Capitulo 4

Este último se encontraba demacrado con pérdida de peso, y su humor se había desatado.

En la oficina la temperatura estaba a punto de congelación, sus empleados trabajaban con mucha delicadeza tratando de no molestarlo más de lo que ya estaba.

En ese momento, Sebastián, era el director General del grupo Gallardo, y tenía mucho trabajo acumulado en su escritorio.

Su asistente Isaac Mendoza. Le aconsejo que descansará un poco más, había dormido muy poco y se encontraba con ojeras, en ese momento entró Rayan, su mejor amigo.

Al verlo, Sebastián pregunto si tenía noticia.

Él negó con la cabeza, y el rostro de Sebastián se entristeció y luego cambio su expresión y miró a Rayan y dijo, quiero una investigación exhaustiva de la familia Ortega. 

Pasaron varios meses y Sebastián no dio con el paradero de Isabella, escondieron bien sus fechorías, y borraron todo video y evidencia respecto a Isabella.

Su padre lo instaba a que ya no la buscará, Sebastián se enojó con su padre por pedirle que pusiera fin a la búsqueda, pero él no desistió en buscarla y así pasó el tiempo.

Mientras tanto, en el Grupo Gallardo, Isaac Mendoza sintió que la oficina del presidente había estado envuelta en una atmósfera fría y sería durante los últimos días.

Todos los empleados que entraban en la oficina contenían la respiración con miedo.

No hace falta decir que era un reto para Isaac, que tenía que entrar y salir del despacho del presidente todos los días.

Sentía una presión qué nunca había sentido desde que empezó su carrera.

Después que Sebastián firmara el documento, Isaac se acercó a él y tomó el documento. Luego dijo con cuidado:

Presidente Gallardo…

¿Qué? __ Sebastián escupió una palabra fría y despiadada.

Isaac continuó:

Acabo de recibir la noticia de que la Señorita Ortega, se va a Durango.

Cuando Sebastián escuchó eso, su mano, que sostenía el bolígrafo, se detuvo.

Levantó la cabeza y miró a Isaac.

¿Quieres que la despida?

Isaac se quedó sin palabras por un momento. Tras aclararse la garganta, dijo:

La Señorita Ortega estará en Durango por tres días.

¿De verdad?

__ Sí, lo confirmó dos veces.

De repente, Sebastián no dijo nada, dejo el bolígrafo y sumiéndose en un profundo pensamiento.

En la villa Fernández, Isabella salió de la tina, se untó sus cremas y se colocó ropa holgada, y se acostó en la cama y se cubrió con la sábana y se quedó dormida.

En el momento que cerró sus ojos, una lluvia de recuerdo la inundó, recordó la cara de Zoe, cuando la dejó en aquel lugar desolado.

Hundida en sus recuerdos, se quedó dormida,

Cuando despertó, escucho que tocaban su puerta, se incorporó y dijo pasa, la sirvienta abrió la puerta y dijo: ¿Señorita Fernández la busca el Señor Gallardo?

Dile que bajo en cinco minutos dijo ella, ¿están bien Señorita, dijo la sirvienta?

Asintió y se marchó.

En la sala de la planta baja, se encontraba Rubén Gallardo cuando vio bajar la sirvienta y dijo; ¿la Señorita Fernández ya despertó?

Karla, la sirvienta, contesto, ¡baja en cinco minutos!

Al contestar, la sirvienta giró su cara e Isabella estaba bajando por las escaleras.

Llevaba puesto, unos mallas, una camiseta holgada, cárdigan para estar en casa.

La mujer tenía un cuerpo curvilíneo, con curvas pronunciadas, especialmente en la zona de las caderas y el busto.

Su delgada cintura y sus caderas acentuadas, lo que le creaba una figura más redonda y voluptuosa.

Al bajar saludo, ¡hola tío!

Él contestó, ¿descansaste?

Un poco dijo ella.

En ese momento el mayordomo se acercó y dijo la cena está lista.

La mesa está cubierta de deliciosos manjares, pero Isabella no tenía mucho apetito, en ese momento llego el mayordomo con.

Un plato extra.

Al destapar el plato, Isabella se encontró con el plato favorito que su madre le preparaba cuando ella estaba enferma, al verlo quedó sorprendida y levantó su rostro, solo para ver a Rubén con una media sonrisa.

Y dijo, me acordé de que cuando cenamos junto con tu padre, él recordó tu comida favorita y le pedí al chef que te lo preparara, así que ahora come.

Ella sonrió y dijo: gracias, tío por todo lo que has hecho por mí y mis padres.

Ni hablar somos familia dijo, y se llevó la comida a la boca, Isabella le sonrió y se dispuso a comer.

En el aeropuerto, una disgustada Zoe, salía de una terminal de salida con su maleta y su asistente a cuesta.

Abia viajada por un contrato de trabajo a Palermo.

Y el director que necesitaba encontrar había salido de viaje de vacaciones con su esposa.

Y no tenía ni idea de cuando regresaría.

Su viaje y preparación fue de por gusto, a eso le sumaba las molestias de su embarazo.

Zoe, paso mucho tiempo preparándose, intento por muchos medios superar los desafíos, y poner en práctica estrategias para crecer, y demostrarle a su padre que ella estaba calificada para obtener un puesto importante en la compañía.

Vestía un traje negro ejecutivo, bien planchado y entallado.

Su atuendo estaba bien confeccionado, ni corto ni largo, estaba perfecto a su medida.

Ella tenía un cuerpo perfecto, su cara hermosa con dos hoyuelos en sus Mejía.

Sus pestañas larga y sus ojos marrones, generalmente se dice, que las personas de ojos marrones son leales y respetuosas.

Pero Zoe era lo contrario, era ambiciosa, egoísta, malvada.

Salió del vestíbulo y se dirigió a tomar un taxi, en el camino recibió una llamada de Nina, su fiel perro faldero.

Después que Isabella desapareció, algunas amigas se unieron a Zoe, secundándola en todos sus actos y decisiones, y renunciando a cualquiera de sus propias iniciativas.

Zoe se calificaba por ser mejor que cualquiera de sus amigas o compañeras.

Desprestigiando, desacreditando, difamando, a las pocas amigas que habías quedado, que defendías a Isabella.

Cuando recibió la llamada.

Zoe explotaba de rabia, y contesto; ¿dime que deseas?

La otra sabia del temperamento explosivo de Zoe y dijo: ¿quería saber si te invitaron? Y se quedó callada.

En el instante ella dijo, ¿habla? Hay una fiesta de gala en la siguiente semana, parece que es la Presentación del director del grupo Nieto.

Mi padre recibió una invitación.

Me imagino que tu padre también recibió la suya, Zoe se quedó callada y dijo, no estoy en casa cuando llegue preguntaré a mi padre y corto la llamada.

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