Gaspar volvió al dormitorio después de acostar a Gabriela. Emily estaba tumbada en la cama esperando su regreso y sonrió cuando entró en la habitación y cerró la puerta.- Hoy estaba realmente agitada.Emily se rió. Cada día que pasaba hasta que naciera el bebé, Gabriela se ponía más y más ansiosa.- Se muere por que nazca pronto el bebé.- Ah... Yo también... -dijo, tumbándose encima de ella en la cama-.- Es curioso, porque yo soy el que debería estar más ansioso por esto...Gaspar se rió y le besó los labios cariñosamente.- Dudo que yo no lo esté.- Sí. Ya empieza a pesar.Gaspar se tumbó a su lado y le acarició el vientre, que ahora era más evidente.- Pero todavía es muy pequeño.- Para mí no.Gaspar se rió y volvió a besarla. ¡Estaba tan contenta! Siempre parecía extasiado cuando estaba cerca de Emily. Ella sonrió cuando él se quedó quieto mirándola a los ojos y tiró de él para darle un beso. Emily empezó a abrir lentamente la camisa de Gaspar mientras lo besaba y él sonreía.E
Habían pasado cuatro meses. Emily estaba a punto de dar a luz a su bebé y la expectación era máxima entre los tres. Gabriela era la más ansiosa por la llegada de su hermano. Todas las mañanas, al despertarse, iba a ver a su madre para preguntarle si era de día.- Es su hermano quien decide la hora.- ¡Venga! Eres demasiado lenta. - Gabriela habló a la barriga de Emily y todos se rieron.Después de muchos intentos por averiguar el sexo del bebé, ya que ella siempre estaba con las piernas cruzadas, lo consiguieron: era un niño. Emily pensó que Gabriela se enfadaría o al menos se preocuparía de que no fuera una niña, pero su reacción fue la mejor posible.- ¿Un niño? - preguntó pensativa cuando Emily se lo dijo.- Sí.Hubo un largo silencio mientras Gabriela pensaba. Emily intercambió miradas con Gaspar y justo cuando iba a decir algo, Gabriela dijo:- ¡Un niño! ¡Es increíble! ¡Vamos a poder jugar juntos y a la pelota! Y voy a enseñarle todo lo que sé. - Empezó a dar saltos por la habita
La vida actual de Emily es un verdadero testimonio de su determinación y fortaleza. Como madre soltera y empresaria de moda de éxito, encontró el equilibrio entre el cuidado de su hija y la gestión de su negocio.Cada mañana se despertaba con el corazón lleno de gratitud. El sol empezaba a iluminar el cielo mientras ella se preparaba para el día. Se puso su impecable y elegante atuendo, una representación de su propia marca de ropa, una mezcla de sofisticación y estilo único que ha conquistado los corazones de muchas mujeres de todo el país.Tras despertar a su hija, Emily la ayudó cuidadosamente a vestirse. Sus ojos brillaban de amor mientras le ajustaba los botones del vestido y le arreglaba el pelo. Ella era su mayor tesoro, la razón de su determinación y su éxito.Mientras disfrutaban juntas de un saludable desayuno, Emily escuchaba atentamente las animadas historias de su hija sobre sus aventuras imaginarias. Era su mayor admiradora, siempre alentando su creatividad y alimentando
Emily no podía creer lo que veían sus ojos. Tenía que ser una pesadilla. Tenía que despertarse cuanto antes. No podía ser real. No ahora que su vida era feliz y estaba normalizada.- Por fin te he encontrado.- Lo siento, creo que me estás confundiendo... - dijo con nerviosismo en la voz.El hombre soltó una risa ahogada y la miró con decisión.- No. Es usted a quien busco desde hace exactamente cinco años.- Lo siento -dijo ella con voz temblorosa-. - Pero me temo que me has confundido con otra persona.Él la miró con ojos llenos de determinación y dijo:- No, querida. Eres la madre de mi hija.Emily frunció el ceño, intentando procesar las palabras del hombre que tenía delante. Recordaba claramente haberse marchado y no haber mencionado nunca su embarazo. ¿Cómo podía saber lo de su hija?- Lo siento, pero se equivoca -respondió ella, con la voz temblorosa por la incertidumbre-. - No tengo hijos propios y no sé cómo ha llegado a esa conclusión.El hombre suspiró, con una mezcla de fr
