Emily estaba delante de la casa de Gaspar. Sabía que tenía dinero, pero nunca había intentado imaginar cómo era su casa. De hecho, su mansión. Vivía en una urbanización de lujo y su casa era la más grande que tenía. Cubría buena parte de la calle y tenía un jardín precioso e impecablemente cuidado.También había unos cuantos coches aparcados en el garaje y hombres de negro parados en la puerta. ¿Eran guardias de seguridad?- ¡Vaya! Qué casa más bonita, ¿verdad, mamá?- É.Emily habló con uno de los guardias de seguridad y esperó mientras hablaba por radio. Poco después, el hombre abrió la puerta para que entraran. Caminaron por el recinto, Gabriela con una gran sonrisa en la cara, mientras Emily miraba con recelo. Uno de los hombres las acompañó hasta la entrada de la mansión y allí apareció Gaspar.Al verle, Gabriela soltó la mano de Emily y corrió hacia él. Gaspar sonrió y se agachó, abriendo los brazos para recibirla. Y cuando estuvo cerca, la levantó en el aire, lo que hizo que el
- María nos está preparando un tentempié. En cuanto esté lista, te avisaré", dijo Alice con una sonrisa y se marchó.Emily la miró fijamente mientras se alejaba.- Vámonos. Mi despacho está aquí arriba.Emily aceptó y fue tras Gaspar. Cuando entró en el despacho, le sorprendió la cantidad de libros que había. Emily echó un vistazo al despacho de Gaspar, impresionada por la vasta colección de libros que adornaban las estanterías de madera oscura. Pasó suavemente los dedos por el lomo de algunos libros antiguos.Gaspar cogió una silla e invitó a Emily a sentarse frente a su gran escritorio de roble. Él se sentó al otro lado y Emily donde él le indicaba.- Sé que estás preocupada, pero no tienes por qué estarlo.- Es que me parece muy raro que sea tan simpática... cualquier otro se habría asustado.- Pero ella tuvo su momento de insultarme.- ¿Lo tuvo? ¿Y ha pasado del agua al vino?Gaspar se quedó quieto, observando la cara de Emily. Comprendía su preocupación e incluso tenía razón. Ali
Pasaron unos meses desde la primera visita de Gabriela a casa de su padre. Cada dos visitas, Emily iba con su hija para asegurarse de que todo iba bien. Pero tuvo que dejar que Gabriela pasara una noche con su padre. Aunque no quería dejar a la niña sola con la mujer de Gaspar, le aseguró que todo iba bien y que estaba a salvo.Emily acabó dejándola, tras mucho insistir Gabriela en que quería dormir en casa de su padre por primera vez.- ¿Te portarás bien?- Por supuesto, mamá.Emily suspiró profundamente mientras miraba los ojos brillantes y expectantes de Gabriela.- Qué bien.Gabriela estaba encantada con la idea de volver a visitar a su padre en su casa. Apenas podía contener su emoción mientras su madre la preparaba para la visita. La mochila de Gabriela estaba llena de juguetes y bocadillos, y su sonrisa iluminaba el salón mientras esperaban la llegada del coche con chófer de Gaspar.Cuando por fin llegaron a casa de su padre, Gabriela corrió a abrazarle con todo el cariño de un
Emily llegó a casa y sintió un gran vacío. Sería una larga noche sin Gabriela allí...De hecho, ni siquiera dormiría esa noche. Estaba muy preocupada por su hija. Y por la mujer de Gaspar. No se fiaba de ella y su intuición le decía que aquella mujer era muy peligrosa y escondía un gran secreto, pero ¿cuál era?Emily suspiró profundamente. No podía detenerse en esos pensamientos o se volvería loca. Tenía que confiar en que Gaspar protegería a Gabriela y que ella estaría bien en casa de su padre. Sólo era su primera noche juntos...Cogió el móvil y llamó a Leticia. Necesitaba ocupar su mente de alguna manera.- Hola, colega.- Hola, Leticia. ¿Estás ocupada ahora?- No. ¿Ha pasado algo?- Gabriela se fue a dormir con su padre esta noche.- ¿Se acostó? ¿Es por eso que estás molesto?- Es la primera vez que estoy sin mi niña...Leticia se rió al otro lado de la línea.- Emily, sé que es difícil, pero Gabriela estará bien con Gaspar. Sabes que es un buen padre. Y míralo por el lado bueno,
