CAPÍTULO 03

—Mmmmm vas mejorando amiga —dijo Ada al verme—. Los tacones te quedan muy bien, la falda —giró a mi alrededor—...es aceptable. Tu maquillaje no está mal y tu olor—se acercó y pasó su nariz por mis hombros—, deberías usar un desodorante más fuerte. 

—No entiendo por qué tanta elegancia para una mujer que está encerrada todo el día. 

—No sabes en qué momento te podrías encontrar con alguno de los jefes. 

—La verdad que si son tan importantes como tu dices, no creo que alguno de ellos se tome el tiempo de bajar a la cueva de lucifer; así he decidido llamar ese espacio en el estoy metida todo el día, en fin, no creo que alguno de ellos bajé a conocerme.

—No pero si en algún momento ven tus habilidades y te quieren ascender, tu presentación será muy importante.

¿Quién iba a ver mis habilidades en la cueva de lucifer? 

—¿Cómo es que se llaman los jefes? 

—El mayor de ellos, el sexi guapetón rico y sensual Edon Wolf, y el menor, el delicioso, papacito Fray Wolf. Por cierto, hoy está de regreso, tiene seis meses que no estaba en la compañía y pues han hecho una comida para darle la bienvenida.

—Ellos son personas o chocolates, porque tu descripción me sonó a dulces. —me burlé 

—Es que no los conoces, las mujeres solteras de esta oficina han tenido la dicha de pasar una noche con uno de los hermanos Wolf y las más suertudas con los dos. 

Esta era una empresa o un prostíbulo. 

—¿Tú con quien te has acostado? 

—Con Fray, pasó semanas antes de que se fuera. Te puedo decir con certeza que es el mejor sexo que he tenido con un hombre, tiene una fuerza descomunal, sientes que va a partirte por la mitad y …

—Suficiente, demasiados detalles.

—¿Te imaginas si alguno de ellos se convierte en tu primer hombre? Al que le entras tu florecita.

—¡Ada! ¡El primer hombre en mi vida debe ser especial y no un par de hombres engreídos! Mi florecita es especial y no es para cualquiera.

Era increíble en esta época que una mujer de veinticinco años aún fuera virgen. Pero no había encontrado a la persona indicada, tuve algunos novios, pero nunca pasó de besos.

Ninguno me hacía sentir lo suficiente segura para dar ese paso y pues mis presentimientos nunca fallaron, ya que todos me dejaron al no conseguir lo que querían. 

—Deja de buscar al hombre perfecto, porque no existe. Ahora deja que te presente a los hermanos Wolf.

—¿Qué, estás loca? 

—Ven, vamos a tu cueva de lucifer, vamos a conocerlos desde allí. 

Nos encaminamos con mi amiga y no entendía a lo que se refería. 

—Ada, no entiendo qué es lo que tratas de hacer. 

—¡Allí están! —señaló a uno de los monitores—. Ese es el auto de los hermanos Wolf, mira atenta porque saldrán en cualquier momento. 

Dejé mi mirada fija al monitor, del lado del copiloto salió un hombre con un traje elegante. El tipo era, guapo y ahora entendía por qué mi amiga estaba loca por estos hombres. 

—¿Quién es él? 

—Es Fray Wolf, estuve con ese papacito en la misma cama, pero su hermano mayor es mucho más guapo. Ya salió… ¡Mira! 

El otro hermano Wolfo bajó del auto, no podía visualizarlo, ya que el auto lo cubría. Dio un par de pasos y entonces lo pude ver. 

—¿Y él? —pregunté con temor. 

—Es Edon Wolf, nuestro jefe…

Esas últimas palabras resonaron en mi cabeza “Nuestro jefe” el pervertido que encontré en mi casillero, era mi jefe. 

¡Dios! y yo le había propinado una bofetada. 

«Era mujer muerta»

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