Mientras el viento soplaba suavemente a su alrededor, Emily pensaba en la delicada situación en la que se había metido. No quería en absoluto que Gaspar se acercara a Gabriela. Pero, ¿cómo podía deshacerse de él? ¿Qué podía hacer para dejar de verle? Volvió al despacho en automático y sólo se dio cuenta de que había llegado cuando Roger le habló:- ¿Has vuelto?- Se me ha quitado el hambre... -respondió ella.- ¿No has comido?- No, no he comido.- ¿Te ha pasado algo? - preguntó preocupada.Emily no contestó de inmediato. No sabía si quería compartir este problema con Roger. Él siempre se había interesado por verla bien y apreciaba su amistad, pero era un asunto muy delicado.- No, se me ha quitado el hambre. Comeré algo más tarde. Puedes almorzar ahora.- ¿Está segura?- Estoy segura. Adelante.Roger la miró un poco desconfiado, pero se fue a comer. Emily se quedó sola y no podía dejar de pensar en su encuentro con Gaspar. Los recuerdos de todo lo que había pasado entre ellos estaban
Emily sintió que su ira crecía aún más. ¿Cómo se atrevía a ir a buscar a Gabriela sin pedir permiso? ¿Y quién le permitía acercarse así a la chica? ¿Si era un secuestrador? ¿Cómo dejaron que un completo desconocido se acercara así a Gabriela? ¡Tendrás que arreglar esto con la dirección de la escuela!- No hay necesidad de enfadarse. Yo no he hecho nada. - dijo con calma.- ¡Pero claro que lo has hecho! - dijo Emily enfadada.Gaspar miró a Emily a los ojos, intentando mantener la calma ante su creciente furia. Sabía que había cometido un error al visitar a Gabriela sin consultar antes con Emily, pero estaba convencido de que su intención era sincera.- Comprendo que estés enfadada, Emily, y te pido disculpas por no haberte consultado antes de venir a visitar a Gabriela -dijo, manteniendo la calma-. - Pero tenía mis razones para hacerlo.Emily frunció el ceño, desconcertada por la respuesta de Gaspar. Quería entender lo que estaba pensando, pero su ira seguía dominando sus sentimientos.
Emily pasó varios días pensando en lo mismo. Había decidido que se haría la prueba de una vez por todas, pero le aterraba lo que podría suponer para sus vidas. Especialmente en la vida de Gabriela. Los recuerdos de las mentiras de Gaspar estaban frescos y ahora se preguntaba si no lo estaría haciendo de nuevo, si no estaría intentando engañarla para acercarse a Gabriela y luego hacerle daño, como le había hecho a ella en el pasado.Y toda esta confusión no pasó desapercibida para la amiga de Emily.- ¿Qué te preocupa así? - preguntó Leticia. Era la mejor amiga de Emily y estaba segura de que pasaba algo grave.- ¿Por qué lo preguntas?- No huyas del tema, Emily. Sé que ha pasado algo muy grave y no te deja dormir. Cuéntame qué ha pasado.Emily suspiró profundamente. Leticia sabía lo que le había pasado en el pasado, era la única que conocía toda la verdad. Los padres de Emily pensaban que había bebido demasiado y se había quedado embarazada de un completo desconocido. Emily les dijo
Gaspar estaba sentado en su oscuro salón, reflexionando sobre su turbulento pasado y las decisiones que había tomado. Entonces, mirando unas fotos de un evento de moda, vio una imagen de Emily y, junto a ella, una encantadora niña. Lo que vio le impactó. La niña se parecía mucho a él cuando era pequeño. ¿Era sólo una coincidencia o también por eso había desaparecido hacía cinco años?Mientras sondeaba las profundidades de sus recuerdos, recordó vívidamente el momento en que actuó insensible y cruelmente, hiriendo a Emily. Era un hombre dividido, enredado en un compromiso con Alice, su prometida, ahora esposa, pero incapaz de resistirse al encanto y la conexión que compartía con Emily. Esta dualidad le llevó a cometer errores imperdonables, manteniendo la verdad en secreto.Gaspar sentía el peso de su pasado sobre sus hombros. Estaba avergonzado y se arrepentía de haber engañado a Emily, de haberle mentido y de haberle hecho creer que tenían un futuro. La culpa le consumía y se daba cu