Lyra Si alguien me hubiera dicho meses atrás que las cosas acabarían de esta manera, me habría reído a carcajadas por lo inverosímil del asunto. Sin embargo, ahora era mi realidad. Mis días transcurrían monótonos e inalterables en un castillo digno de una princesa, pero yo no quería ser una princesa enclaustrada, cuya única libertad consistía en dar paseos por los jardines y decidir qué comer.Thane no me había forzado a estar con él en la intimidad, pero me trataba como su mujer. Cuando llegaba a casa, siempre me daba besos que había aprendido a tolerar, tanto por mi seguridad como por la de los pequeños que crecían dentro de mí. Con el tiempo, había adoptado un carácter dócil ante él para evitar que decidiera encerrarme. Durante esos encierros, nadie del personal altamente calificado me maltrataba, pero la situación me deprimía profundamente y lloraba hasta cansarme.Acaricié mi vientre al sentir que mis bebés se movían. Hoy estaban más activos, como si sintieran que era el cumpleañ
Byron Oscuridad. Eso era todo lo que había percibido durante una cantidad indefinida de tiempo. Los recuerdos no venían a mí, pero sabía que existía, que yo era algo o alguien. Luego llegaron los sonidos, las sensaciones físicas y la noción de tener un cuerpo. Dolor. Luego vino el dolor. La cabeza, el pecho, las piernas y la columna vertebral. Todo dolía con una intensidad que, por momentos, me desconectaba de la realidad. Pero luego resurgía y me encontraba cara a cara con aquel sufrimiento incesante que se prolongaba cada vez más. En esos instantes, clamaba por la seguridad de la inconsciencia y de la ignorancia. Los recuerdos venían a mí como destellos, y un nombre se destacaba entre ellos.Lilly.Otra mujer misteriosa también asomaba entre mis recuerdos, pero no lograba darle un nombre. Todo estaba a oscuras en aquel club nocturno al que me adentré con mis amigos para celebrar mi cumpleaños número veintiuno. Estaba eufórico por alcanzar la mayoría de edad y no pensé en las consecu
Lyra Durante los primeros momentos, me quedé en shock, tratando de pensar que esto era solo una pesadilla. Mis hijos no podían estar a punto de nacer en estas semanas, no cuando todo había estado tan bien; cuando, a pesar del desasosiego de mi corazón, hice todo lo posible por mantenerlos a salvo. Me llevé las manos al vientre y gruñí con la siguiente contracción. Durante la mañana había tenido dolores extraños, pero tan leves como para no poder adivinar que el parto se desencadenaría. —Ayuda —gemí, sosteniéndome del marco de la puerta—. Ayuda… por favor. Mi cuerpo se inclinó al sentir un dolor más intenso. Más agua salía por mis piernas, y era de un color rosado claro, lo que indicaba la presencia de sangre. El doctor que me atendía me había dicho que podría ser de esta manera, pero de igual forma me asustaba mucho. Cerré los ojos, analizando mis opciones. Gritarle a Thane era lo más sensato, pero parte de mí se resistía. Tenía mucho miedo de que él me arrebatara a mis bebés
Lyra A pesar de que nos esforzamos demasiado para que el otro bebé saliera de manera natural, la decisión terminó siendo una cesárea de emergencia. La situación era complicada, pues mi pequeño se había acomodado en el canal de parto, con los muslos por delante. Tenía tanto miedo que mi cuerpo temblaba y mis dientes castañeteaban, pero accedí de inmediato a que me operaran para salvar a mi bebé. Al mismo tiempo, no podía dejar de pensar en mi hija y en lo mucho que la necesitaba para sentirme tranquila. El personal me trasladó a otra habitación, equipada como si fuese un hospital. El área, según me contó el doctor, estaba esterilizada y lista para realizar la cirugía. Todos me explicaban muchas cosas que no entendía del todo, pero acepté cualquier procedimiento con tal de que pudieran salvar a mi pequeño o pequeña. «Creo que será un hermoso niño», pensé con una leve sonrisa y una lágrima resbalando por mi mejilla. —No quiero que me duerman —pedí mientras me colocaban una inyección
