Capitulo 2

¡La Señorita Zoe está embarazada, y según dicen el embarazo es del Señor Sebastián Gallardo! 

Ella, no se sorprendió, solo tenso sus puños, sus uñas muy bien cuidadas se incrustaron en su piel, y permaneció en silencio, momentos después dibujo una sonrisa, sarcástica, dijo.  

Parece que Sebastián ya hizo su buena jugada, no ha estado perdiendo el tiempo.

 Veremos cómo explica eso, retírate dijo, el asistente dijo si Señorita descanse.

Después que se fue su asistente, ella subió las escaleras y entró a su habitación.

Su habitación era espaciosa con una ventana francesa y estilo minimalista, sus maletas estaban su sitio, su almario estaba lleno de ropa de temporada con sus mejores diseños y marcas, tomó una muda de ropa se metió al baño.

 

Él bañó, ya estaba preparado con los mejores aceites y fragancias.

En el tocador a la orilla de la bañera se encontraba una charola con una botella de vino Marqués de Murieta 1968.

Ella tomó la botella, se sirvió una copa y se metió a la bañera, pego un sorbo y cerró los ojos, al cerrar los ojos le vinieron a la mente muchos recuerdos.

Cinco años antes, un mes después de la muerte de sus padres, Isabella Fernández fue abandonada y vendida como un donante multiorgánico, después que salió del colegio su amiga y compañera la invito a ir a una fiesta, ella no se sentía bien para fiesta. 

Sus padres recientemente desaparecieron, en un vuelo sobre el mar, y no encontraron sus cuerpos.

Pero era su querida amiga y hermana Zoe Ortega, hija del asistente personal de su padre por veinte años.

Cuando sus padres hicieron el viaje no quisieron llevarla a ella por lo peligroso al atravesar el mar y su padre se la confío a su asistente, pensando que por ser amigos y conocidos ellos la iban a tratar bien.

Pero desgraciadamente no contaba que eran codiciosos y egoísta, Miguel Ortega y su esposa Tatiana eran las personas más egoístas en toda la ciudad de Segovia.

 Muchas personas los conocían por su ambición.

Codiciaban todas las joyas, bolsos y vestidos de la Madre de Isabella, Zoe, no toleraba que Isabella se vistiera bien.

Y se diferenciaba por vestir con ropa de marca, que todos los chicos del colegio la adoraran y quisieran salir con ella, le molestaba la vida lujosa de la familia Fernández.

Miguel codiciaba autos, casas, y salidas de viaje de vacaciones de su jefe Armando Fernández y Siena, la madre de Isabella.

Miguel Ortega, al recibir la noticia de desaparición de los Esposos Fernández.

Contrato a una flota de marinos para buscarlos, pero con el único propósito y la mala intención que si los encontraban vivos, los hicieran desaparecer.

No reporto ni a la policía, ni a la guardia marina, con la intención de no encontrarlos, e Isabella era muy joven para investigarlo y lo peor de todo que el Señor Fernández le había entregado un poder legítimo para que fuera tutor de Isabella. 

Ese día, Zoe abordo a Isabella para qué la acompañará.

A Isabella la recogía el chófer, Ismael Hidalgo, recomendado por Miguel, Ismael comenzó a trabajar tres meses antes para la Familia Fernández, pero recibía órdenes de Miguel.

Cuando Isabella subió al auto.

Zoe, muy alegre, la tomó de la mano y puso su carita triste y dijo; ¿pensé que te avergonzabas de mí y no querías salir conmigo?

Entonces Isabella, con su carita bien lavada y sus ojitos negra, sonrió y dijo; ¡Zoe siempre serás mi amiga y hermana, lo que necesites yo te lo daré! ¿Recuerdas que eres mi hermana jurada? 

Zoe volteó los ojos y sonrió con una sonrisa sarcástica y con una maldad a flor de piel, y no habló ni preguntó más.

En ese momento Isabella recibió un mensaje, y ella tomó el teléfono y contesto el mensaje.

Pero en ese momento Zoe le quito el teléfono y dijo; no contestes, no tenemos que distraernos porque lo disfrutaremos al máximo y tomó el teléfono de Isabella y se lo metió al bolsillo.

Dos horas después llegaron a un edificio abandonado, Zoe e Isabella salieron del auto, ¿dónde estamos? Preguntó Isabella sonriente. ¡Solo daremos un paseo para refrescarnos!, dijo Zoe.

Isabella era confiada, confiaba mucho en su amiga, la consideraba su hermana, desde su nacimiento Isabella y Zoe eran amigas. Nacieron con dos meses de diferencia.

Zoe era mayor dos meses que Isabella.

Zoe ya cumplía los quince años, mientras Isabella en un mes celebraría sus quince, sus padres ya le tenían todo preparado. 

Pero equivocadamente tomaron ese vuelo, tenían que viajar al extranjero por unos problemas en algunas de sus compañías.

Minutos después.

Zoe le dijo, a Isabella, ¿espérame iré por el teléfono? Y regreso al auto, sentada en una banqueta en un parque abandonado cerca al edificio en ruinas. 

Isabella esperó largo tiempo y su amiga no llego, se levantó, se sacudió el polvo de su falda de uniforme y fue a buscar el auto.

Para sorpresa de Isabella, el auto había desaparecido, en ese mismo instante se asustó y se metió la mano al bolsillo del uniforme y se dio cuenta de que su teléfono se lo había quitado su amiga.

Asustada, Isabella salió corriendo por la misma dirección que habían llegado. 

En ese momento se encontró con una furgoneta negra de dónde bajaron tres hombres y la tomaron de los brazos cada uno.

Isabella gritaba y se resistía, pero no lo lograba qué la soltarán.

Un hombre dijo, grita lo que quiera aquí, nadie te escuchara, ella dijo; quienes son ustedes y que quieren conmigo.

El segundo hombre con el cabello largo y la cara cortada le dio una bofetada para que se callara y dijo no hagas preguntas y sé obediente y no te pasara nada.

El otro hombre dijo tu amiguita, te dejo acá para que nosotros te recogiéramos, ella te vendió, y le metieron un saco en la cabeza y se subieron al auto, inmediatamente lo pusieron en marcha y salieron en la dirección que llegaron.

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