En la villa Fernández Isabella estaba sentada en el sofá, perdida en sus pensamientos, cuando se acercó su asistente, ¿tiene una llamada, dijo y se retiró?
Isabella tomó su móvil y dijo dime:¿qué dijo el médico?, la otra persona contestó: ¡parece que despertarán pronto, el señor hizo movimiento en su mano derecha! Pero dice el médico, que en poco tiempo despertarán. Las medicina y las terapias son esenciales. Bien, mantenme al tanto de cualquier mejoría, ¡Si Señorita dijo!, no alcanzo a terminar las palabras cuando la llamada se cortó“”. Una hermosa combinación de colores, un piso extremadamente grande para una sola persona. Isabella miraba hacia el piso. Él accidente de sus padres siempre había sido una incógnita en los cinco años atrás, se hacía muchas preguntas en su mente. El sonido de su celular, le saco de sus pensamientos, y contestó sin mirar. ¿Bueno? ¿Como que bueno? La cuestionaron con burla, Isabella se congeló en su lugar Era su mejor amiga Karina Fuentes. ¿Qué te pareció la villa? ¡Cómoda respondió! Gracias por permitir que me quede aquí, dijo. Isabella, eres mi mejor amiga, no lo olvides. Ella guardó silencio y su amiga pudo darse cuenta. ¿Qué hay en esa cabecita tuya, que te tiene lejos? ¿Cómo sabes qué estoy pensando? Preguntó con el ceño fruncido. O sea que, ¿adivine? Quiero verte, dijo, ¡hace cinco años que no te veo! ¿Quiero que salgamos de compra, o a comer está bien? ¡Sabes, que no puedo dejar que nadie me vea hasta después del aniversario! Si alguien de la familia Ortega me ve se va a hecha a perder la sorpresa, dijo. ¿Bien, pero prométeme que nos iremos de compras después de la fiesta? ¡Lo prometo dijo! En ese momento se cruzó otra llamada, y dijo tengo otra llamada, te llamo después, Karina hizo un puchero y colgó, luego Isabella contestó la llamada entrante. Isa, mañana es la el aniversario de la empresa, necesitas prepararte y ponerte hermosa, tu vestido ya está listo, solo necesitas la estética y la peluquería y joyería, mañana pasan por ti, recuerda llevar máscara, no queremos que te reconozcan. Bien dijo. Al día siguiente, Isabella estaba saliendo de la villa, cuando Manuel, el chófer, la esperaba afuera en el coche. “”Hola Buenos días, Señorita. ¿Lista para su día? Preguntó. ¿El Señor Gallardo lo llamo? El Hombre asintió con una sonrisa. Todo está listo y Señorita, no debe preocuparse por nada, habló. ¿No desea llamar a su amiga para que la acompañe? Hubiese deseado hacerlo, pero no quería exponerse. No será necesario. En ese caso, mejor la llevo, Señorita, respondió. Isabella asintió y subió al coche, soltando un suspiro. Esa tarde Isabella tuvo una tarde de relajación, como nunca la había tenido, tenía el pelo recogido, un moño con dos mechones sueltos al frente, un maquillaje sencillo, pero con los labios color suave, ojos delineados, pestañas largas un poco de rubor. Después de salir de la peluquería, la guiaron a una tienda de ropa, pero esta vez desistió porque Rubén dijo que ya todo estaba arreglado. No obstante, vio una gargantilla cuando pasaba por una joyería, y quedó encantada con ella. En ella se dibujaba una flor. Era sencilla; sin embargo, bastante elegante, en ese momento se acercaron dos mujeres. Tatiana y Zoe Ortega, cuando Isabella las escucho, se cubrió la cara con la mascarilla, y pensó, ¿qué maldit@ En ese momento, Isabella aprovechó para adentrarse en la tienda y pedir por aquella gargantilla fina que llamaba su atención. ¿Ese collar? Inicio señalándolo, ¿dijo lo quiero?