6 - Una conversación necesaria

Gaspar estaba sentado en su oscuro salón, reflexionando sobre su turbulento pasado y las decisiones que había tomado. Entonces, mirando unas fotos de un evento de moda, vio una imagen de Emily y, junto a ella, una encantadora niña. Lo que vio le impactó. La niña se parecía mucho a él cuando era pequeño. ¿Era sólo una coincidencia o también por eso había desaparecido hacía cinco años?

Mientras sondeaba las profundidades de sus recuerdos, recordó vívidamente el momento en que actuó insensible y cruelmente, hiriendo a Emily. Era un hombre dividido, enredado en un compromiso con Alice, su prometida, ahora esposa, pero incapaz de resistirse al encanto y la conexión que compartía con Emily. Esta dualidad le llevó a cometer errores imperdonables, manteniendo la verdad en secreto.

Gaspar sentía el peso de su pasado sobre sus hombros. Estaba avergonzado y se arrepentía de haber engañado a Emily, de haberle mentido y de haberle hecho creer que tenían un futuro. La culpa le consumía y se daba cuenta de que sus actos habían causado un profundo dolor a aquella hermosa mujer. Recordaba perfectamente cuando la conoció y quedó encantado. Intercambiaron números de teléfono y pasaron meses enviándose mensajes. Le prometió el mundo. Y cuando por fin se conocieron, pasó con ella uno de los mejores momentos de su vida. Pero no podía seguir adelante, estaba comprometido y obviamente Emily no lo sabía. Su intención era hablar con Emily y terminar lo que ni siquiera habían empezado, pero ella le vio con Alice y la mirada que le dirigió aquel día ha permanecido en su memoria desde entonces.

Ahora estaba dispuesto a enfrentarse a sus errores y enmendarlos. Sobre todo si aquella preciosa niña era el fruto de aquella intensa y maravillosa noche.

Gaspar sintió un torbellino de emociones al contemplar la foto de la niña junto a Emily. Se le estrujó el corazón ante la posibilidad de que aquella niña pudiera ser su hija. Se levantó de la silla y comenzó a pasearse por la habitación, pensando en cómo abordar este descubrimiento. Los recuerdos de su noche de amor con Emily inundaron su mente. Recordaba cada momento, cada roce, cada caricia que habían compartido juntos, pero también el momento en que la había herido profundamente. La traición y las mentiras habían erosionado el vínculo que los unía, y Gaspar sabía que él había sido el responsable de destruir la confianza que existía entre ellos. Sabía que tenía que hablar con Emily y afrontar las consecuencias de sus actos pasados.

Gaspar contrató entonces a un investigador para encontrar a Emily. Su dirección, su trabajo, su número de teléfono, que había cambiado en el momento en que todo fue mal, en resumen, investigar todo sobre Emily y especialmente sobre el niño.

En pocas semanas tuvo una carpeta en sus manos, contenía todo sobre Emily y decía que la niña se llamaba Gabriela y que tenía casi cinco años. El corazón de Gaspar se aceleró ante la noticia. Emily había huido de él hacía cinco años, probablemente embarazada. El tiempo coincidía con la edad de la niña.

Gaspar sintió una mezcla de esperanza y aprensión ante el descubrimiento. Tenía un nombre y una edad para la posible hija que Emily le había ocultado todo este tiempo. Esta información no hizo más que aumentar su determinación de encontrar a Emily y arreglar las cosas.

Con la carpeta en sus manos, Gaspar decidió que pronto se reuniría con Emily para hablarle de su descubrimiento. Tal vez ella se negara o dijera que Gabriela no era suya, pero él sabía que sí lo era. El problema era resolverlo después con Alicia. Llevaba años intentando quedarse embarazada y no lo había conseguido, tal vez se pondría furiosa al descubrir su traición y que, encima, tenía una hija, pero eso a él no le importaba. Quería conocer a Gabriela cuanto antes.

~*~

Y estaba tan ansioso que acabó yendo al colegio de la chica y conociéndola en persona. ¡Era tan guapa! ¿Cómo pudo mantenerse alejado tanto tiempo? Pero Emily estaba enfadada, claro. No debería haberlo hecho, pero no podía esperar más. Ahora tenía que ser paciente. Si volvía a hacer algo mal, Emily podría desaparecer de nuevo y llevarse a su hijita. Como sea que la encuentre, va a ser mucho trabajo. Prefería seguir con Emily y permanecer cerca de Gabriela.

