Emily sintió que su ira crecía aún más. ¿Cómo se atrevía a ir a buscar a Gabriela sin pedir permiso? ¿Y quién le permitía acercarse así a la chica? ¿Si era un secuestrador? ¿Cómo dejaron que un completo desconocido se acercara así a Gabriela? ¡Tendrás que arreglar esto con la dirección de la escuela!
- No hay necesidad de enfadarse. Yo no he hecho nada. - dijo con calma.
- ¡Pero claro que lo has hecho! - dijo Emily enfadada.
Gaspar miró a Emily a los ojos, intentando mantener la calma ante su creciente furia. Sabía que había cometido un error al visitar a Gabriela sin consultar antes con Emily, pero estaba convencido de que su intención era sincera.
- Comprendo que estés enfadada, Emily, y te pido disculpas por no haberte consultado antes de venir a visitar a Gabriela -dijo, manteniendo la calma-. - Pero tenía mis razones para hacerlo.
Emily frunció el ceño, desconcertada por la respuesta de Gaspar. Quería entender lo que estaba pensando, pero su ira seguía dominando sus sentimientos.
- ¿Razones? ¿Qué razones podía haber para que vinieras a visitar a Gabriela sin decírmelo? - replicó, con los ojos llenos de indignación.
Gaspar respiró hondo, tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar su decisión.
- Necesitaba conocerla -respondió con sinceridad.
Gabriela, confusa por la situación, miró a su madre en busca de una explicación.
- ¿Quién es, mamá? - preguntó Gabriela, con la confusión evidente en el rostro.
Emily y Gaspar se dieron la vuelta, olvidando incluso que Gabriela estaba allí. La niña observaba la tensión en la habitación con una expresión confusa en el rostro. Emily se apresuró a agacharse cerca de Gabriela, queriendo protegerla de la incómoda situación.
- "Gabriela, mi amor, no te preocupes, sólo estamos hablando", respondió Emily, tratando de calmar a su hija sin dejar de vigilar cautelosamente a Gaspar. Se dio cuenta de que, en medio de su propio enfado, se había olvidado de explicarle la situación a Gabriela.
Gaspar se acercó lentamente, queriendo evitar que la niña se sintiera amenazada por la situación. Se agachó junto a Gabriela, mirándola con ternura.
- Siento si la conversación te está asustando, Gabriela -dijo Gaspar en voz baja-. - Soy amigo de tu madre y sólo quería explicarte algo importante.
Gabriela miró de Emily a Gaspar, tratando de entender lo que pasaba. Poco a poco, su expresión de confusión se transformó en curiosidad.
- ¿Y por qué querías conocerme? - preguntó Gabriela con voz curiosa.
Gaspar suspiró, sintiendo la responsabilidad de responder a la pregunta de la chica lo más adecuadamente posible.
- Gabriela, quería conocerte porque soy amigo de tu madre desde hace mucho tiempo -explicó-. - Quería saber más de ti, cómo te va y si necesitabas ayuda.
Gabriela pareció meditar su respuesta, procesando la información que acababa de recibir. Emily aprovechó para intervenir y aclarar la situación a su hija:
- Gabriela, lo que hizo Gaspar no estuvo bien -dijo Emily, suavizando la voz para no asustar aún más a la niña-. - Debería haber hablado conmigo antes de venir aquí. Pero tiene buenas intenciones y solo quería asegurarse de que estabas bien.
Gabriela miró a su madre, dándose cuenta de que ella también estaba enfadada con Gaspar. Se sentía dividida entre su deseo de complacer a su madre y su curiosidad por Gaspar.
- Lo entiendo, mamá -dijo Gabriela con calma, su dulce voz revelaba su escasa comprensión de la situación. - Pero no parecía mala persona. Me gustó conocerle.
Emily suspiró, dándose cuenta de que su hija tenía un corazón bondadoso y abierto.
- Sé que puede gustarte, Gabriela, pero es importante que, en el futuro, Gaspar o cualquier otra persona que quiera conocerte me consulte primero -explicó Emily, mirando fijamente a su hija-. - Primero tenemos que mantenerte a salvo.