“” El hombre la vio de pies a cabeza, salió detrás del mostrador, e inmediatamente fue por la joya. Sin embargo, Zoe se acercó y se lo arrebató de las manos. “Lo quiero” y gruñó. Lo siento, pero ya la Señorita aquí preséntelo ha solicitado, el hombre empaco el producto y se lo entrego a Zoe Isabella ignora el hecho, y observa al sujeto quién la había atendido, Zoe sacó una tarjeta y se la entrego al sujeto. Sin embargo, la tarjeta fue rechazada, haciendo que el rostro de ambas mujeres se pusieran rojas de vergüenza. Fondo insuficiente, lee el hombre, que ya había comenzado a temblar de miedo ante la mirada de la mujer. ¡Vuelve a intentarlo! Soy la Señorita Ortega, grito Zoe, mientras Isabella sonreía. Isabella sacó su tarjeta y se la entrego al hombre, ¡Cóbrame! Dijo. ¡Una tarjeta Black Prémium! Gimió la chica, Isabella tomó su bolsa con el collar, y miró al sujeto, como Isabella estaba de espalda, Zoe no la reconoció, en ese momento entró un tropel de hombres vestidos de negro y rodearon a Isabella, dejándola en el centro para que nadie la reconociera. Después de haber marchado, Zoe quedo estupefacta, al reaccionar dijo: ¿qué fue eso? Una vez oculta dentro del coche, Isabella soltó un sonoro suspiro de alivio y miró al chófer a través del retrovisor. ¿Se siente bien, Señorita? ¡Sentí que me reconocería! ¡Es estresante! El chófer entendió aquellas palabras, Isabella cerró los ojos y se quedó dormida. Cuando finalmente despertó, se bajó del coche y entro a la villa, en su habitación saco la bolsa con la gargantilla, y la observó por largos minutos con adoración. Recordó que su madre la llevaba al centro comercial y le compraba muchas joyas. Cuando tenía doce años le compró una gargantilla y se le perdió, pero una tarde que encontró a Zoe con sus amigas se la vio puesta, y esta dijo que se la había encontrado. Ahora entendía que todas las joyas que se le perdían las encontraría en la habitación de Zoe. La joven Isabella, se preparaba para la dichosa cena. Se observó en el espejo y soltó un suspiro, estaba bonita y diferente. Salió de la habitación, con una elegancia y bajó las escaleras, en la sala la estaban esperando, Rubén Gallardo, y el abogado Álvaro campos, y con ellos una comitiva de directores y representantes, amigos y confidentes de su padre. Isabella tenía una sonrisa ladeada y una ceja asqueada en el rostro, tenía el corazón acelerado, mientras se alejaba en el auto. Rubén lo noto, y disminuyó la velocidad y preguntó, ¿te encuentras bien? Sí, solo no pensé que este cambio, ocasionaría algo nuevo en mi vida, como llamar la atención de mis enemigos. El hombre sonrió, lo estás haciendo bien.Un Rolls-Royce negro se detuvo en la entrada del hotel a las 6:00 PM en punto. Entonces, Rubén se bajó del coche. Después de que rodeada hasta el otro lado, abrió la puerta y sus cejas se alzaron un poco, cuando alcanzó a ver a la persona que estaba adentro.Al ver eso, Isabella puso la palma de su mano en la cabeza y se levantó el dobladillo del vestido. Las comisuras de sus labios se alzaron cuando ella salió del coche.Estaba usando un vestido negro qué hacía resaltar su piel blanca y delicada tenía la gargantilla al rededor del cuello la que había comprado esa tarde.Tras una mirada más cuidadosa, uno podía darse cuenta de que el dije de la gargantilla tenía la forma de una flor.Se paró junto a Rubén y él estiró su brazo, mientras que ella los entrelazados con el suyo.Entonces la pareja y un puñado de personas entro junto a ellos. Muchos de los invitados que vieron esa escena no pudieron evitar hablar sobre ellos.Él el lugar de la puja, Zoe miró a la gente que se acercaba a sal
