CAPÍTULO 71

—¿Amiga?

—Sí, eres mi amiga. Has sido de gran apoyo, por eso te quiero brindar la misma ayuda quedándote en un lugar seguro.

—Gracias Circe, nunca nadie se preocupó tanto por mí. También eres mi amiga. —Epona me abrazó con fuerza.

Sonreí triunfante. —Eres muy buena, no fuera nada si tú no estuvieras a mi lado.

—Hay pequeña, yo… yo…

—¿Qué pasa?

—Nada, es mejor que te vayas, no es bueno que te vean conmigo.

Circe recordaba esa tierna escena. No todo con Epona fue malo, ella la ayudó y le agradecía salvarle la vida a ella y su hijo y se lamentaba que no pudo hacer nada por ella. Circe soltó unas lágrimas al ver el cuerpo inerte en el suelo.

Corrió hacia su cuerpo y escuchó su corazón. Epona estaba muerta. Tocó sus manos, estaban duras como una roca. Estaban empuñadas, pero en una de ellas se podia ver un pequeño frasco. Circe reconoció de lo que se trataba, lo tomó y lo guardó.

Se puso de pie y elevó una de sus manos, quería acabar con el causante de la muerte de su amiga. Una bo
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