—Soy la inspectora Adams. Te haré un par de preguntas y necesito que respondas con honestidad para poder ayudarte, ¿de acuerdo? —Laura se presenta. Estamos en la sala de interrogatorio; ellas en una habitación cerrada y nosotros detrás del cristal por donde no nos puede ver. —Hemos identificado a su acosador. Su nombre es Frank G. Uno de los mafiosos más buscados de toda la ciudad. ¿Puede decirme cuál podría ser la razón por la que se acerca tanto a ti? —sigue diciéndole.
—Mi madre es prostituta. Llevaba sus clientes a casa y él era uno de ellos. Siempre me miraba con morbo, pero lo ignoraba. Hasta que ayer todo se salió de control. Estaba sola en mi habitación, desnuda. Solo olvidé asegurar la puerta, así que entró, me agredió y me...y me...me...me...violó. —confiesa y comienza a llorar. Claramente no ha sido nada bonito lo que ha vivido. Laura le da un paño para que se seque las lágrimas.
— ¿Qué pasó después? — continúa con el interrogatorio.
—Martha, mi madre, lo apuñaló varias veces por la espalda. Yo vi cómo se desangraba y moría en la habitación. No entiendo cómo es que sigue con vida. Me dijo que fuera al burdel porque allí recibiría ayuda de algún modo, también que quemaría la casa con él dentro y vendría por mí cuando tenga todo bajo control. No tengo idea de lo que está pasando, pero quiero a ese repugnante ser lejos de mí.
—Tenemos grabaciones de las cámaras de seguridad de lo que pasó en su casa después de su salida. —le coloca una tablet en frente con el vídeo de las cámaras de seguridad —Su casa fue quemada cuando su madre salió con Frank… muy abrazados. Seguimos la matrícula del vehículo en que escaparon y poco después apareció abandonado en una zona despejada, sin rastros de ninguno de los dos. Desde entonces, están en busca y captura. Con la reaparición de Frank, cientos de patrullas estarán buscándolo y lamentablemente, como su madre es cómplice, también pagará por todos sus delitos, mucho más ahora, después de lo que te hizo. Solo quiero que sepas que no tienes la culpa de nada, ¿ok? — ese lado dulce de Laura, solo lo usa para asegurar éxito a sus casos. Normalmente es más fría y calculadora, pero siempre y cuando sus tácticas funcionen, no le veo ningún problema.
—Para completar los procesos, irás con un médico y una psicóloga para que terminen de examinarte.
—¿Qué pasará conmigo ahora? —le pregunta antes de que Laura salga.
—Él es el agente Anderson. Se encargará de tu seguridad hasta que podamos detenerlo. Así evitaremos que vuelva a acercarse a ti. — Eric entra, ya que será el agente encargado de su seguridad. Ha estado muy callado desde que llegó y eso es extraño en él. Laura se coloca a mi lado. Cuando Eric sale con Melanie también, nuestras miradas conectan por unos segundos. Aunque quisiera, no puedo apartar mi mirada de la suya cuando la tengo de frente. Se ve muy pálida y cansada, es lógico después de todo lo que ha pasado. Por un momento, la sensación de querer protegerla y mantenerla a salvo se apodera de mí, pero recuerdo que este, no es mi caso, es de Eric. Pero honestamente, no sé si pueda mantenerme alejado después que sentirla alejarse de mí dramáticamente, mientras noto la agonía en sus ojos.
— ¿Puedo hablar un momento contigo, Jack? — me dice Laura, poniendo una de sus manos en mi brazo. Lo que hace que vuelva a mis sentidos.
—Sí, claro. — respondo y vamos a su oficina. Nos sentamos y espero a que comience a hablar.
— ¿Cómo diste con ella? —cruza los brazos y no tiene buena cara.
— ¿A qué viene tu pregunta? — por su tono de voz, sé que de algo se quejará. La conozco muy bien.
—No te hagas el tonto. Sé que acudes mucho a ese lugar de mala muerte. No he hecho un informe de las cosas ilegales que hacen ahí porque también saldrías perjudicado. No sé a quién proteges ahí dentro. — apoya sus manos en el escritorio.
