Él regreso Inesperado
Él regreso Inesperado
Por: Kalessy G
Capitulo 1

AEROPUERTO

En el aeropuerto en la ciudad de Segovia se encontraba un alboroto, muchos periodistas se aglomeraban para tener su primer lugar para su primicia.

Se filtró la noticia que una persona importante aterrizaba a esa hora y en ese vuelo de la mañana, se decía que una relevante eminencia de la elite del poder, que ocupaba una posición dominando las tres instituciones del país, que era la seguridad interna y externa del estado, y de la economía política.

Dentro del aeropuerto la esperaba una comitiva para darle la bienvenida y transportarla al hotel real, el más lujoso de Segovia.

Por el lado de una salida privada, salía una mujer alta de uno setenta de estatura, su piel blanca como la nieve, con un cuerpo esbelto, sus largas piernas, su cabello negro rizado suelto, sus ojos color negros con pestañas largas, su cara reservada y severa y un aspecto arisco.

Vestía con traje de ejecutiva, pantalones negros, blusa turquesa con cuello alto, chaqueta color negro…

Llevaba un abrigo largo color negro y gafas negras, se veía confiada y decidida y muy peligrosa, una mujer difícil de impresionar.

Caminaba con elegancia y majestuosidad.

Detrás de ella le seguía su asistente y seis hombres altos

y fuertes.

Vestidos de negro con máscaras y gafas oscuras, ella era, Isabella Fernández.

Reconocida mujer en el ámbito de la política y la seguridad nacional. Miembro y directora del servicio de inteligencia secreta conocida como SIS. Encargada principalmente de la recogida y análisis encubiertos en el extranjero de la inteligencia humana y artificial, apoyada por la seguridad nacional.

Ella había regresado, con un solo propósito, y el propósito era recuperar la fortuna de sus padres y hacer caer a todos el culpable.

Al salir del aeropuerto, escucho la voz de una mujer.

Inmediatamente, reconoció a la persona, esa persona era su supuesta mejor amiga y hermana, se le vinieron recuerdos pasados difíciles de olvidar, solo dijo. ¡Donante multiorgánico!,

Sonrió, pero no volteo su mirada, solo siguió su camino al estacionamiento, al llegar al frente del estacionamiento se encontraba con un hombre esperándola.

Un hombre de edad media, vestido elegante de unos cincuenta años, cuando la vio sonrió y se bajó del auto, él era Rubén Gallardo, se le acercó y le dijo.

¡Bienvenida, Isa¡ ¿cómo fue tu viaje? La mujer Frunció el ceño y dijo; ¡un poco cansada!

Perfecto, Isa llegas temprano, puedes descansar, el hombre se giró y abrió la puerta de un Rolls-Royce Phantom, inmediatamente se subió al auto junto con la mujer.

Llegas en el momento perfecto, dijo él. Y le abrió una carpeta y se la entrego y se marcharon.

En el camino Rubén le explicaba el contenido de la carpeta, estos son las constancias legales de la compañía esta tu nombre en ella solo tienes que presentarte, hay que ir a casa, ya está preparada la villa, está en el centro de la ciudad, cerca de la torre Glibfor dijo él, ella asintió.

Es hora de reclamar tu herencia ya paso cienco años y la Familia Ortega disfruto mucho de sus beneficios es hora de que paguen, ella dijo gracias tío Rubén, me imagino que Sebastián no está al tanto de mí.

Él sonrió, no he hablado con él, no está al tanto, descansa bien esta noche y mañana nos ponemos al día.

Mientras en el aeropuerto, la comitiva y los reporteros se desesperaba tontamente, porque no aparecía la persona importante que esperaban.

Inmediatamente, el representante de la ciudad,

Jaime Castillo, se comunicaba con sus subordinados para pedir información si se habían equivocado del horario de llegada de la persona de elite.

Él dijo, el sujeto ya aterrizó, y salió del aeropuerto.

El representante Jaime Castillo Frunció el ceño tenso, los músculos de los ojos, y sus labios finos, maldijo e insulto internamente.

Como es posible que no avisara qué había llegado antes, y dijo comunícate con el profesor y que nos ofrezca una explicación.

Al llegar a la villa bajaron las maletas.

Y el asistente con dos guardaespaldas dijo, un momento Señorita Fernández, revisaremos el área, ella se quedó en el auto con Rubén, luego este dijo no hay peligro, mis hombres están pendientes de la seguridad de esta área.

En ese momento el asistente con dos guardaespaldas toco la ventana del auto y dijo, está todo seguro, Señorita, puede bajar, ella asintió y se bajó del auto dirigiéndose a la sala.

En la entrada se encontraban el personal de la villa.

Inmediatamente, de entre medio del personal, salió un hombre de unos sesenta años con apariciones de signos de envejecimiento.

Se acercó y dijo: ¡bienvenidos!

Lo cual Rubén dijo: Isa te presento, a Hugo López, mayordomo de la villa, luego dijo, ella es la Señorita Isabella Fernández, ella vivirá aquí, así que trataba como si me trataras a mí, Señorita Fernández es un placer servir para usted, este es el personal de servicio que está a su entera disposición.

Ella saludó cortésmente y entro a la villa seguida por su asistente y guardaespaldas, al llegar a la sala se acomodaron y el asistente subió las maletas a la habitación principal.

En la sala la sirvienta les preparo té, y algunas frutas y aperitivos, conversando con Rubén se sintió cansada, pues le afectaba el Jet lag, en ese momento recibió una llamada, su asistente le entregó el teléfono y ella contestó, y dijo Maestro, al otro lado de la línea la otra persona contestó, ¿ya estás en Segovia? Dijo él.

Sí, contesto ella, ¡estaba llegando ahora mismo! ¡Eso es bueno! Contesto al otro lado.

Luego dijo, ¡cena temprano y descansa, mañana me pongo en contacto contigo, no te preocupes ni te atormentes, conseguirás toda la información que necesites! Sí, maestro, dijo ella, luego finalizó la llamada.

Rubén preguntó, ¿es el maestro Georgio Sinclair?

Sí, dijo ella pregunta cómo llegué, él dijo, Gio, es un hombre muy sabio y muy bueno, se preocupa por ti.

Luego se levantó y dijo, es hora de irme para que tú puedas descansar, regreso a la hora de la cena, para cenar contigo.

Ella movió la cabeza en señal de aceptación y dijo: ¿Sebastián no ha regresado de viaje? Él dijo, ¡él llega hoy por la noche, si viene antes de la cena lo invito a cenar!

Ella dijo, ¿mejor cenamos juntos mañana?

Bien, dijo el cómo tú quieras, en ese momento se despidió y abandono la sala.

Ella se quedó un momento en la sala, cuando llegó su asistente Darío Jiménez.

Ella dijo, ¿qué investigaste? Lo cual él contesta, ¡después de su marcha, la familia Ortega se apoderó de las compañías de su padre!

¡Y parece que ha tenido ayuda, pues se ve que han avanzado en el ámbito empresarial, parece que tienen ayuda de altos empresarios!

Ella vaciló un momento y Frunció el ceño.

Que más investigaste dijo, el asistente dudo un momento y dijo, ¿señorita, esto no le va a gustar?

Ella dijo, ¿habla?

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