Ellos conocían su destino, y ahora sabían que no podían cambiarlo y mucho menos destruirlo. Ahora por su atrevimiento sus reinos estaban sentenciados, solo quedaba esperar y que el presagio de la diosa de la luna no se cumpliera. Pero sus esperanzas terminaron cuando se enteró de que la hija de Helios había muerto. Ahí supo que no había vuelta atrás y que su hijo tendría que buscar a su compañera y enamorarla, para que el mundo fantástico que conocían regresara a la normalidad. **** —Mamá, ¿el hombre lobo ya encontró a su compañera? ¿Logró enamorarla? —No, lo sé. Pero estoy segura de que cuando él la encuentre, hará todo para enamorarla. —Yo quisiera enamorarme de un hombre lobo. —Mi vida, esta es solo una historia, los hombres lobos, las diosas o brujas no existen. Son solo historias que la familia ha contado de siglo en siglo. —¿Quién te contó esa historia? —Lo hizo tu abuela y a ella se lo contó su madre y así de generación en generación hemos repetido esta historia a
»—Circe… —habló—. Quiero que te cases conmigo. No me imaginé que mi propuesta de matrimonio sería de esa manera. Tal vez en una cena romántica, con un anillo, un trío de cuerdas, o quizá en un lugar romántico como la torre Eiffel. »Entonces ¿qué dices? —volvió a preguntar—. Hemos pasado por mucho, esperé por ti tantas décadas y cuando te encontré… —Pensaste en que era una chica desarreglada, sin maquillaje… —¡Shhhh! —puso su dedo sobre mis labios para callarme —Desde que te conocí me volviste loco, de eso no hay duda. Volvió a besarme. Una de sus manos quitó mi sostén. Bajé mis manos hasta su cinturón y lo quité. Quería sentirlo por completo. Quitó sus pantalones y sus calzoncillos. Qué más daba si la cena se enfriaba, tenía un gran filete de carne frente a mí. Terminé de desnudarme. Edon se metió entre mis piernas. —Te amo. Susurró antes de penetrarme —¡Ah! —gemí de placer. Cada momento con Edon era especial, cada que vez que hacemos el amor él me hace sentir especial. En ca
Inhala, exhala. Inhala, exhala», eso repetía en mi mente. No quería olvidar cómo respirar. Estaba tan nerviosa que creí que en cualquier momento dejaría de hacerlo.—Circe, todo saldrá bien. —Ada colocó unas pequeñas flores en mi cabeza y me dio palabras de aliento.—Nunca pensé que me encontraría en esta posición. Yo, Circe Hall, estoy nerviosa por casarme, ¡casarme! En serio que no lo creo.Después de regresar al castillo y que las empresas Wolf lograron su estabilidad económica, decidimos casarnos lo más pronto posible, ahora yo estaba aquí nerviosa en el cuarto de un hotel lista para ser llevada al altar.—La playa está hermosa. —mencionó mi amiga. Tal y como lo había deseado, la boda sería en la playa, frente al mar. Todos estaríamos con ropa veraniega, blanca y sin zapatos.Lo único que me entristece de este momento es que no tenía a personas especiales en este acto tan importante, como Myriam y Epona. Ni mi hermano estaba aquí, al aparecer no pudo salir del olimpo para venir a
EDONMiré a Circe delante de mí, estaba realmente preciosa. Me sentía tan afortunado de tener una compañera tan bella, pero también noble, inteligente, con grandes sentimientos. Llevaba puesto un vestido blanco y una corona de flores adornaba su cabello. Sus bellos ojos brillaban de la alegría, y no podía ver los míos, pero de seguro brillaban mucho más. La petición de Circe de hacer la boda en la playa, en un principio me pareció extraña, pero cumplí sus deseos y no me arrepentía. Todo estaba hermoso, la arena y el mar. —Estamos reunidos para celebrar la unión de Edon Wolf y Circe Hall…—inició el reverendo. Él hablaba y daba el discurso matrimonial, pero yo estaba enfocado en quien iba a convertirse en mi esposa. Increíble que en un empezó me negué a aceptarla como mi verdadera compañera, que todo había sido un error de la luna; sin embargo, la luna nunca se equivocaba y eligió a la mejor mate para mí. —Edon Wolf, aceptas a Circe Hall como tu esposa… —preguntó. —Si… claro que sí.