—Supongo que no soy el único que tiene cola que le pisen. ¿O te recuerdo el oscuro pasado que tienes? Por el que, realmente, no entiendo cómo sigues trabajando aquí. —intento usar sus muchos trapos sucios.
—Yo nunca haría algo que te perjudicara. No todos somos tú. Lo único que quiero saber es si ya conocías a esta chica antes de todo esto, puesto que la encontraste “afortunadamente” cuando más la necesitábamos — se ha calmado un poco. Pisar las cenizas de los demás a veces sirve.
—Nunca la había visto. Según mis datos, llegó anoche al lugar muy desesperada, buscando ayuda. Iba a trabajar como mesera. Diría que su primera experiencia fue servirme una cerveza. Cuando me dijeron su nombre y las circunstancias fue cuestión de segundos para identificarla. Digamos que fue un golpe de suerte. Por algo soy uno de tus mejores agentes. Tengo mis propias tácticas. — sé que sueno un tanto altanero, pero me da igual.
—Solo eres un agente con mucha suerte. Pero de acuerdo… — levanta las manos al aire y rodea toda la oficina con sus escandalosos tacones. —Solo te recuerdo que este caso, le pertenece más a Eric que a ti. No te involucres más de la cuenta — suelto una carcajada al darme cuenta de que está celosa.
— No puedo creerlo. ¿Estás celosa, Laura? — y la cara que pone me lo confirma.
—Puedes pensar lo que quieras, solamente no quiero que nuestra historia la tengas con nadie más. Por el bien de todos. — así que ese es el problema. Me pongo de pie y me acerco a ella. A pesar de que es incluso algunos años mayor que yo, se pone nerviosa cuando está conmigo. Cuando me tiene tan cerca.
—Por eso le dijiste a Simmons que me dejara fuera de esto, porque temías que me involucrara de la misma forma que lo llegué a hacer contigo, ¿no es así? —esto me molesta y mucho, pero trato de parecer cómodo ante la situación.
—Este asunto necesita mucho profesionalismo. No voy a arriesgar más mi trabajo y el de todos ustedes por un mínimo error que se puede prevenir.
— ¿Y el error del que hablas es “tener sexo y mantener una conexión” aparte del caso como lo tuvimos tu y yo? —sé que es eso, pero quiero oírlo de su boca. Solo me mira sin decir nada, por lo que deduzco que me está dando la razón.
Miro unos segundos al suelo y vuelvo la mirada hacia ella.
—Nuestro “caso” fue distinto, pero me da mucha risa que tomes decisiones a base de cosas personales cuando lo único que pides es “máximo profesionalismo”. Sabes perfectamente que no me gusta que me cohíban, muchos menos, si de mi trabajo se trata. Tengo mis emociones muy ocupadas como para pensar en arruinar un caso por una estupidez como esa, como la que estás creando tú. Y para que te quede claro, no me interesa meterme en esto, así que resuélvanlo como les plazca. Al menos yo, sí puedo separar una cosa de la otra. No me vas a manejar a tu antojo, Laura. — acaricio amenazantemente su mentón y salgo de su oficina. No quiero seguir viéndole la cara mientras siga tan furioso como lo estoy ahora.
Horas más tarde.
Aún estoy en la oficina, pensando muchas cosas. He firmado y enviado el testamento que la “abogada irritante” me ha obligado a aceptar esta mañana. Pero Frank y su manía de ir acosando y violando chicas por ahí, no sale de mi cabeza. Siento que estallaré en cualquier momento. Melanie y Eric aun no llegan y me estoy empezando a preocupar; por él, claro está. Sé que este tipo de situaciones son extremadamente peligrosas, incluso para él.
Cuando veo a Laura pasar por mi oficina sin mirarme, observo por unos segundos y salgo detrás de ella. Melanie y Eric han llegado y se ven muy sonrientes. Ellos muy felices y yo preocupándome por nada. Que estúpido soy. En cuanto Eric nota mi cara de inconformidad, recupera la seriedad que amerita este caso.
Estaban hablando de algo que seguramente Laura escuchó porque llegó antes que yo.