Decidió dar tiempo a Emily para que se calmara antes de intentar hablar de nuevo. Mientras tanto, se dedicó a fortalecer su relación con Alicia. Gaspar sabía que tarde o temprano tendría que afrontar las consecuencias de sus actos con su mujer. Esperaba que, con el tiempo, Alice lo comprendiera y lo perdonara, aunque fuera un proceso doloroso y difícil.

Mientras Gaspar se esforzaba por reestructurar su vida personal, también empezó a planear la mejor manera de acercarse a Emily y Gabriela. Sabía que había que tener especial cuidado a la hora de abordar la situación, ya que cualquier error podría alejarlas para siempre. Quería construir una relación sana con su hija y demostrar a Emily que se comprometía a asumir sus responsabilidades.

Al cabo de unas semanas, Emily se puso por fin en contacto con él. Cuando vio su nombre en la pantalla de su teléfono móvil, sonrió para sus adentros y contestó con prontitud.

- ¡Emily!  ¡Me alegro mucho de que hayas llamado!

- Hola, Gaspar - dijo ella tímidamente.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó él cuando ella se quedó callada.

- Sí... la verdad es que quería quedar contigo para hablar.

Gaspar sonrió para sí. ¿Aceptaría hacer la prueba?

- Por supuesto. Cuando te venga mejor.

- Hoy mismo. En el mismo restaurante donde me conociste y a la misma hora.

- Perfecto. Allí estaré.

Los dos se fueron y Gaspar sintió que el pecho se le inflaba de emoción. Ansiedad y esperanza se mezclaban en su interior mientras se preparaba para conocer a Emily. Sabía que ese momento podría cambiar por completo su vida y sacar a la luz verdades que llevaba mucho tiempo ocultando.

Gaspar condujo hasta el restaurante, recordando cada detalle de su último encuentro allí. Emily parecía disgustada por su repentina aparición aquel día. Al entrar en el restaurante, Gaspar vio a Emily sentada en una mesa cerca de la ventana, con un rostro que expresaba una mezcla de aprensión y cautela. Se acercó a ella, sintiendo que se le aceleraban los latidos del corazón y que se le hacía un nudo en el estómago.

Se sentaron frente a frente, y el silencio flotó en el aire durante un momento antes de que Emily finalmente lo rompiera.

- Gaspar, acepto hacer la prueba de paternidad -dijo, con la voz entrecortada.

La respuesta de Emily sorprendió a Gaspar. Se había preparado para la posibilidad de enfrentarse a una resistencia o una negativa, pero ahora lo invadía una nueva oleada de sentimientos. La ansiedad de descubrir por fin la verdad se mezclaba con la preocupación por cómo podría afectar a todos los implicados.

- Emily, yo... ni siquiera sé por dónde empezar. - Gaspar habló, luchando por encontrar las palabras adecuadas. - Siento todo lo que ha pasado entre nosotros. Te hice daño, y eso es algo que nunca me perdonaré. Pero si Gabriela es realmente mi hija, quiero formar parte de su vida, quiero ser un padre presente.

Emily lo miró con una expresión difícil de descifrar. Parecía que buscaba sinceridad en sus palabras, tratando de encontrar algún signo de redención. Tras un largo momento de silencio, finalmente habló:

- Yo también me equivoqué, Gaspar. Fui una ingenua al creer en tus promesas. Pero Gabriela... ella merece saber la verdad. Tiene derecho a tenerte en su vida. No quiero que crezca sin conocer a su propio padre, aunque eso signifique afrontar consecuencias difíciles.

Las palabras de Emily llegaron al corazón de Gaspar. Se dio cuenta de que, a pesar de todo el dolor y la decepción, aún había una oportunidad de reconstruir lo que habían perdido.

- No puedo cambiar el pasado, Emily, pero puedo comprometerme con un futuro diferente. Quiero estar presente en la vida de Gabriela, y también quiero intentar reconstruir nuestra relación, si tú estás dispuesta.

Emily lo miró un momento, y una expresión de cautela se transformó en una mezcla de esperanza y resignación.

- Tal vez, Gaspar, con el tiempo podamos encontrar la manera de convivir en armonía. Pero ahora mismo, lo más importante es Gabriela. Se merece un padre que la quiera y la cuide.

Gaspar asintió, sintiendo que se quitaba un peso de encima. Sabía que aún quedaban muchas dificultades por delante, pero estaba decidido a afrontarlas. El descubrimiento de Gabriela había abierto una puerta a la reconciliación y a la posibilidad de un nuevo comienzo.

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