vida de alguien, hasta incluso enamorarla para poder sacarle información y tenerla bajo la mira para poder conseguir el éxito de una misión. La parte más abrumadora es cuando tienes que decirle la verdad. Estos casos pueden llevarse una gran parte de ti. Solo creo que he tenido la suerte de repararlas a tiempo para que no profundicen en mi conciencia. Minutos después de conducir, ya estoy aquí. El lugar está lleno como de costumbre, un poco más organizado, tal vez. Camino sin prisa hasta el final del espacio donde está Judith esperándome
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