Fray tomó el pedazo de papel que le habían entregado. Circe estaba en la ciudad y venía en compañía. Su enojo no era por el ataque, sino por el hecho de recordar que Circe Hall estaba con vida. —¡Necesito que los busquen! —ordenó.Quería ir un paso al frente, que en lugar de sorprenderlo ellos serían los sorprendidos. Ada escuchaba detrás de las puertas, como estaba acostumbrada. Circe ya estaba en la ciudad, debía informarle a Edon sobre su llegada. Había pasado casi un año desde que Edon estaba encerrada en esa cueva. Cuando los hermanos Wolf se enfrentaron en una pelea mortal, Fray pensó acabar con Edon. Quedó muy herido, pero su hermano no pudo acabar con él. Logró escapar antes que su hermano lanzara el hechizo del relicario de la muerte. Logró escaparse y ocultarse, hasta que en una ocasión, cuando buscaba comida, se encontró con Ada. En un principio pensó en asesinarla para que no contara sobre su existencia, pero todo cambio cuando Ada, al darse cuenta de sus heridas, lo
—¿Amiga? —Sí, eres mi amiga. Has sido de gran apoyo, por eso te quiero brindar la misma ayuda quedándote en un lugar seguro. —Gracias Circe, nunca nadie se preocupó tanto por mí. También eres mi amiga. —Epona me abrazó con fuerza.Sonreí triunfante. —Eres muy buena, no fuera nada si tú no estuvieras a mi lado. —Hay pequeña, yo… yo… —¿Qué pasa? —Nada, es mejor que te vayas, no es bueno que te vean conmigo. Circe recordaba esa tierna escena. No todo con Epona fue malo, ella la ayudó y le agradecía salvarle la vida a ella y su hijo y se lamentaba que no pudo hacer nada por ella. Circe soltó unas lágrimas al ver el cuerpo inerte en el suelo. Corrió hacia su cuerpo y escuchó su corazón. Epona estaba muerta. Tocó sus manos, estaban duras como una roca. Estaban empuñadas, pero en una de ellas se podia ver un pequeño frasco. Circe reconoció de lo que se trataba, lo tomó y lo guardó. Se puso de pie y elevó una de sus manos, quería acabar con el causante de la muerte de su amiga. Una bo
Un lobo blanco, blanco como el inmonente Everest, sus ojos como dos infrarrojos, sus colmillos corto punzantes y sus garras afiladas. Así es como Edon hacía su presentación y marcaba la cara del monstruo en que se había convertido su hermano. A pocos metros Circe lo miraba incrédula. Aún no podía creer que Edon estuviera aquí. Dudó en su supervivencia, pero ahora estaba aquí. Fray se levantó del suelo y vio a su hermano convertido en lobo. Sintió terror y odio a la vez. Para él. Edon estaba muerto, él con sus el relicario de la muerte le había provocado la muerte y era imposible que estuviera de regeso. Su corazón sintió una gran furia, se llenó de odio y rencor. Edon no podía ser inmortal, su hermano tenía que estar muerto. Estaba asimilando la existencia de su hermano cuando sintió un fuerte golpe que lo hizo caer al suelo. Edon lo golpeó por segunda vez. Se levantó y dio un gran rugido para que todos conocieran su gran poder. Con voz grave Fray pronunció.—Voy a matarte una, d
Ellos conocían su destino, y ahora sabían que no podían cambiarlo y mucho menos destruirlo. Ahora por su atrevimiento sus reinos estaban sentenciados, solo quedaba esperar y que el presagio de la diosa de la luna no se cumpliera. Pero sus esperanzas terminaron cuando se enteró de que la hija de Helios había muerto. Ahí supo que no había vuelta atrás y que su hijo tendría que buscar a su compañera y enamorarla, para que el mundo fantástico que conocían regresara a la normalidad. **** —Mamá, ¿el hombre lobo ya encontró a su compañera? ¿Logró enamorarla? —No, lo sé. Pero estoy segura de que cuando él la encuentre, hará todo para enamorarla. —Yo quisiera enamorarme de un hombre lobo. —Mi vida, esta es solo una historia, los hombres lobos, las diosas o brujas no existen. Son solo historias que la familia ha contado de siglo en siglo. —¿Quién te contó esa historia? —Lo hizo tu abuela y a ella se lo contó su madre y así de generación en generación hemos repetido esta historia a