El asistente continuó: Desde hace dos años, el Grupo Campos tiene la idea de expandirse en el mercado nacional y ha estado trabajando en ello. La cooperación con el Grupo Gallardo es solo el principio, y creo que el Grupo quiere aprovechar el Grupo Fernández para expandirse en el mercado nacional con la licitación, esta vez…Primero el Grupo Gallardo, y ahora el Grupo Fernández. Es bastante ambicioso.Si está tratando de expandirse a un nuevo mercado, no hay nada de malo en colaborar con dos grandes empresas una tras otra. Sin embargo, su propósito sería demasiado obvió si tuviera otras ideas.Así que Miguel le indicó;Ve a ver los datos de la empresa y del responsable, Álvaro campos…! ¡Si Señor!Al terminar la puja, Miguel se levantó. Sin embargo, alguien lo detuvo antes de que pudiera alejarse. Isabella se paró frente a él y sonrió un poco.Hola, Señor Ortega. Nos volvemos a ver, se acuerda de mí. Soy Isabella Fernández, la dueña original de Grupo Fernández.Miguel se quedó e
Zoe, estaba tan disgustada que apretó su puño casi enterrándose las uñas en su piel. Luego dijo: ¡Señorita Fernández, cuide su lengua!Sin embargo, Miguel alargo la mano para detenerla y miró a Isabella. Su expresión era como si quisiera destruirla o desaparecerla.—Está bien, así que solo pregunté…Isabella miró a Zoe, antes de retirar con lentitud la mirada. Y luego continúo. —Vengo a preguntarle, Señor Ortega, si usted organizó el accidente de mis padres, ase más de cinco años…Todos los presentes se sorprendieron y susurraban, por la pregunta de la hija o de la heredera de la compañía, ellos ya tenían en mente lo del accidente del presidente Fernández. —Un atisbo de hostilidad brillo en los ojos de Miguel, y desapareció un segundo después. Respondiendo con tranquilidad:—No sé por qué me pregunta eso, Señorita Fernández. Si no recuerdo mal, sus padres viajaron por unos problemas en las compañías en el extranjero. En ese momento yo no podía viajar porque mi doctor me recomendó de
Cuando se marcharon, el asistente de Miguel se acercó y anunció que la reunión había terminado y agradeció a todos su participación. A todos les quedó claro que estaban ansiosos por terminar el evento para arreglar el desorden.La multitud hizo un puchero y se marchó a regañadientes, justo cuando la trama se complicaba.Pronto poca gente quedo en el lugar, que en un principio estaba animado. Álvaro fijó su mirada por donde se había marchado Isabella y se quedó un poco ensimismado.En ese momento, Lucían apareció de la nada y se paró frente a él. ¡Felicidades, Señor Campos…!¿Por qué? Álvaro recuperó la compostura y preguntó con indiferencia. No estaba de humor para intercambiar cumplidos con Lucían.Álvaro Frunció el ceño en señal de respuesta.¡Por ganar el proyecto de colaboración con Grupo Fernández como lo deseaba, claro!Aún no han publicado los resultados. Así que es muy pronto para qué me felicité.“¿Ah sí? Lucían dijo; ¿entre los competidores por la licitación, usted es la