—De hecho, algunas cosas han cambiado, Eric. He decidido reasignar la misión a otro agente. Este asunto necesita mucha discreción y seriedad. Sin dejar atrás el profesionalismo, cabe recalcar. —Laura dice. Tengo los brazos cruzados, esperando con qué otra cosa saldrá esta mujer esta vez. Aunque dije que no me metería en el caso, Eric es mi compañero, y cualquier cosa en la que esté involucrado, también me concierne.
— ¿Reasignar la misión? ¿A quién? —pregunta.
—Al agente Jack Connor. Él se hará cargo de la seguridad de la señorita. El protocola seguirá siendo el mismo. — responde. Arremeto los ojos en dirección a ella y la miro con mucha rabia. Si antes estaba molesto, ahora estoy peor. ¿Qué le pasa? ¿Quién se cree que es? Hace rato me decía una cosa totalmente distinta y ahora esto. Me está tocando los cojones y cuando expulse toda la mala sangre que llevo dentro, le irá muy mal. Eric, al contrario, tenía muchas ganas de hacer esto y la cara de decepción que lleva me da hasta pena. Prefiero guardar silencio para no armar un escándalo en medio de la estación con todos los que trabajan aquí.
— ¿Eso es chocolate? Es mi favorito, ¿Eric te lo obsequió? — asalta los ojos cuando lo mira. Se está volviendo loca, pero tiene algo de razón. Eric está que babea por ella desde que llegó. Por eso ha estado tan callado y sonriente.
—Sí. ¿Quiere tomar? —le ofrece, pero se niega.
—Eric, ¿vienes un momento conmigo, por favor? — se retiran y me dejan a solas con Melanie. Sé que se siente muy incómoda. Estoy empezando a creer que traerla aquí quizás no fue lo mejor después de todo.
—Lamento si estoy causando problemas. —dice a una corta distancia de mí, arrimados a la pared.
— No tienes nada que lamentar. Hemos tenido ciertas experiencias que ponen en juego muchas cosas. Eric está que babea por ti. —le soy honesto.
— No preguntaré de qué se trata exactamente, pero espero que esta situación no sea incómoda para ti, más de lo que ya sé que es.
— La misión, ni tú son el problema. Solo hay algunas cosas que no puedo controlar y eso me molesta. Es cosa de la inspectora y yo, nada que ver contigo, tranquila. — espero calmarla un poco.
— ¿Y cuándo nos iremos?
—Esta misma noche, en la madrugada. Tengo que preparar algunas de mis cosas. Nos vemos al rato. — y me retiro. Tengo muchas cosas que preparar si no tengo más opción. Antes de poder entrar a la oficina de Laura otra vez, me encuentro con Eric en el pasillo.
— ¿Dónde está? —lo detengo, refiriéndome a Laura. Trae una tremenda cara de desilusión que me da más coraje.
—Se fue. Me dijo algunas cosas y se fue. Seguramente evitando tú aparente ira. ¿Por qué estás tan molesto por este caso? — se queja de inmediato.
—Porque está cohibiéndome por sus caprichos y tú sabes bien a qué me refiero. Justo cuando le digo que no me meteré en el caso me pone a cargo, ¿Qué cree que hace? — estoy muy cabreado. Intento respirar y calmarme. Los demás agentes pueden escucharnos.
—Me encariñé mucho con ella, ¿sabes? Tal vez fue lo mejor. Tú tienes más experiencia que yo en estas cosas, estoy seguro de que lo harás mejor. Es una gran chica, no merece lo que le está pasando. Al menos me siento bien al saber que estará bajo tu cuidado. — por su tono de voz, sé que está un poco triste. Todos reconocen el gran agente que es, menos Laura y por alguna razón, su opinión es la que más le importa.
—No lo haré solo, lo haremos juntos. Somos un equipo y siempre lo seremos, ¿de acuerdo? — coloco mi mano en su hombro. Poco a poco logro hacer que se sonría y estreche su mano con la mía. Me pelearía con todos aquí, pero con él, no lo resistiría.