2 años después… El invierno había llegado a la ciudad desde hace varias semanas. Las calles, los techos de las casas e incluso los árboles estaban llenos de nieve. Todo alrededor era blanco, el aire frío, pero aun así los niños se divertían. Jugaban a las guerras con bolas de nieve, hacía ángeles y muñecos de nieve. No importaba el frío, ellos sabían como divertirse. Circe observaba desde la ventana dicha escena. Los niños en la aldea disfrutaban de la nieve. —La tía favorita está en casa. —Ada ingresó a la casa y en sus manos llevaba varias bolsas de regalos. La familia celebraba una de las fiestas más deseadas de toda la humanidad: Navidad. Convel, el hijo de Circe y Edon, quien es encontraba en el suelo, se puso de pie y corrió hacia su tía. Tenía un poco más de dos años, pero sus habilidades eran de un niño más maduro y eso era porque en su sangre el adn de los hombres lobo y los dioses del olimpo. »He traído muchos regalos para mi sobrino favorito. Detrás de Ada uno de los
—Me rehúso a aceptarlo. No voy a permitir que ninguno de mis hijos tenga como compañera a una bruja como ella. —gritó el Sr. Wolf. Estaba furioso ya que se había enterado de que la diosa de la luna había otorgado como compañera a su hijo mayor una bruja y no cualquier bruja, sino la hija de Helios el dios del Sol. —No puedes interponerte ante el destino. —refutó la Sra. Wolf. —Claro que lo haré, no pienso quedarme de brazos cruzados, mientras que mi hijo es sentenciado a una vida miserable ante una bruja. Eso es antinatural, en estos momentos voy a exigir que escoja una nueva compañera para mi hijo. —El Sr. Wolf se convirtió en lobo, un hermoso y gran lobo blanco, sus ojos se iluminaron de color rojo y se introdujo en el bosque. Empezó a correr sin descanso, esta noche la diosa de la luna estaría en la tierra y él tenía que aprovechar para exigir una nueva compañera para su hijo. Regresó a su forma de hombre y se presentó ante la diosa, pero ella ya hablaba con alguien más. Era He
CIRCE—¡Permiso!, ¡permiso! ¡señora, muévase! —grité. Iba tarde a mi primer día de trabajo y todo me estaba yendo mal, así es que iniciaba el día y ya todo estaba en mi contra. Mi alarma nunca sonó, a mitad de mi baño el agua caliente se acabó y tuve que terminar con agua fría. «Odiaba el agua fría».Para continuar con mi mala suerte, se rompió el tacón de uno de mis zapatos, así que tuve que ponerme zapatillas, corrí para tomar el bus, pero a la escuela cerca de mi casa se le había ocurrido tener un desfile con esas criaturas gritonas y chillonas que le llaman niños. Así que estaba empujando a todo el que se me atravesara en el camino. Al salir de esa marea de gente, corrí hacia la parada y al parecer el cielo se había empezado a compadecer de mí, ya que alcancé el bus, pero canté victoria desde muy temprano, todos los sillones estaban ocupados, así que tuve que ir de pie. Miré mi reloj, si el bus no tenía algún percance llegaría a tiempo. Era un desastre de mujer, por eso era que
—¿Qué tal tu primer día de trabajo? —preguntó Ada. La jornada había terminado y mi amiga me acompañaba hacia la parada del autobús. —Normal, en una pequeña habitación de vigilancia no puede pasar mucho. Pero eso sí, necesito poner una queja, hay un pervertido que rompió el candado de mi casillero y quiso robarse mi blusa. —¿Quéééé?, ¿cómo que un pervertido? Eso no suena bien, dime como era para encontrarlo. —Era muy guapo, mentón y nariz perfecta—¡Circe! —Okey, pero es la verdad; sin embargo, lo que llamó mi atención fueron sus ojos rojos. Ese color no es muy común. —Ese color de ojos ni siquiera existe, Circe, ¿estás segura de lo que viste? —Muy segura, no tengo idea de quién se trate, pero ese tipo me dejó muy nerviosa. Lo bueno es que recibió un buen golpe, espero que con eso no se vuelva a atrever a registrar mi casillero. Voy a buscar su imágen en las grabaciones de las cámaras de seguridad y cuando tenga la imagen te la enseño, tal vez tú lo conozcas. —Si se te vuelve a