El coche se estacionó frente a la villa, Manuel salió y se paró detrás del coche.Sebastián salió primero, luego Isabella.¿Oye, quieres ir a dar un paseo?¡No, ve tú! Yo me voy a quedar en casa. El ejercicio es bueno para la salud, así que deberíamos salir a pasear todos los días.Tal vez tengas razón. Llevo todo el día estresada.Hay un parque enfrente.Ella no pudo reaccionar ante el repentino cambio de tema, y soltó:¿Qué?Sin embargo, él no contestó, solo la tomó de la mano y tiro de ella.Isabella intentó soltar su mano, pero su esfuerzo fue en vano.En aquel momento había mucha gente paseando por el parque, entre ellos, solo algunos ancianos, mientras que el resto eran parejas de enamorados. También había alguien tocando la guitarra no muy lejos de ahíIsabella pensó que, ya que estaba en el parque, podía unirse a la diversión. Tomó la mano de Sebastián qué la sujetaba, cambió de dirección y camino hacia el lugar de donde provenía el sonido de la guitarra. Sebastián solo la
“¡Es demasiado perfecto! Es incluso más guapo que todas esas celebridades populares”“Ya pasaron diez minutos. ¿Nadie ha encontrado nada sobre él todavía?”Justo en ese momento, alguien mencionó: “¿No es… el chico del grupo Gallardo?”Una vez que es comentario apareció, todo el mundo se confundió por la repentina mención del grupo Gallardo. De inmediato, alguien público el video con Isabella. Los hashtags pasaron de “Un hombre guapísimo tocando la guitarra” a “El presidente Gallardo se confiesan con una extraña mujer.“Estoy celosa, esto es como un cuento de hadas”“¡Dios mío! El presidente Gallardo es muy guapo. Y ¡esa mujer es muy hermosa!”Un comentario decía: “Vaya, no esperaba que el presidente Gallardo supiera tocarla guitarra tan bien, además de escribir en el teclado”“¡Ja, ja, ja! Me hiciste reír”Cuando entraron a la villa, se abrió la puerta y Rubén asomo la cabeza emocionada y con una expresión de chisme lleno su rostro. ¡Isabella, regresaste!Isabella asintióRubén l
En la entrada de la villa, cuando salieron del coche, Isabella estaba a punto de abrir la puerta, cuando la puerta se abrió de golpe. La cabeza de Rubén se asomó emocionado y con una expresión de chisme en su rostro. ¡Isa, regresaste! Isabella asintió. Rubén la miró antes de ver a Sebastián qué está de pie detrás de Isabella, mientras una sonrisa cómplice se dibujaba en su rostro. Lo sé. El aire está lleno de burbujas rosas ahora. Isabella ladeó la cabeza confundida y le lanzó una mirada. Sin embargo, Rubén dejó escapar una tos y se entró a la villa, en un momento de despiste Rubén le lanzó una mirada a Sebastián y dijo: sigue así y le levantó un dedo de aceptación a lo que hacía. Luego de entrar a la villa, Isabella se volvió confundida solo para ver a Sebastián, que tenía las manos en los bolsillos con la cabeza un poco ladeada y dijo con calma: ¿Te quedas a cenar? ¿No se te olvida algo? Isabella retrocedió en silencio, y se dirigió a la sala donde estaba sentado Rubén.
En la sala de la villa se sentía una gran tensión por parte de Isabella, en ese momento se acercó el mayordomo y dijo Señorita señores la cena está servida, Rubén se levantó y dijo: ¿piénsalo Isa con Sebastián y conmigo aquí se les hará más difícil atacarte, es mejor anunciar el compromiso lo antes posible? Isabella bajo su rostro y dijo: ¡dame tiempo para pensarlo! Luego Rubén miró a Sebastián y dijo: ¿y tú? Sebastián dijo, ¡lo más pronto mejor! Y caminaron al comedor, en la mesa del comedor estaba servida con ricos manjares, Rubén se sentó en el asiento principal mientras Sebastián se sentaba a su derecha e Isabela a la izquierda, al ver Sebastián qué estaban demasiado separados de ella se levantó y se sentó a la par. Eso no paso desapercibido para Rubén y curvó sus labios en una sonrisa, luego puso un trozo de filete en el plato de Isabella y dijo, come está delicioso. Sebastián arrugó su frente y tomó unos camarones, los peló y se los puso a un lado en el plato. En e