Gabriela dio un paso atrás y miró la cara de su padre. Pasó sus pequeñas manos por su pelo, su barba, su cara.- ¡Qué guapo eres! - dijo abrazándolo de nuevo.Gaspar se rió y le besó la mejilla.- Tú también eres preciosa, pequeña. He esperado tanto este momento. Nunca pensé que conocería a alguien tan especial como tú -dijo Gaspar, embargado por la emoción, mientras estrechaba a Gabriela entre sus brazos.Los ojos de Gabriela brillaban de alegría mientras seguía explorando el rostro de su padre, curiosa y fascinada. Gaspar le acarició la espalda con ternura, sintiendo una conexión instantánea con la hija que acababa de conocer.- ¡Qué fuerte eres! - dijo Gabriela, tocando suavemente los músculos del brazo de Gaspar.Él sonrió orgulloso y contestó- Sí, querida, estoy aquí para protegerte y cuidarte siempre. Desde el momento en que supe de tu existencia, mi corazón se llenó de amor por ti.Gabriela le devolvió la sonrisa, sintiéndose segura en los brazos de su padre. Se dio cuenta de
Emily y Gabriela entraron en la casa y la niña se puso muy contenta. Entró dando saltitos y subió a su habitación. Emily se sentó en el sofá y respiró hondo, liberándose de la tensión del día. La reunión no había estado tan mal... pero aún desconfiaba un poco de Gaspar.- Mira, mamá, ¡mira! - Gabriela volvió corriendo del dormitorio.- ¿Qué pasa, mi amor?Gabriela le entregó una hoja de papel. Emily se quedó quieta, mirando el dibujo de su hija. Había dos muñecas más grandes y una más pequeña, cogidas de la mano.- ¡Esa soy yo, esa eres tú y ese es papá! - dijo señalando. - ¿Qué te parece?- Es precioso, hija mía.- Se lo voy a regalar a papá cuando venga a verme otra vez - dijo emocionada.- Seguro que le encantará.Gabriela sonrió y abrazó a su madre con fuerza.- Gracias, mamá.- ¿Por qué?- Por encontrar a mi padre.- ¿Qué te ha parecido?- Es guapísimo. ¿No lo es?- ¿Sólo pensaste que era guapo?- Y cariñoso, elegante y de dulce aroma.Emily se rió de la forma tan emocionada que
Pasaron unos días después de la revelación de Gaspar. Alice llevaba una semana sin hablarle y a él no le importaba. Sabía que en algún momento ella volvería a hablarle y todo se arreglaría.Un día llegó de la oficina y ella le estaba esperando sentada en el sofá. Gaspar miró en su dirección y la observó, intentando averiguar si se trataba de una pelea o si ella había aceptado el hecho.- ¿Cuándo voy a conocer a la chica?- ¿Y tú quieres eso? Creía que no querías saber nada de ella -respondió Gaspar, mirándola con suspicacia. Qué raro...- Bueno, no voy a negar que me enfureció tu traición, pero la chica no tiene la culpa de que seas tan gilipollas.- Ella no tiene la culpa de nada de lo que ha pasado, ni tampoco Emily, que no sabía que yo estaba comprometido contigo. A pesar de que todo era y sigue siendo como es.- ¿Por qué te ocultó lo del niño?- Porque se enteró de que estaba comprometida contigo.- Hmm...- Si hay alguien a quien culpar en esta historia, soy yo.- Estoy de acuerd
Gaspar había estado en contacto permanente con Gabriela desde que se conocieron y se confirmó la paternidad. A la niña le encantaba tener a su padre cerca y cada día estaba más enamorada de él.- Tía Leticia, ¿no es guapo mi papá? - preguntó mostrando una foto.- ¡Madre mía! ¡Sí que es guapo! - dijo sorprendida y cogió el móvil de la mano de la niña. - ¡Vaya!- ¡Leticia! - la regañó Emily. Tenía la boca abierta mirando la foto de Gaspar.- No te pongas celosa, mamá. Tú también eres preciosa.Las dos se rieron cuando Gabriela habló.- Y yo, ¿no soy guapa? - preguntó Leticia.- Sí que lo eres, tía.- ¿Y te está gustando conocer a tu padre?- Mucho. Jugamos, charlamos, comemos unos dulces.- Me parece estupendo. ¿Por qué no invitas a la tía a tu próxima salida?- ¡Leticia! - Emily volvió a discutir.- ¿Quizá la próxima vez te invite? - dijo Gabriela pensativa.Leticia se rió y miró a Emily, que negó con la cabeza.- Hablando de él... -dijo Emily cuando sonó su móvil.- ¡Sí! ¡Déjame coger