»—Circe… —habló—. Quiero que te cases conmigo. No me imaginé que mi propuesta de matrimonio sería de esa manera. Tal vez en una cena romántica, con un anillo, un trío de cuerdas, o quizá en un lugar romántico como la torre Eiffel. »Entonces ¿qué dices? —volvió a preguntar—. Hemos pasado por mucho, esperé por ti tantas décadas y cuando te encontré… —Pensaste en que era una chica desarreglada, sin maquillaje… —¡Shhhh! —puso su dedo sobre mis labios para callarme —Desde que te conocí me volviste loco, de eso no hay duda. Volvió a besarme. Una de sus manos quitó mi sostén. Bajé mis manos hasta su cinturón y lo quité. Quería sentirlo por completo. Quitó sus pantalones y sus calzoncillos. Qué más daba si la cena se enfriaba, tenía un gran filete de carne frente a mí. Terminé de desnudarme. Edon se metió entre mis piernas. —Te amo. Susurró antes de penetrarme —¡Ah! —gemí de placer. Cada momento con Edon era especial, cada que vez que hacemos el amor él me hace sentir especial. En ca
Inhala, exhala. Inhala, exhala», eso repetía en mi mente. No quería olvidar cómo respirar. Estaba tan nerviosa que creí que en cualquier momento dejaría de hacerlo.—Circe, todo saldrá bien. —Ada colocó unas pequeñas flores en mi cabeza y me dio palabras de aliento.—Nunca pensé que me encontraría en esta posición. Yo, Circe Hall, estoy nerviosa por casarme, ¡casarme! En serio que no lo creo.Después de regresar al castillo y que las empresas Wolf lograron su estabilidad económica, decidimos casarnos lo más pronto posible, ahora yo estaba aquí nerviosa en el cuarto de un hotel lista para ser llevada al altar.—La playa está hermosa. —mencionó mi amiga. Tal y como lo había deseado, la boda sería en la playa, frente al mar. Todos estaríamos con ropa veraniega, blanca y sin zapatos.Lo único que me entristece de este momento es que no tenía a personas especiales en este acto tan importante, como Myriam y Epona. Ni mi hermano estaba aquí, al aparecer no pudo salir del olimpo para venir a
EDONMiré a Circe delante de mí, estaba realmente preciosa. Me sentía tan afortunado de tener una compañera tan bella, pero también noble, inteligente, con grandes sentimientos. Llevaba puesto un vestido blanco y una corona de flores adornaba su cabello. Sus bellos ojos brillaban de la alegría, y no podía ver los míos, pero de seguro brillaban mucho más. La petición de Circe de hacer la boda en la playa, en un principio me pareció extraña, pero cumplí sus deseos y no me arrepentía. Todo estaba hermoso, la arena y el mar. —Estamos reunidos para celebrar la unión de Edon Wolf y Circe Hall…—inició el reverendo. Él hablaba y daba el discurso matrimonial, pero yo estaba enfocado en quien iba a convertirse en mi esposa. Increíble que en un empezó me negué a aceptarla como mi verdadera compañera, que todo había sido un error de la luna; sin embargo, la luna nunca se equivocaba y eligió a la mejor mate para mí. —Edon Wolf, aceptas a Circe Hall como tu esposa… —preguntó. —Si… claro que sí.
2 años después… El invierno había llegado a la ciudad desde hace varias semanas. Las calles, los techos de las casas e incluso los árboles estaban llenos de nieve. Todo alrededor era blanco, el aire frío, pero aun así los niños se divertían. Jugaban a las guerras con bolas de nieve, hacía ángeles y muñecos de nieve. No importaba el frío, ellos sabían como divertirse. Circe observaba desde la ventana dicha escena. Los niños en la aldea disfrutaban de la nieve. —La tía favorita está en casa. —Ada ingresó a la casa y en sus manos llevaba varias bolsas de regalos. La familia celebraba una de las fiestas más deseadas de toda la humanidad: Navidad. Convel, el hijo de Circe y Edon, quien es encontraba en el suelo, se puso de pie y corrió hacia su tía. Tenía un poco más de dos años, pero sus habilidades eran de un niño más maduro y eso era porque en su sangre el adn de los hombres lobo y los dioses del olimpo. »He traído muchos regalos para mi sobrino favorito. Detrás de Ada uno de los