Gaspar asintió, consciente de la importancia de la seguridad de Gabriela. Se sintió aliviado de que Emily hubiera calmado la situación y de que él hubiera tenido la oportunidad de explicarse.
- Lo entiendo perfectamente, Emily. Vuelvo a pedirte disculpas por mi actitud imprudente -dijo Gaspar, mirando a Emily con sinceridad-. - A partir de ahora, te prometo que te consultaré antes de tomar cualquier iniciativa que implique a Gabriela.
Emily miró a Gaspar, viendo su sinceridad reflejada en los ojos. Sabía que la situación no tenía vuelta atrás, pero estaba dispuesta a darle una oportunidad para corregir sus errores y generar la confianza necesaria.
- "De acuerdo, Gaspar", respondió, ofreciéndole una débil sonrisa.
Gabriela, al ver la reconciliación entre su madre y Gaspar, sonrió tímidamente. Le alegraba ver que las cosas se estaban calmando.
- Yo también quiero conocerle, mamá -dijo Gabriela, rodeando a Emily con sus bracitos-. - Parece simpático.
Emily abrazó a su hija con ternura, sintiendo que una oleada de amor y gratitud llenaba su corazón. Sabía que el viaje sería difícil, pero estaba decidida a proteger a Gabriela y a crear un entorno seguro y cariñoso para ella.
Gaspar se disculpó una vez más por su impulsividad y Emily aceptó las disculpas.
- Necesito tu número de teléfono para poder hablar contigo más tarde -dijo, sintiéndose aún un poco molesta, pero no era el mejor momento para discutir.
- Por supuesto. - Le dio su número y también guardó el de Emily. - Espero que a partir de ahora podamos entendernos cada vez más.
- Yo también lo espero, Gaspar.
Se marchó y los dos se fueron a casa. Gabriela no dijo nada en todo el camino, estaba pensativa y tenía una mirada curiosa. Emily sabía que le preguntaría por Gaspar, pero aún no estaba preparada para hablar de ello. Gaspar no le dio tiempo a prepararse.
- ¿Mamá? - gritó en cuanto entraron en casa.
- Sí, mi amor.
- ¿Es Gaspar mi papá?
Emily guardó silencio ante la pregunta. No creía que su hija llegara a esa conclusión, después de todo, ya le había presentado a otros hombres y nunca le había preguntado si alguno de ellos era su padre. ¿Por qué era diferente con Gaspar? ¿Dijo algo antes de que ella llegara?
- ¿Por qué esa pregunta, Gabriela? ¿Dijo algo? - Intentó ocultar su nerviosismo ante la situación. Quizás la intrusa visita de Gaspar había ido más lejos de lo que ella pensaba.
- Sólo dijo que eran amigos.
- ¿Y por qué me preguntaste eso?
- Es que tengo muchas ganas de conocer a mi padre -dijo con cara triste.
Emily sintió que se le oprimía el pecho ante las palabras de su hija. Necesitaba saber toda la verdad.