Landon Vivir de un mes a otro no era lo difícil, tampoco de una semana a otra ni de un día a otro. Cada minuto, cada segundo, cada respiración era más dolorosa que la anterior. Todo dolía porque ella no estaba a mi lado, porque cada día que pasaba me convencía más de que yo era el absoluto culpable por dejarme llevar por mis celos, la desconfianza y las intrigas de personas que solo deseaban separarnos. Las primeras investigaciones fueron sencillas. En efecto, Lyra se había ido con ese hombre en un avión. Diversos testigos pudieron comprobarlo. Lo único que sabía sobre él era que continuaba al mando de la compañía farmacéutica rival, pero al seguir escarbando, Conrad me entregó más datos que indicaban que él era socio de todas aquellas compañías que presionaban para que mi medicamento no saliera a la luz. La guerra que su padre le declaró al mío no murió con ellos, sino que se transmitió a nosotros como sus hijos. Él siguió sin abandonar sus planes de destruirme, aunque había deteni
Landon Mi madre había quedado afectada por la información, aunque quisiera disimularlo, así que le impedí marcharse y ordené que le trajeran agua para que lograra restablecerse. —Esto es horrible, Landon, ¿qué vamos a hacer ahora? —preguntó agobiada, con lágrimas asomando por sus ojos. —No lo sé todavía, pero se me va a ocurrir algo —le dije, aparentando una calma que no sentía—. Al menos ya sabemos que probablemente se encuentren en Rusia. —Hijo, esa clase de mafias tal vez tengan sus bases allí, pero podrían estar repartidos por todo el mundo. —Sí, pero de allí debe partir la búsqueda. Seguramente tendrá muchas propiedades y en alguna de ellas tenga escondida a Lyra. —Es posible —asintió, palideciendo aún más—. Hijo, lo que sea que necesites… —No voy a involucrarte en esto —la interrumpí—. Seré yo quien traiga de regreso a Lyra y a nuestro posible hijo. —¿Crees que el bebé haya logrado nacer? —Quiero pensar que sí, pero a la vez no me gusta esa posibilidad. No quiero
Lyra Algo dentro de mí no estaba quieto al pensar que tendría que acceder a todo lo que Thane dijera, pero por mis pequeños estaba dispuesta a hacer lo que fuera. Ellos eran lo único por lo cual seguiría luchando, así que tenía que lograr verlos y tenerlos a salvo en mis brazos. Al haber tenido un parto natural y una cesárea, sentía que mi vientre y mi vagina dolían espantosamente. Visitar el baño fue uno de los requisitos que se me pidió para poder ir en busca de mis hijos y, aunque lo hice sin dudar, quería gritar todos los improperios que conocía y hasta aquellos que aún ignoraba. «Todo es por ellos, todo es por ellos», pensé mientras me trasladaban en una silla de ruedas hacia la habitación donde tenían a mis bebés. —No puede levantarse, señora Wilder —me dijo la enfermera, quien traducía al pediatra—. Tiene que tener cuidado por su herida. Se le ayudará a poder tocar a los bebés, pero no puede hacer esfuerzos. —De acuerdo —asentí, sintiendo que mi pulso se aceleraba cada
Lyra Cuando nos dejaron a solas, luego de recostarme en la cama, la actitud de la doctora no cambió. De hecho, me miró con más dulzura y empatía. —Estoy aquí para ayudarte —reiteró—. Espero que podamos crear una relación de confianza y que puedas sentirte cómoda conmigo. —Entenderá que no es fácil para mí abrirme a alguien que no conozco —murmuré, desviando la mirada—. Siento que Thane me está tratando como a una desequilibrada mental y no me gusta. —Entiendo los prejuicios que puedan existir en contra de la psiquiatría, pero… —No, no me malentienda, doctora —la interrumpí, avergonzada de que creyera que la estaba insultando—. Lo que intento decir es que no creo que necesite todo esto. Sí, el parto prematuro me afectó, este encierro también, pero… Me quedé callada al ver la mueca de tristeza de la doctora Ivanova. No hacía falta preguntar; ella sabía mi situación. —Debes ser completamente sincera conmigo —dijo con tono suave—. No debes temer que el señor Wilder lo sepa, el