Emily estaba delante de la casa de Gaspar. Sabía que tenía dinero, pero nunca había intentado imaginar cómo era su casa. De hecho, su mansión. Vivía en una urbanización de lujo y su casa era la más grande que tenía. Cubría buena parte de la calle y tenía un jardín precioso e impecablemente cuidado.También había unos cuantos coches aparcados en el garaje y hombres de negro parados en la puerta. ¿Eran guardias de seguridad?- ¡Vaya! Qué casa más bonita, ¿verdad, mamá?- É.Emily habló con uno de los guardias de seguridad y esperó mientras hablaba por radio. Poco después, el hombre abrió la puerta para que entraran. Caminaron por el recinto, Gabriela con una gran sonrisa en la cara, mientras Emily miraba con recelo. Uno de los hombres las acompañó hasta la entrada de la mansión y allí apareció Gaspar.Al verle, Gabriela soltó la mano de Emily y corrió hacia él. Gaspar sonrió y se agachó, abriendo los brazos para recibirla. Y cuando estuvo cerca, la levantó en el aire, lo que hizo que el
- María nos está preparando un tentempié. En cuanto esté lista, te avisaré", dijo Alice con una sonrisa y se marchó.Emily la miró fijamente mientras se alejaba.- Vámonos. Mi despacho está aquí arriba.Emily aceptó y fue tras Gaspar. Cuando entró en el despacho, le sorprendió la cantidad de libros que había. Emily echó un vistazo al despacho de Gaspar, impresionada por la vasta colección de libros que adornaban las estanterías de madera oscura. Pasó suavemente los dedos por el lomo de algunos libros antiguos.Gaspar cogió una silla e invitó a Emily a sentarse frente a su gran escritorio de roble. Él se sentó al otro lado y Emily donde él le indicaba.- Sé que estás preocupada, pero no tienes por qué estarlo.- Es que me parece muy raro que sea tan simpática... cualquier otro se habría asustado.- Pero ella tuvo su momento de insultarme.- ¿Lo tuvo? ¿Y ha pasado del agua al vino?Gaspar se quedó quieto, observando la cara de Emily. Comprendía su preocupación e incluso tenía razón. Ali
Pasaron unos meses desde la primera visita de Gabriela a casa de su padre. Cada dos visitas, Emily iba con su hija para asegurarse de que todo iba bien. Pero tuvo que dejar que Gabriela pasara una noche con su padre. Aunque no quería dejar a la niña sola con la mujer de Gaspar, le aseguró que todo iba bien y que estaba a salvo.Emily acabó dejándola, tras mucho insistir Gabriela en que quería dormir en casa de su padre por primera vez.- ¿Te portarás bien?- Por supuesto, mamá.Emily suspiró profundamente mientras miraba los ojos brillantes y expectantes de Gabriela.- Qué bien.Gabriela estaba encantada con la idea de volver a visitar a su padre en su casa. Apenas podía contener su emoción mientras su madre la preparaba para la visita. La mochila de Gabriela estaba llena de juguetes y bocadillos, y su sonrisa iluminaba el salón mientras esperaban la llegada del coche con chófer de Gaspar.Cuando por fin llegaron a casa de su padre, Gabriela corrió a abrazarle con todo el cariño de un
Emily llegó a casa y sintió un gran vacío. Sería una larga noche sin Gabriela allí...De hecho, ni siquiera dormiría esa noche. Estaba muy preocupada por su hija. Y por la mujer de Gaspar. No se fiaba de ella y su intuición le decía que aquella mujer era muy peligrosa y escondía un gran secreto, pero ¿cuál era?Emily suspiró profundamente. No podía detenerse en esos pensamientos o se volvería loca. Tenía que confiar en que Gaspar protegería a Gabriela y que ella estaría bien en casa de su padre. Sólo era su primera noche juntos...Cogió el móvil y llamó a Leticia. Necesitaba ocupar su mente de alguna manera.- Hola, colega.- Hola, Leticia. ¿Estás ocupada ahora?- No. ¿Ha pasado algo?- Gabriela se fue a dormir con su padre esta noche.- ¿Se acostó? ¿Es por eso que estás molesto?- Es la primera vez que estoy sin mi niña...Leticia se rió al otro lado de la línea.- Emily, sé que es difícil, pero Gabriela estará bien con Gaspar. Sabes que es un buen padre. Y míralo por el lado bueno,