Alicia se quedó en su habitación, reflexionando sobre la situación. Sabía que tendría que ser más cuidadosa en sus interacciones con Gabriela. Estaba decidida a encontrar una manera de manejar sus emociones sin causar más problemas con Gaspar.Al poco rato, ambos regresaron de la cocina. Gabriela llevaba una pequeña tarrina de helado.- Este helado tiene muy buena pinta -dijo Alicia amablemente. Totalmente diferente a como actuaba hace unos minutos.- Sí. ¿Quieres un poco? - preguntó Gabriela, mostrando la tarrina.- No. Puedes comértelo tú.Gabriela se sentó en la silla de la mesa de dibujo para poder comer. Gaspar observó a Alicia con desconfianza. Todavía no estaba satisfecho con lo que había pasado. ¿Podría Gabriela haberse equivocado de verdad?- Me voy a la cama. Hasta mañana.Alicia salió de la habitación tras despedirse y Gaspar se quedó pensativo. Alicia era una caja de sorpresas, no podía fiarse completamente de ella.- ¿Papá?- Hola, mi amor.- ¿Puedo preguntarte algo?- Po
Gaspar llegó a casa pensando todavía en lo que había pasado en la despedida con Emily. No se había esperado semejante petición por parte de la chica, y mucho menos que se estremeciera tanto por algo tan simple...Pero cuando se acercó a Emily, todo lo que había pasado con ella aquella única noche volvió a su mente y al oler su aroma, tuvo que alejarse lo más rápido posible, porque sintió una necesidad irrefrenable de besarla, y no sólo en la mejilla....¡Mierda! ¿Qué era esa loca sensación?- Tardó un rato.Gaspar se sobresaltó al oír la queja de Alicia y miró en su dirección.- No había tardado tanto.- ¿Qué tenía de importante hablar con ella? ¿No era sólo para entregar a la niña?Gaspar puso los ojos en blanco ante las preguntas.- ¿Va a ser siempre esta pregunta? He ido a entregar mi hija a su madre. No vivimos en el mismo barrio, por si lo has olvidado.- ¡No tiene por qué hablar así!- No tienes que venir con esas preguntas prejuiciosas, Alice.- Sólo me preocupo por ti.Gaspar
El fotógrafo se alejó para hacer más fotos de la escena. Emily observó cómo Gabriela se aferraba a Gaspar. Siempre había sido una niña muy alegre, pero ahora, con su padre cerca, estaba aún más radiante y feliz, y esto iba calmando poco a poco el corazón de Emily, que cada día se daba cuenta de que había tomado la decisión correcta de dejar entrar a Gaspar en la vida de Gabriela.Pero no sabía qué hacer con lo que sentía cuando él estaba cerca...- ¿Mamá?- Hola, hija.- Te llama el tío Roger. - Señaló.Emily miró hacia donde señalaba y Roger hizo un gesto con la mano.- Ahora vuelvo -le dijo a Gaspar, que asintió.Gaspar la vio caminar hacia el hombre que su hija había señalado.- ¿Va todo bien, papá?- Sí. ¿Por qué?- De repente está serio...- No es nada.Gabriela miró en dirección a su madre y luego de nuevo a su padre, y él seguía mirándolos a ambos. Ella se acercó y le susurró:- ¿Tienes celos de mamá?Gaspar se rió y apartó la mirada de ellos.- ¿Por qué preguntas eso?- No lo
- Gabriela, el amor es algo muy complejo, y la gente puede amar de diferentes maneras y en diferentes momentos de su vida. Yo te quiero más que a nada en el mundo, eso es innegable. Y también le tengo mucho cariño a tu mamá. Pero a veces las cosas no son tan sencillas como parecen.Gabriela frunció el ceño, tratando de entender lo que quería decir.- ¿Quieres decir que no puedes querer a mamá y a Alicia al mismo tiempo?Gaspar sonrió, apreciando la sinceridad de su hija.- No es así, cariño. Se puede querer a varias personas de distintas maneras. Pero en mi caso, tengo una responsabilidad con Alice y con nuestro matrimonio. Eso no significa que Emily no me importe, porque me importa mucho, sobre todo por ti.Gabriela pareció pensárselo un momento antes de preguntar:- ¿Así que eres feliz con Alice?Gaspar suspiró y acarició el pelo de Gabriela.- No soy infeliz, pero tampoco tan feliz como me gustaría. A veces las cosas son complicadas para los adultos y es difícil tomar decisiones.G