Emily pasó varios días pensando en lo mismo. Había decidido que se haría la prueba de una vez por todas, pero le aterraba lo que podría suponer para sus vidas. Especialmente en la vida de Gabriela. Los recuerdos de las mentiras de Gaspar estaban frescos y ahora se preguntaba si no lo estaría haciendo de nuevo, si no estaría intentando engañarla para acercarse a Gabriela y luego hacerle daño, como le había hecho a ella en el pasado.Y toda esta confusión no pasó desapercibida para la amiga de Emily.- ¿Qué te preocupa así? - preguntó Leticia. Era la mejor amiga de Emily y estaba segura de que pasaba algo grave.- ¿Por qué lo preguntas?- No huyas del tema, Emily. Sé que ha pasado algo muy grave y no te deja dormir. Cuéntame qué ha pasado.Emily suspiró profundamente. Leticia sabía lo que le había pasado en el pasado, era la única que conocía toda la verdad. Los padres de Emily pensaban que había bebido demasiado y se había quedado embarazada de un completo desconocido. Emily les dijo
Gaspar estaba sentado en su oscuro salón, reflexionando sobre su turbulento pasado y las decisiones que había tomado. Entonces, mirando unas fotos de un evento de moda, vio una imagen de Emily y, junto a ella, una encantadora niña. Lo que vio le impactó. La niña se parecía mucho a él cuando era pequeño. ¿Era sólo una coincidencia o también por eso había desaparecido hacía cinco años?Mientras sondeaba las profundidades de sus recuerdos, recordó vívidamente el momento en que actuó insensible y cruelmente, hiriendo a Emily. Era un hombre dividido, enredado en un compromiso con Alice, su prometida, ahora esposa, pero incapaz de resistirse al encanto y la conexión que compartía con Emily. Esta dualidad le llevó a cometer errores imperdonables, manteniendo la verdad en secreto.Gaspar sentía el peso de su pasado sobre sus hombros. Estaba avergonzado y se arrepentía de haber engañado a Emily, de haberle mentido y de haberle hecho creer que tenían un futuro. La culpa le consumía y se daba cu
Las dos se miraron en silencio durante un largo rato. Emily sintió que el corazón se le aceleraba con todo lo que estaba pasando. Temía por sí misma y por Gabriela. No sabía exactamente qué quería Gaspar, pero no podía privar a su hija de conocer a su esperado padre.- Sólo voy a pedirte un poco de paciencia. Tengo que pensar en la manera de explicarle todo esto a Gabriela.- Por supuesto. No quiero causarle ningún dolor. Esperaré el tiempo que haga falta.Emily suspiró, sintiéndose un poco más aliviada con sus palabras.- Me alegro. Pensaré en la mejor manera de hablar con ella.- Esperaré a tener noticias tuyas entonces.Emily asintió y su almuerzo estuvo por fin listo.- ¿Puedo hacerte una pregunta? - dijo cogiendo los cubiertos para comer.- Sí, por supuesto.- ¿Cómo me has encontrado?Gaspar tardó en contestar. No quería decir que pagaras a un investigador, pero ¿cómo has podido encontrarme?- Investigué un poco -respondió vagamente, y Emily lo miró con suspicacia.- ¿Y cómo sabí
Emily respiró hondo, intentando controlar sus emociones.- Es un poco complicado, pero intentaré explicártelo todo.- ¿Estás bien, mamá?- Sí. Estoy un poco sensible.- ¿Así que es él? ¿Finalmente apareció, mamá?- En primer lugar, tendrás que hacerte un escáner para estar segura.- ¿Pero no sabes quién es mi padre?Emily se quedó mirándola. No sabía cómo explicar todos los problemas en los que se había metido huyendo de su padre. Por supuesto que no iba a contarle a la niña esa parte de la historia, no lo entendería.Emily miró a su hija a los ojos y vio la ansiedad y la curiosidad mezcladas en su inocente mirada. Volvió a respirar hondo y decidió que había llegado el momento de enfrentarse al pasado y asumir sus responsabilidades como madre.- Querida, sé quién es tu padre, pero antes de contártelo todo, tenemos que estar seguros. Por eso tienes que hacerte esta prueba. No es complicado, sólo un procedimiento para asegurarnos de que estamos haciendo lo correcto.Emily abrazó a su hi