Se va, no sin antes, desearme mucha suerte y darme las buenas noches. Tengo que quedarme a preparar las armas que llevaré y todo lo que haga falta para llevarla a la casa de seguridad en unas horas.
En cuanto más rápido termine este caso, será mucho mejor.
Ya estamos de camino a la dichosa casa de seguridad. Después de alistarme y hablar con los demás agentes que vienen detrás de nosotros por seguridad, solo puedo enfocarme en conducir hasta llegar a dicha casa de máxima seguridad. No sin antes encontrar algún almacén abierto para comprar algunas cosas que ella posiblemente pueda necesitar. No sabemos cuántos días estaremos encerrados. Tiene la cabeza recostada en el ventanal de la puerta del coche, observando el paisaje. Necesita descansar y comer algo. Debe de estar muy hambrienta. —¿Estás bien? —pregunto. —Sí. Solo estoy cansada. —responde sin verme. —Agente Connor, dos camionetas sospechosas nos siguen. —avisan por la radio y cuando observo por el retrovisor, evidentemente es así. Cuando saben que los hemos descubierto, abren fuego. Por suerte, tanto este jeep como las otras patrullas, están blindadas y no dejan que las balas perforen el material. Los agentes abren
Amanece. Estoy dándome un baño para seguir con este día tan aburrido. Me hace falta algo de acción, pero tampoco quiero poner a Melanie en peligro. Estoy completamente desnudo y no he asegurado la puerta. Así que pasa lo esperado: Melanie entra y al verme, salta del susto, se da la vuelta y se cubre los ojos para no ver. — ¡Disculpa! No sabía que estabas aquí. — Tranquila. Pero ya que estás aquí, podríamos bañarnos juntos, ¿qué dices? — sonrío maliciosamente. Sé que nunca accedería, pero me gusta molestarla. —No, gracias. Disfruta tu baño y no tardes. — y sale. Ella se lo pierde. Horas más tarde. Estoy asegurándome de que todo esté en orden mientras Eric me informa por la radio que los que venían detrás de nosotros, eran gente de Frank y que seguían investigando más a fondo el tema. Observo a Melanie y está hablando con alguien por la laptop sospechosamente. Llamo a Jimmy y l
Le quito las esposas. La vuelvo a besar con más calma. Le beso el cuello y echa la cabeza hacia atrás para darme espacio. Me deslizo hasta sus pezones y con mi lengua juego con ellos. Desciendo a su vagina, le quito las bragas, dejándola completamente desnuda para mí. Percibo que se siente un poco avergonzada y le doy una de mis miradas para que se calme y confíe en mí. Aparentemente, funciona. Abre más las piernas y mi boca se adueña de ella. Se retuerce en la cama con mis ágiles lamidas y caricias. Minutos después, me aparto. Me quito los pantalones junto con los bóxeres, dejando mi pene a plena vista. Se queda viéndolo por varios segundos y sonrío al percibir que le gusta lo que ve. Abro un condón con los dientes, lo saco y me lo coloco perfectamente. Se queda viéndome hacerlo con mucha atención. Vuelvo a ponerme encima de ella. Rozo mi glande unos segundos por encima de su vagina para seguir estimulándola. Quiero volverla loca. Trato de
Anochece. Me la he pasado pegado al celular casi todo el día. Mucho más después de las cosas que me dijo Melanie de su madre y el supuesto infiltrado. Ha estado haciendo sus clases de la universidad, al menos eso la distrae un poco, recordando que ha pasado por cosas muy trágicas. —Por lo visto, Martha es más testaruda de lo que pensé. No ha dicho nada desde que llegó. Solo se quedó a solas con Laura unos momentos y tampoco dijo nada — le digo entrando a la habitación con ella. Está en bragas con una franela de tiros. Por lo rico que huele puedo deducir que se ha bañado. —No tienes idea. No fueron pocas las que aguanté con ella —contesta. Me siento en el borde de la cama. —No has tenido una linda infancia, ¿verdad? —Claramente, no. Todo lo que conozco son acosos, los gemidos de mi madre por las noches, maltratos verbales en mi corta e inestable familia y todo lo demás. —Aparte de tu hermano y tu madre, ¿no tie
