4 - La impulsividad de Gaspar

Emily sintió que su ira crecía aún más. ¿Cómo se atrevía a ir a buscar a Gabriela sin pedir permiso? ¿Y quién le permitía acercarse así a la chica? ¿Si era un secuestrador? ¿Cómo dejaron que un completo desconocido se acercara así a Gabriela? ¡Tendrás que arreglar esto con la dirección de la escuela!

- No hay necesidad de enfadarse. Yo no he hecho nada. - dijo con calma.

- ¡Pero claro que lo has hecho! - dijo Emily enfadada.

Gaspar miró a Emily a los ojos, intentando mantener la calma ante su creciente furia. Sabía que había cometido un error al visitar a Gabriela sin consultar antes con Emily, pero estaba convencido de que su intención era sincera.

- Comprendo que estés enfadada, Emily, y te pido disculpas por no haberte consultado antes de venir a visitar a Gabriela -dijo, manteniendo la calma-. - Pero tenía mis razones para hacerlo.

Emily frunció el ceño, desconcertada por la respuesta de Gaspar. Quería entender lo que estaba pensando, pero su ira seguía dominando sus sentimientos.

- ¿Razones? ¿Qué razones podía haber para que vinieras a visitar a Gabriela sin decírmelo? - replicó, con los ojos llenos de indignación.

Gaspar respiró hondo, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar su decisión.

- Necesitaba conocerla -respondió con sinceridad.

Gabriela, confusa por la situación, miró a su madre en busca de una explicación.

- ¿Quién es, mamá? - preguntó Gabriela, con la confusión evidente en el rostro.

Emily y Gaspar se dieron la vuelta, olvidando incluso que Gabriela estaba allí. La niña observaba la tensión en la habitación con una expresión confusa en el rostro. Emily se apresuró a agacharse cerca de Gabriela, queriendo protegerla de la incómoda situación.

- "Gabriela, mi amor, no te preocupes, sólo estamos hablando", respondió Emily, tratando de calmar a su hija sin dejar de vigilar cautelosamente a Gaspar. Se dio cuenta de que, en medio de su propio enfado, se había olvidado de explicarle la situación a Gabriela.

Gaspar se acercó lentamente, queriendo evitar que la niña se sintiera amenazada por la situación. Se agachó junto a Gabriela, mirándola con ternura.

- Siento si la conversación te está asustando, Gabriela -dijo Gaspar en voz baja-. - Soy amigo de tu madre y sólo quería explicarte algo importante.

Gabriela miró de Emily a Gaspar, tratando de entender lo que pasaba. Poco a poco, su expresión de confusión se transformó en curiosidad.

- ¿Y por qué querías conocerme? - preguntó Gabriela con voz curiosa.

Gaspar suspiró, sintiendo la responsabilidad de responder a la pregunta de la chica lo más adecuadamente posible.

- Gabriela, quería conocerte porque soy amigo de tu madre desde hace mucho tiempo -explicó-. - Quería saber más de ti, cómo te va y si necesitabas ayuda.

Gabriela pareció meditar su respuesta, procesando la información que acababa de recibir. Emily aprovechó para intervenir y aclarar la situación a su hija:

- Gabriela, lo que hizo Gaspar no estuvo bien -dijo Emily, suavizando la voz para no asustar aún más a la niña-. - Debería haber hablado conmigo antes de venir aquí. Pero tiene buenas intenciones y solo quería asegurarse de que estabas bien.

Gabriela miró a su madre, dándose cuenta de que ella también estaba enfadada con Gaspar. Se sentía dividida entre su deseo de complacer a su madre y su curiosidad por Gaspar.

- Lo entiendo, mamá -dijo Gabriela con calma, su dulce voz revelaba su escasa comprensión de la situación. - Pero no parecía mala persona. Me gustó conocerle.

Emily suspiró, dándose cuenta de que su hija tenía un corazón bondadoso y abierto.

- Sé que puede gustarte, Gabriela, pero es importante que, en el futuro, Gaspar o cualquier otra persona que quiera conocerte me consulte primero -explicó Emily, mirando fijamente a su hija-. - Primero tenemos que mantenerte a salvo.

Gaspar asintió, consciente de la importancia de la seguridad de Gabriela. Se sintió aliviado de que Emily hubiera calmado la situación y de que él hubiera tenido la oportunidad de explicarse.

- Lo entiendo perfectamente, Emily. Vuelvo a pedirte disculpas por mi actitud imprudente -dijo Gaspar, mirando a Emily con sinceridad-. - A partir de ahora, te prometo que te consultaré antes de tomar cualquier iniciativa que implique a Gabriela.

Emily miró a Gaspar, viendo su sinceridad reflejada en los ojos. Sabía que la situación no tenía vuelta atrás, pero estaba dispuesta a darle una oportunidad para corregir sus errores y generar la confianza necesaria.

- "De acuerdo, Gaspar", respondió, ofreciéndole una débil sonrisa.

Gabriela, al ver la reconciliación entre su madre y Gaspar, sonrió tímidamente. Le alegraba ver que las cosas se estaban calmando.

- Yo también quiero conocerle, mamá -dijo Gabriela, rodeando a Emily con sus bracitos-. - Parece simpático.

Emily abrazó a su hija con ternura, sintiendo que una oleada de amor y gratitud llenaba su corazón. Sabía que el viaje sería difícil, pero estaba decidida a proteger a Gabriela y a crear un entorno seguro y cariñoso para ella.

Gaspar se disculpó una vez más por su impulsividad y Emily aceptó las disculpas.

- Necesito tu número de teléfono para poder hablar contigo más tarde -dijo, sintiéndose aún un poco molesta, pero no era el mejor momento para discutir.

- Por supuesto. - Le dio su número y también guardó el de Emily. - Espero que a partir de ahora podamos entendernos cada vez más.

- Yo también lo espero, Gaspar.

Se marchó y los dos se fueron a casa. Gabriela no dijo nada en todo el camino, estaba pensativa y tenía una mirada curiosa. Emily sabía que le preguntaría por Gaspar, pero aún no estaba preparada para hablar de ello. Gaspar no le dio tiempo a prepararse.

- ¿Mamá? - gritó en cuanto entraron en casa.

- Sí, mi amor.

- ¿Es Gaspar mi papá?

Emily guardó silencio ante la pregunta. No creía que su hija llegara a esa conclusión, después de todo, ya le había presentado a otros hombres y nunca le había preguntado si alguno de ellos era su padre. ¿Por qué era diferente con Gaspar? ¿Dijo algo antes de que ella llegara?

- ¿Por qué esa pregunta, Gabriela? ¿Dijo algo? - Intentó ocultar su nerviosismo ante la situación. Quizás la intrusa visita de Gaspar había ido más lejos de lo que ella pensaba.

- Sólo dijo que eran amigos.

- ¿Y por qué me preguntaste eso?

- Es que tengo muchas ganas de conocer a mi padre -dijo con cara triste.

Emily sintió que se le oprimía el pecho ante las palabras de su hija. Necesitaba saber toda la verdad.

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