Gabriela dio un paso atrás y miró la cara de su padre. Pasó sus pequeñas manos por su pelo, su barba, su cara.- ¡Qué guapo eres! - dijo abrazándolo de nuevo.Gaspar se rió y le besó la mejilla.- Tú también eres preciosa, pequeña. He esperado tanto este momento. Nunca pensé que conocería a alguien tan especial como tú -dijo Gaspar, embargado por la emoción, mientras estrechaba a Gabriela entre sus brazos.Los ojos de Gabriela brillaban de alegría mientras seguía explorando el rostro de su padre, curiosa y fascinada. Gaspar le acarició la espalda con ternura, sintiendo una conexión instantánea con la hija que acababa de conocer.- ¡Qué fuerte eres! - dijo Gabriela, tocando suavemente los músculos del brazo de Gaspar.Él sonrió orgulloso y contestó- Sí, querida, estoy aquí para protegerte y cuidarte siempre. Desde el momento en que supe de tu existencia, mi corazón se llenó de amor por ti.Gabriela le devolvió la sonrisa, sintiéndose segura en los brazos de su padre. Se dio cuenta de
Emily y Gabriela entraron en la casa y la niña se puso muy contenta. Entró dando saltitos y subió a su habitación. Emily se sentó en el sofá y respiró hondo, liberándose de la tensión del día. La reunión no había estado tan mal... pero aún desconfiaba un poco de Gaspar.- Mira, mamá, ¡mira! - Gabriela volvió corriendo del dormitorio.- ¿Qué pasa, mi amor?Gabriela le entregó una hoja de papel. Emily se quedó quieta, mirando el dibujo de su hija. Había dos muñecas más grandes y una más pequeña, cogidas de la mano.- ¡Esa soy yo, esa eres tú y ese es papá! - dijo señalando. - ¿Qué te parece?- Es precioso, hija mía.- Se lo voy a regalar a papá cuando venga a verme otra vez - dijo emocionada.- Seguro que le encantará.Gabriela sonrió y abrazó a su madre con fuerza.- Gracias, mamá.- ¿Por qué?- Por encontrar a mi padre.- ¿Qué te ha parecido?- Es guapísimo. ¿No lo es?- ¿Sólo pensaste que era guapo?- Y cariñoso, elegante y de dulce aroma.Emily se rió de la forma tan emocionada que
Pasaron unos días después de la revelación de Gaspar. Alice llevaba una semana sin hablarle y a él no le importaba. Sabía que en algún momento ella volvería a hablarle y todo se arreglaría.Un día llegó de la oficina y ella le estaba esperando sentada en el sofá. Gaspar miró en su dirección y la observó, intentando averiguar si se trataba de una pelea o si ella había aceptado el hecho.- ¿Cuándo voy a conocer a la chica?- ¿Y tú quieres eso? Creía que no querías saber nada de ella -respondió Gaspar, mirándola con suspicacia. Qué raro...- Bueno, no voy a negar que me enfureció tu traición, pero la chica no tiene la culpa de que seas tan gilipollas.- Ella no tiene la culpa de nada de lo que ha pasado, ni tampoco Emily, que no sabía que yo estaba comprometido contigo. A pesar de que todo era y sigue siendo como es.- ¿Por qué te ocultó lo del niño?- Porque se enteró de que estaba comprometida contigo.- Hmm...- Si hay alguien a quien culpar en esta historia, soy yo.- Estoy de acuerd
Gaspar había estado en contacto permanente con Gabriela desde que se conocieron y se confirmó la paternidad. A la niña le encantaba tener a su padre cerca y cada día estaba más enamorada de él.- Tía Leticia, ¿no es guapo mi papá? - preguntó mostrando una foto.- ¡Madre mía! ¡Sí que es guapo! - dijo sorprendida y cogió el móvil de la mano de la niña. - ¡Vaya!- ¡Leticia! - la regañó Emily. Tenía la boca abierta mirando la foto de Gaspar.- No te pongas celosa, mamá. Tú también eres preciosa.Las dos se rieron cuando Gabriela habló.- Y yo, ¿no soy guapa? - preguntó Leticia.- Sí que lo eres, tía.- ¿Y te está gustando conocer a tu padre?- Mucho. Jugamos, charlamos, comemos unos dulces.- Me parece estupendo. ¿Por qué no invitas a la tía a tu próxima salida?- ¡Leticia! - Emily volvió a discutir.- ¿Quizá la próxima vez te invite? - dijo Gabriela pensativa.Leticia se rió y miró a Emily, que negó con la cabeza.- Hablando de él... -dijo Emily cuando sonó su móvil.- ¡Sí! ¡Déjame coger