Aún no amanece. El sonido de los truenos debido a la fuerte tormenta que ha comenzado me despierta. Me levanto, dejando a Melanie muy dormida para asegurarme que todo esté en orden. Cuando observo por una ventana, un movimiento extraño llama mi atención. Saco el arma y la tengo preparada por cualquier disparo necesario. Aún sigue lloviendo, así que me coloco una capa de plástico para salir a rodear el lugar. Inspecciono todo el alrededor, yendo específicamente de donde he visto movimiento. La tensión que siento mientras voy acercándome lentamente detrás de unos tanques, es muy fuerte. Tensión que se desvanece al ver que todo este suspenso ha sido culpa de un simple perro perdido, quizás. Respiro profundo y me relajo. La tormenta se pone peor, así que regreso apresuradamente adentro. Después de cerrar todo nuevamente y tender la capa plástica para que se escurra, el grito de Melanie me altera los nervios y voy corriendo a su dirección con el arma en manos. Entro a la habitaci
Después de unas horas, ya estamos listos. Llevo un traje muy elegante negro, acompañado de mi equipo de seguridad como: auriculares donde todos los demás agentes y yo nos comunicaremos, el arma, entre otras cosas. Me veo al espejo unos últimos segundos antes de salir. Aún estamos en la casa de seguridad, pero no solos. Hay un enorme equipo con nosotros para asegurarse de que todo vaya bien. En la habitación del lado, están alistando a Melanie. Me encuentro con Eric por los pasillos muy sonriente. Va vestido de mesero o algo así, creo que acorde al plan. — ¿Cómo me veo? —pregunta mostrándome su vestuario. —Te ves muy…mesero. — contesto con una sonrisa sarcástica. —Contigo no se puede hablar sensatamente, ¿verdad? —nos reímos. —Este caso fue menos extenso de lo que esperábamos. Tener a Melanie bajo nuestra protección nos sirvió de mucho. Nos conecta mucho con Frank y todo su mundo, aunque no tenga mucho que ver. Recordando que se acostaba con
Laura dispara varias veces detrás de mí a los hombres de Frank que intentan asesinarme. Saco el arma y les disparo a dos tipos que vienen detrás de ella. Nos escondemos detrás de unos autos, contamos hasta 3 y volvemos a disparar. Esta vez, acabando con todos ellos. Solo tengo cabeza para pensar en Melanie, así que miro a Laura rápidamente antes de volver con ella. Las personas corren como locas a la salida de emergencia por el tiroteo. Solo se han quedado dentro: Eric, Melanie y Frank, teniéndola sujetada del cuello mientras le apunta con el arma. Un inmenso escalofrío recorre todo mi cuerpo al verla así. —Suéltala. No lo repetiré. —le apunto. Tengo mucha rabia. — ¿Te crees muy valiente con esa arma, no es así? ¿Por qué no la sueltas y me muestras qué tienes sin ella? O tendré que violarla otra vez, como aquella niña para sacar lo peor de ti. — mi sangre está hirviendo. Tiro el arma al suelo. La suelta, tira su arma también y comenzamos a pelear. Con
Después de darme una relajante ducha, me preparo un sándwich y un poco de jugo verde que tenía en el refrigerador. La carpeta está encima de la mesa. Mientras voy comiendo la voy mirando sin saber si de verdad quiero ver lo que hay dentro. En ocasiones es malo ser unos de los mejores en su ámbito. Por otro lado, me han entregado una caja con pertenencias de las herencias de mi padre. Escojo abrir esto primero, aunque tampoco me interese mucho. Dentro, hay muchas llaves, tarjetas de crédito de todo tipo, más documentos y el mundo mediano que siempre tenía en su escritorio como adorno. Era su favorito, por ende, también se volverá el mío. Lo coloco en el estante donde tengo otros trofeos y medallas por la policía. Hay otra caja dentro de la caja, donde hay una laptop y un celular de último modelo. Tengo cientos de estas cosas, así que mejor se las regalaré a Melanie. Ella los necesitará más que yo. <<Melanie>> Tengo que ir a visita